El Barcelona y la triste opción de votar al menos malo

Hoy 109.637 socios del FC Barcelona están llamados a las urnas para elegir presidente para los próximos seis años y para muchos la opción no será votar al candidato que más les entusiasma. Ha sido una campaña decepcionante de mínimos en la que sólo hubo un debate porque así lo quiso Josep María Bartomeu y en la que todos han estado más por la labor de reprocharse que de proponer. Así, al socio le queda la alternativa de elegir al menos malo, no al que más le convence.

No hubo finalmente pactos de última hora y mira que se intentó unir a Laporta y Benedito en una candidatura conjunta. El jueves por la tarde incluso visitaron la sede de Agustí Benedito Jordi Sánchez, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana, y Muriel Casals, la número tres en la lista unitaria que concurrirá a las elecciones catalanas el próximo 27 de septiembre. El propio Benedito confirmó a diferentes medios la reunión y su propósito. “Es cierto, me he reunido con ellos y me lo han propuesto, pero no habrá pacto”, dijo a Catalunya Ràdio, mientras que en Rac1 añadió: “¿Si son socios del Barça? No sé ni si son del Barça”. Sánchez negó ayer la mayor y explicó que se habían pasado, sin más, a darse una vuelta por la oficina del candidato. Ni los más ingenuos se lo creyeron. La intervención de los independentistas para acercar a Laporta y Benedito y poder utilizar así al Barça para sus intereses fue el último acto de una campaña con más sombras que luces y en la que todos han quedado retratados.

Josep María Bartomeu

Salvo sorpresa, hoy será elegido presidente. Con una campaña ultradefensiva en la que se ha dedicado a repetir “triplete y tridente” y en la que se ha erigido como el portavoz de Luis Enrique, esquivó los debates y en el único en el que estuvo se vio claramente por qué: su capacidad oratoria es nula. Salió vivo, que ya es mucho, y dejó frases para la historia como que “Neymar es un tema menor, estoy imputado por un delito fiscal cometido por el Barça”. Tampoco supo defender con firmeza el patrocinio de Qatar. Por un lado, continua afirmando que “Qatar Airways es una compañía aérea de primera línea con vuelos a todo el mundo y no tenemos ningún estudio que diga que ha dañado nuestra imagen”. Por otro, no dudó en anunciar por sorpresa (ya que hace sólo tres semanas la de Qatar era la única opción según él) que tiene otra oferta de una empresa de tecnología asiática.

Bartomeu no pestañeó tampoco para colocarse sin remilgos la medalla del fichaje de Arda Turan. El Atlético admitió que no tenía prisa, el jugador que una vez que le llegó la oferta del Barça las demás quedaron descartadas y que debido a la sanción de la FIFA no podrá debutar hasta enero, ni siquiera puede disputar amistosos. Pese a todo, la Junta Gestora, presionada, dio luz verde a la operación con la única justificación de que “no se podía alargar más”. ¿Por qué? No se sabe.

El colmo del descaro ha sido Paul Pogba. Albert Soler y Ariedo Braida viajaron hasta Turín para reunirse con dirigentes de la Juve. Preguntado Bartomeu al respecto, cuando ya estaba fichado Turan, soltó en diferentes entrevistas: “No sé por qué viajaron Soler y Braida. Yo no estaba. Si soy presidente se lo preguntaré”. Pese a todo, no ha cometido errores graves y es de suponer que el tradicional voto conservador del socio le dará la victoria. No enamora, pero es lo que hay.

Joan Laporta

Decidió presentarse en el último momento y así ha seguido: improvisando sobre la marcha, sin programa y echando mano de nombres y cromos. Él, que en el debate le reprochó a Bartomeu que su modelo era “el de los galácticos de Florentino”, no dudó en presumir de su gran relación con Mino Raiola, el agente de Pogba, que finalmente el jueves por la noche a pocas horas de que comenzara la jornada de reflexión, afirmó en EFE: “Si Laporta gana, Pogba tiene muchas opciones de jugar en el Barça”. A Laporta, que le salió bien la jugada en el 2003 con Beckham cuando ya lo tenía fichado Florentino, ha vuelto a apostar por sacar el conejo de la chistera a última hora a ver si el personal vuelve a picar.

Decepcionó en el debate optando por una estrategia más moderada en la que se diluyó como un azucarillo, para volver de repente al día siguiente a subir el tono llamando mentiroso a Bartomeu. Su postura política abiertamente independentista era golosa para los soberanistas de cara a las elecciones del 27-S, pero él no quería unirse a Benedito, sino fagocitarle y sus manifestaciones, también respecto a Freixa, han sido de total menosprecio.

Tiene una gran corte de fieles, pero no ha sabido llegar a los indecisos y muchos de sus fans se temen el efecto contrario: que movilice a los votantes rivales para evitarle a él. Hoy se sabrá exactamente a cuántos ha convencido, pero si la derrota es amplia, quedará desactivado como opositor.

Agustí Benedito

Es posible que le haya comido terreno a Laporta y su rotunda postura respecto al patrocinio de Qatar le ha acercado a muchos socios, pero no ha sabido presentarse como una alternativa seria y con propuestas sólidas. Más allá de ser la imagen del socio enfadado y de sus respuestas mordaces en el debate de TV3, le faltan presencia y argumentos para convencer al socio de manera mayoritaria. Su única opción habría sido pactar con Laporta. Ambos comparten ideas políticas. El problema es que eso es lo único que tienen en común y a pesar de los intentos de los soberanistas, no hubo manera de convencerle: prefiere perder que unirse a Laporta.

Toni Freixa

La sorpresa de la campaña. Futbolero, rápido de ideas, con buena oratoria, un programa trabajado y una propuesta constructiva. Ganó votos seguro en el debate, pero no serán suficientes porque el socio no puede olvidar que ha estado hasta el último día dentro de la última Junta a la que ahora critica. Sus intentos de desligarse por completo de Sandro Rosell, del que fue portavoz y mano derecha, tampoco han colado.