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Sobre el riesgo económico del Atleti y el riesgo en el césped de Simeone
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Javier Gómez Matallanas

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Sobre el riesgo económico del Atleti y el riesgo en el césped de Simeone

El riesgo financiero que asume Gil Marín en este momento es grandísimo; el Atlético está al límite debido al gasto que asume en los sueldos de los futbolistas y del entrenador

Foto: Suárez celebra su segundo gol ante el Granada. (Efe)
Suárez celebra su segundo gol ante el Granada. (Efe)

El análisis de la participación en este mercado de fichajes de Real Madrid y Atlético de Madrid es un supuesto práctico para mostrar dos estrategias totalmente contrarias. Ante la reducción de ingresos de al menos el 30 por ciento con motivo de la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus, los dirigentes del Real Madrid han apostado por el ahorro, la venta de jugadores y quitarse salarios altos como los de James y Bale. En la misma coyuntura económica, Miguel Ángel Gil Marín, CEO y máximo accionista del Atlético de Madrid, siempre con el conocimiento del presidente Enrique Cerezo, ha decidido mantener los gastos, incluso aumentarlos con las mejoras de salario de Thomas, Correa y Giménez, y no realizar ventas que eran necesarias, rechazando, entre otras, una importante oferta del Manchester City por José María Giménez que permitía cubrir las pérdidas estimadas de unos 100 millones euros, junto a la reducción de salarios de la plantilla con la que se pueden ahorrar, aunque no todos los jugadores se hayan bajado el sueldo, unos 30 millones de euros.

El riesgo que asume Gil Marín es grandísimo porque el Atlético está al límite en el apartado financiero debido al gasto que asume en los sueldos de los futbolistas y del entrenador (al técnico va destinado el 10 por ciento del presupuesto anual). Pero el consejero delegado colchonero considera que el ciclo de Simeone aún se puede estirar y ha hecho todo lo posible, y lo imposible, para mantenerle la misma plantilla e, incluso, para darle el fichaje solicitado de Luis Suárez. Se puede discutir si cambiar a un delantero de 27 años, el 9 de la Selección española si juega en su equipo, por uno de 33 con dudas de su condición física actual es una buena decisión, pero el uruguayo ha provocado ilusión porque nadie veía posible su salida del Barça con destino al Atlético y porque, con las fantasías infantiloides propias de los futboleros, invita a soñar a los atléticos con que Leo Messi pueda venir a jugar de rojiblanco al Metropolitano con su amigo del alma la próxima temporada.

El riesgo que asume Gil Marín debe verse acompañado con que el buque insignia de su proyecto, el gran líder colchonero, el mítico Diego Pablo Simeone asuma también riesgos en sus planteamientos. No tiene porque hacerlo el nunca bien ponderado Cholo porque con su fútbol, en el que predomina la fase defensiva sobre la ofensiva, le da de sobra para cumplir el objetivo que le marca el club de estar entre los cuatro primeros y pasar de la fase de grupos de la Champions. Pero imaginar una delantera Joao Félix, Luis Suárez y Diego Costa (o Edison Cavani si finalmente se va el hispanobrasileño y llega el otro crack uruguayo para correr por su compatriota), plantearse un tridente de ese potencial, sostenidos en tres centrocampistas que pueden salir de los Thomas, Koke, Saúl y Marcos Llorente (jugando de 8), puede llegar a ilusionar a los atléticos que no esperan más que el fútbol industrial y eficaz, que consigue los objetivos marcados, pero que, con todo el mérito que tiene, es por momentos complicado de ver.

¿Salidas esta semana?

El Atlético, que podría en esta última semana de mercado vender aún a Mario Hermoso y dar salida a Lemar y Diego Costa, ha conseguido arrancar la temporada con un aliciente en el horizonte con la llegada de Luis Suárez. El día de su debut ante el Granada disparó, el charrúa disparó la euforia con sus dos goles, y Joao Félix demostró que es un fenómeno que puede liderar al Atleti a ganar títulos. Y Simeone comprobó en el arranque liguero que si juega al ataque, el equipo puede marcar muchos goles porque tiene muy buenos jugadores.

Parecía complicado que Simeone modificara la situación en el campo de su equipo, y que mirara más para el área rival que para la propia, pasando de bloque bajo a bloque medio-alto, pero ante el Granada lo hizo y se vio que el Atleti puede jugar al ataque. Si el Cholo arriesga en el campo, el enorme riesgo económico que asume Gil Marín no hará peligrar el futuro de la entidad. El Cholo aporta la estabilidad social para el dueño del Atlético, que también quiere una mejora en el juego como demuestra el hecho de que lleva varios años fichándole jugadores para que juegue algo más alegre tipo Gaitán, Lemar, Vitolo o Joao Félix.

placeholder Joao Felix celebra su gol ante el Granada. (Reuters)
Joao Felix celebra su gol ante el Granada. (Reuters)

El CEO del Atlético sabe que Simeone se puede cargar dos o tres fichajes al año como ha sucedido desde 2015, pero si es tercero y pasa de la fase de grupos de la Champions cumple su misión y por ello le ha convertido en el entrenador mejor pagado del mundo, porque da estabilidad económica al club y su presencia garantiza que los aficionados no se metan con la propiedad. Pero tras el 6-1 ante el Granada, el Atlético presentó su candidatura a hacer algo más que ser tercero en la Liga.

