Tribuna
Por
El desliz de Lopetegui que le desenmascara: un "sí" al Real Madrid a toda costa
Lopetegui no se arrepiente de su despido de la Selección porque acabó siendo un fracaso de Rubiales por el horrible Mundial de una plantilla perdida y abandonada en manos de Hierro
Se puede decir mucho con sólo tres palabras. “No me arrepiento”, contestó Julen Lopetegui al periodista José Ramón de la Morena cuando le preguntó esta madrugada del lunes en 'Onda Cero' por lo que sucedió en la noche de cuchillos afilados en Krasnodar, en la que el presidente de la Federación, Luis Rubiales, optó por la destitución del seleccionador a dos días del debut en el Mundial contra Portugal. Lopetegui intentó ser un muro en la entrevista para evitar dar detalles de lo que sucedió de puertas adentro o cómo fue la discusión con Rubiales para no llegar a un entendimiento común y hacer estallar todo por los aires. Aguantó las preguntas incisivas con el propósito de no remover la mierda. Sólo tuvo ese desliz que le desenmascara. La premisa era decir "sí" al Real Madrid a cualquier precio y esperar a que pasara el chaparrón para seguir al frente de la Selección. El aguacero fue una tormenta que desencadenó una pelea de potentes orgullos entre Rubiales y el tándem Florentino-Lopetegui.
Han pasado más de 80 días desde que a Julen Lopetegui se lo cargó Rubiales y, en todo este tiempo, ha endurecido su corazón para reafirmarse en unas palabras que suenan todavía más arrogantes: “Simplemente tomé una decisión y la volvería a tomar. Lo hice de la manera más correcta y no me arrepiento de nada”. Para no querer decir nada, ha soltado bastante porque a Julen Lopetegui le ha faltado sensibilidad y tacto y puede que humildad para reconocer que en algo, por pequeño que él pueda creer que sea, cometió algún error en su estrategia para fichar por el Real Madrid o en la comunicación con el que por entonces era su jefe en la Federación.
El fallo de Lopetegui quedó al descubierto en la misma entrevista cuando, a pesar de que pensaba que no estaba diciendo nada interesante y se iba a escapar sin dejar algún titular relevante, se destapó: “Hicimos lo correcto. Está claro que siempre dede la premisa de decir sí al Real Madrid”. Lo correcto, para Lopetegui y Florentino, era anunciar antes del Mundial el fichaje y esperar a que Rubiales aceptara los tiempos y las condiciones del Madrid. Pero pincharon en hueso porque el presidente de la Federación también tiene su orgullo y entró en cólera para arrasar con todo lo que había por delante. Primero echó a Lopetegui y después discutió con el capitán Sergio Ramos. Le importó nada lo que sucediera en el Mundial y se puso a buscar al seleccionador más autoriatrio hasta tener el 'sí' de Luis Enrique.
“Nos vemos obligados a prescindir del seleccionador nacional. Nos hemos encontrado con una circunstancia sobrevenida por una negociación de la que nunca se informó a la Federación”, fueron las palabras de un Luis Rubiales que sintió que le estaban echando un pulso y actúo por las bravas. Se le puede reprochar que actuó en caliente y sin medir las consecuencias o mirar para otro lado, pero lo que no se puede negar es que se sintió traicionado y cuando uno percibe la deslealtad, la reacción más inmediata es cortar por lo sano.
El fracaso de Rubiales
Se podían haber hecho las cosas de otra manera, con mejor comunicación y tolerancia por ambas partes, pero no fue así porque Florentino estaba 'obligado' a firmar cuanto antes a un entrenador después de semanas recibiendo la negativa de otros candidatos y a Lopetegui, como es entendible, se le presentó la oportunidad de su vida. Pero escucharle ahora decir, después de que han pasado más de 80 días del día del mayor ridículo en la historia de la Selección, que no se arrepiente de nada y que se agarre a que actuó de forma honesta no tiene otro sentido que el de tomarse esa revancha que ofrece el paso del tiempo.
Julen Lopetegui se sintió humillado. Ha sufrido y mascó su rabia e impotencia durante semanas. Pero no olvida, pese a que no dé detalles. Por eso dice que no se arrepiente porque su despido acabó siendo un fracaso de Rubiales por el horrible Mundial de una selección perdida y abandonada en manos de un seleccionador interino, Fernando Hierro. Un triunfo para Julen Lopetegui, que quedó como un mártir a ojos de los aficionados del Real Madrid y los jugadores. Las consecuencias fueron nefastas y no se sabe lo que hubiera sucedido con Lopetegui en el banquillo, pero lo que sí deja claro es que su premisa era decir "sí" al Real Madrid.
Se puede decir mucho con sólo tres palabras. “No me arrepiento”, contestó Julen Lopetegui al periodista José Ramón de la Morena cuando le preguntó esta madrugada del lunes en 'Onda Cero' por lo que sucedió en la noche de cuchillos afilados en Krasnodar, en la que el presidente de la Federación, Luis Rubiales, optó por la destitución del seleccionador a dos días del debut en el Mundial contra Portugal. Lopetegui intentó ser un muro en la entrevista para evitar dar detalles de lo que sucedió de puertas adentro o cómo fue la discusión con Rubiales para no llegar a un entendimiento común y hacer estallar todo por los aires. Aguantó las preguntas incisivas con el propósito de no remover la mierda. Sólo tuvo ese desliz que le desenmascara. La premisa era decir "sí" al Real Madrid a cualquier precio y esperar a que pasara el chaparrón para seguir al frente de la Selección. El aguacero fue una tormenta que desencadenó una pelea de potentes orgullos entre Rubiales y el tándem Florentino-Lopetegui.