El tiro en el pie del fútbol femenino: la árbitra española prefiere pitar la final a que la juegue España

En ocasiones, hay que pensar lo que se dice, en lugar de decir lo que se piensa. "Me gustaría que España llegue a la final, pero prefiero pitarla yo", dijo en Onda Cero Marta Huerta de Aza, la árbitra española presente en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Siendo respetable su deseo e incluso elogiable su sinceridad, la confesión de la palentina sirve para volver a dejar patente lo mucho que aún tiene que aprender el fútbol femenino, al menos el español. Por más que desde el Gobierno, a través de ingentes subvenciones, se haya apostado por profesionalizarlo, comentarios como el de Huerta de Aza evidencian que muy profesional aún no es.

Por mucho que a una árbitra le ilusione pitar la final de un Mundial, nunca debería anteponer sus intereses personales a los de la federación a la que pertenece, en este caso la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), para la que el hecho de que su Selección juegue esa final, y no digamos ya ganarla, supone muchísimo desde el punto de deportivo, económico y reputacional. "A mí me haría una gran ilusión dirigir la final, pero prefiero el título para la Selección", explicó el colegiado asturiano Mejuto González en la Eurocopa 2004, para añadir que "la actuación de un árbitro está supeditada a lo que haga su país". De cajón, que diría aquel.

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Solo el entonces —y ahora casi incluso más— polémico Iturralde González llegó a decir que si tenía que elegir entre ver en la final de la Eurocopa 2012 a un árbitro español o a la Selección española, él lo tenía claro. "Aquí hay mucha hipocresía. Si yo estuviera ahí y me preguntan, no diría que quiero que gane España, es mentira", comentó antes de que Velasco Carballo dirigiera el partido inaugural del citado Europeo. "Yo soy árbitro y lo seré toda la vida. ¿Que gana España? Perfecto, yo he sido el hombre más feliz cuando ha ganado el Mundial (2010) y la Eurocopa (2008), pero mi compañero, mi amigo, está en la Eurocopa y quiero que pite la final", concluyó.

"Creo que el fútbol debe al arbitraje español una final de la Copa del Mundo", se limitó a comentar el propio Velasco Carballo, a quien, sin embargo, en ningún momento se le ocurrió anteponer, al menos públicamente, un hecho que evidentemente conllevaba que España no fuera finalista. El primer presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) con Rubiales, casualmente hasta poco antes de estallar el caso Negreira, hizo referencia a quien precisamente le sustituyó al frente de este órgano de la RFEF. "Medina Cantalejo estuvo cerca de hacerlo en 2006", señaló.

Cabecilla de la revuelta arbitral contra la Liga F

Volviendo a Marta Huerta de Aza, pero siguiendo con el sevillano, cabe recordar que la colegiada palentina fue una de las cabecillas del parón arbitral que obligó a retrasar la primera jornada de la nueva Liga Profesional de Fútbol Femenino, alegando indefinición laboral. "Lo que me importa es poder dedicarme en cuerpo y alma a algo que las jugadoras ya están haciendo. No estamos pidiendo millones, sino que, como las jugadoras, podamos dedicarnos a esto", dijo en una rocambolesca rueda de prensa Huerta de Aza, una las 22 árbitras principales, además de 32 asistentes, de la llamada Liga F.

"El respaldo por parte de la RFEF a nuestras árbitras es absoluto", aseguró en esa misma comparecencia el presidente del CTA, por si había dudas de quién estaba detrás de la movilización. Gracias a esta presión y a que el expresidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Manuel Franco, una vez más barría para la RFEF, lejos de ser sancionadas, las árbitras vieron cómo su sueldo se multiplicaba por cinco por partido dirigido, 1.666 euros, cuando hacía apenas cuatro meses cobraban 300. Por su parte, las árbitras asistentes pasaron de cobrar 168 euros a instalarse en 1.066, una cantidad seis veces mayor.

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De este modo, el salario anual de una colegiada principal es de 35.000 euros, es decir, más del doble de los 16.000 de salario mínimo que las futbolistas tienen en un convenio colectivo, cuya revisión los sindicatos llevan casi un año negociando con la patronal. Habría que saber si en el CTA que preside Medina Cantalejo les parece bien que su representante en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda diga lo que ha dicho. Sobre todo porque si España gana el Mundial, los ingresos de la RFEF se multiplicarán e igual el porcentaje del 20% de los derechos comerciales que le pide a los clubes de la Liga F puede ser menor.

Pero, quién sabe qué ocurrirá con España en el Mundial. Quizás ver a Marta Huerta de Aza arbitrando la final sea su consuelo y les sirva para justificar por qué las árbitras españolas ganan más que las futbolistas...