Mientras, el eterno rival, su enemigo íntimo el Real Madrid, aguanta sin fichar un nueve que le vendría bien para complementar a Benzema que es muy bueno, pero es un nueve y medio, y que ha dado un paso el frente tras la marcha de Cristiano, pero que necesitaría un complemento o un recambio tipo Cavani.

El Madrid no se plantea fichar a Cavani, cuando podría afrontar su contratación con la carta de libertad, porque considera que meter una ficha alta ahora como la del uruguayo sería una falta de respeto a todos los jugadores de la plantilla que se han bajado su sueldo el 30 por ciento. Deportivamente, lo necesita, pero para los dirigentes del club de Concha Espina prima la armonía en el vestuario y hacer hucha de cara a lo que viene. El Madrid de Zidane ganó al Betis, con aciertos del VAR, y demostró que va a competir de nuevo por la Liga y no la va a tirar a mitad de campeonato, que es el gran objetivo de su entrenador.

Aunque la diferencia de potencial y presupuesto es grande, los porcentajes de los recortes de la crisis son los mismos para ambos. Pero son formas distintas de entender la manera de dirigir un club. Igual al Atlético el riesgo que asume su dueño le da para ganar algún título. Con ser tercero y pasar la fase de grupos de Champions le basta y le sobra a Diego Pablo Simeone para ser la deidad colchonera. Pero ante el Granada, se demostró que el Atlético cuenta con un plantillón para hacer un equipazo campeón.

El análisis de la participación en este mercado de fichajes de Real Madrid y Atlético de Madrid es un supuesto práctico para mostrar dos estrategias totalmente contrarias. Ante la reducción de ingresos de al menos el 30 por ciento con motivo de la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus, los dirigentes del Real Madrid han apostado por el ahorro, la venta de jugadores y quitarse salarios altos como los de James y Bale. En la misma coyuntura económica, Miguel Ángel Gil Marín, CEO y máximo accionista del Atlético de Madrid, siempre con el conocimiento del presidente Enrique Cerezo, ha decidido mantener los gastos, incluso aumentarlos con las mejoras de salario de Thomas, Correa y Giménez, y no realizar ventas que eran necesarias, rechazando, entre otras, una importante oferta del Manchester City por José María Giménez que permitía cubrir las pérdidas estimadas de unos 100 millones euros, junto a la reducción de salarios de la plantilla con la que se pueden ahorrar, aunque no todos los jugadores se hayan bajado el sueldo, unos 30 millones de euros.

El riesgo que asume Gil Marín es grandísimo porque el Atlético está al límite en el apartado financiero debido al gasto que asume en los sueldos de los futbolistas y del entrenador (al técnico va destinado el 10 por ciento del presupuesto anual). Pero el consejero delegado colchonero considera que el ciclo de Simeone aún se puede estirar y ha hecho todo lo posible, y lo imposible, para mantenerle la misma plantilla e, incluso, para darle el fichaje solicitado de Luis Suárez. Se puede discutir si cambiar a un delantero de 27 años, el 9 de la Selección española si juega en su equipo, por uno de 33 con dudas de su condición física actual es una buena decisión, pero el uruguayo ha provocado ilusión porque nadie veía posible su salida del Barça con destino al Atlético y porque, con las fantasías infantiloides propias de los futboleros, invita a soñar a los atléticos con que Leo Messi pueda venir a jugar de rojiblanco al Metropolitano con su amigo del alma la próxima temporada.

El riesgo que asume Gil Marín debe verse acompañado con que el buque insignia de su proyecto, el gran líder colchonero, el mítico Diego Pablo Simeone asuma también riesgos en sus planteamientos. No tiene porque hacerlo el nunca bien ponderado Cholo porque con su fútbol, en el que predomina la fase defensiva sobre la ofensiva, le da de sobra para cumplir el objetivo que le marca el club de estar entre los cuatro primeros y pasar de la fase de grupos de la Champions. Pero imaginar una delantera Joao Félix, Luis Suárez y Diego Costa (o Edison Cavani si finalmente se va el hispanobrasileño y llega el otro crack uruguayo para correr por su compatriota), plantearse un tridente de ese potencial, sostenidos en tres centrocampistas que pueden salir de los Thomas, Koke, Saúl y Marcos Llorente (jugando de 8), puede llegar a ilusionar a los atléticos que no esperan más que el fútbol industrial y eficaz, que consigue los objetivos marcados, pero que, con todo el mérito que tiene, es por momentos complicado de ver.

Mercado de fichajes Diego Simeone
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