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El indulto que pide Morata al Atlético para que no se le tache de madridista
“El pasado es pasado y no se puede cambiar”, dice Álvaro Morata para pedir el indulto de los que no le perdonan su ‘madridismo’
“Empecé jugando en el Atleti y la gente que conoce de dónde vengo sabe mi historia y lo que significa para mí esto”. Con esta declaración los que se tendrían que sentir traicionados son los hinchas del Real Madrid y no los del Atleti. A Morata le deberían poner una alfombra roja para entrar en el Metropolitano por lo que conlleva este fichaje. Se ha encontrado un jugador en segundas rebajas, a saldo (que no a sueldo) el club rojiblanco en el final del mercado de enero. El delantero titular (Diego Costa) lesionado, el suplente (Kalinic) sin gol y todo a expensas que resuelva, un día sí y otro también, Griezmann.
El refuerzo de Morata es un golpe de suerte para Simeone y entre algunos aficionados todavía están mirándole el DNI. Que si se fue al Real Madrid cuando era un adolescente, que ha celebrado títulos con el rival de la ciudad, que viene para tapar a los canteranos… El que tenga dos dedos de frente, que se pare a pensar qué delantero (que no sea Boateng) viene cedido, se ajusta al límite salarial y tiene un sentimiento rojiblanco (porque lo tiene). Cedido con opción de compra no obligatoria. Si sale mal lo devuelves al Chelsea.
Morata no tiene la aprobación de toda la afición del Atleti. Rechazado a gritos por los ultras en el partido contra el Getafe en el Metropolitano y silenciado por los pacíficos. Lo suficiente como para que haya plebiscito en la afición. Los que ven un madridista contra los que entienden que el equipo necesita un delantero. Entre los que están a favor destacan que tiene la bendición de Simeone y miran con esperanza que sea el refuerzo que nivele la difícil eliminatoria de Champions contra la Juventus. Sin Diego Costa, la ilusión sería recibir bien a Morata. Nunca llegará a levantar pasiones como las que provocó el retorno de Fernando Torres. Pero el sector antimadridista no podrá borrar sus raíces rojiblancas. Las que echó cuando era recogepelotas en el Calderón y jugaba en el cadete. Donde compartía equipo con Koke. Curiosa comparación sentimental. El día que pitaron a Morata en el Metropolitano se rendía homenaje a Koke por alcanzar los 400 partidos con el Atlético de Madrid.
Pide una segunda oportunidad
En todo este tiempo que Koke ha defendido la rojiblanca a Morata le ha dado tiempo para subir del Castilla al Real Madrid, jugar en la Juventus, regresar al Madrid y en el Chelsea. También en la selección española con Del Bosque, Lopetegui y Luis Enrique. Regresa el chico que empezó en la Academia del Atleti –la que dirigía Milinko Pantic y señala como un extraordinario fichaje–curtido en diferentes países y batallas. No será el hijo modélico del que está orgulloso toda la familia. Para eso ya están Koke y Saúl, que se lo han ganado desde abajo. Morata pide una segunda oportunidad, aunque tenga a parte de la familia colchonera que le dé la espalda y le costará cantar sus goles.
“Menos Morata y más Borja Garcés” fue el cántico ultra contra el fichaje de Álvaro Morata. Duro. Lo tendrá difícil porque llega a un equipo con la exigencia de hacer goles con inmediatez. Sin margen de error. Con exámenes parciales y uno final. Destacar en la eliminatoria contra el equipo de Cristiano Ronaldo. Ahí es nada. A Morata le va a tocar hacerlo todo perfecto. Todo. Lo bonito y lo feo. Tendrá que cocinar y lavar los platos. No viene como crack al Atletico de Madrid el jugador por el que Chelsea pagó 80 millones de euros en una de las operaciones más altas del mercado en su momento, el fichaje español más caro de la Premier, que lo disputó el Manchester United de Mourinho... que tiene la Champions (lo que persigue el Atleti). Es Morata el garbanzo negro señalado y ahora tiene que convertirse al 'cholismo'. “El pasado es pasado y no se puede cambiar”, dice Morata para pedir el indulto de los que no le perdonan su ‘madridismo’.
“Empecé jugando en el Atleti y la gente que conoce de dónde vengo sabe mi historia y lo que significa para mí esto”. Con esta declaración los que se tendrían que sentir traicionados son los hinchas del Real Madrid y no los del Atleti. A Morata le deberían poner una alfombra roja para entrar en el Metropolitano por lo que conlleva este fichaje. Se ha encontrado un jugador en segundas rebajas, a saldo (que no a sueldo) el club rojiblanco en el final del mercado de enero. El delantero titular (Diego Costa) lesionado, el suplente (Kalinic) sin gol y todo a expensas que resuelva, un día sí y otro también, Griezmann.