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Elon Musk, contra el Gobierno mundial
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Juan Ramón Rallo

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Elon Musk, contra el Gobierno mundial

Lo que hizo grande a Europa no fue la unidad política continental, sino su extrema descentralización

Foto: Elon Musk. (Reuters/NTB/Carina Johansen)
Elon Musk. (Reuters/NTB/Carina Johansen)
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Desde 2013, se celebra anualmente en Dubái el World Government Summit: un foro dirigido a profundizar en la cooperación entre gobiernos simulando en algunos aspectos lo que podría llegar a conseguirse merced a un Gobierno mundial. Hace unos días, tuvo lugar su edición correspondiente a 2023 y en ella intervino Elon Musk. Tras reflexionar sobre la situación actual de Twitter y sus previsiones de futuro, Musk dirigió inesperadamente las siguientes palabras al auditorio:

"Hay una cosa que debería decir aquí. Sé que este foro se llama World Government Summit, pero creo que deberíamos sentirnos preocupados por que llegue a haber un único Gobierno mundial, si es que queremos evitar la creación de un riesgo civilizatorio derivado de la existencia de demasiada cooperación entre gobiernos. Si echamos un vistazo a la historia y, más en concreto, al auge y a la caída de civilizaciones… Todas las civilizaciones han florecido y han caído, pero nada de ello ha significado el fin de la Humanidad, porque había diversas civilizaciones separadas geográficamente. Por ejemplo, mientras Roma caía, el islam ascendió: es decir, el Califato lo estaba haciendo enormemente bien, mientras Roma lo hizo fatal. Y esa diferencia entre civilizaciones fue crucial para preservar el conocimiento acumulado y seguir avanzando. En definitiva, deberíamos ser muy cautos a la hora de unificarnos en una sola civilización, porque si nos unimos demasiado en una sola civilización, entonces todo el edificio podría colapsar".

Foto: 'The Course of Empire - Destruction', por Thomas Cole (1836) Opinión

La admonición de Musk tiene un incuestionable regusto talebiano. Para que un sistema sea antifrágil, debe poseer suficiente diversidad interna como para adaptarse a perturbaciones exteriores: si todas las partes de ese sistema son meras copias las unas de las otras, cualquier shock tendrá un carácter sistémico en lugar de idiosincrático, de modo que si ese shock es lo suficientemente potente, se corre el riesgo de que todas las partes del sistema desaparezcan. A saber, si el shock afecta a todas las partes y muere una de ellas, entonces mueren todas (puesto que todas son iguales entre sí). En cambio, si existe un alto grado de diversidad entre las partes que componen un sistema, un shock externo acaso destruya algunas partes, pero no necesariamente otras: y las que sobrevivan podrán, con el tiempo, repoblar el sistema.

Foto: La caída del Imperio romano. (Thomas Cole, 1836) Opinión
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Esa es precisamente la lógica que está aplicando Musk al caso del Gobierno mundial: si todas las sociedades se someten a una misma jurisdicción global única, la experimentación legislativa de ese Gobierno mundial beneficiará o dañará a todas esas sociedades a la vez, de modo que si ese Gobierno mundial acumula una cadena de malas decisiones (o toma unas pocas decisiones desastrosas), no habrá nadie que escape de su bota y que pueda tomar el relevo civilizatorio. Como él mismo señala: “Necesitamos contar con una cierta diversidad civilizatoria en caso de que algo salga mal, de manera que no todo colapse a la vez y la Humanidad pueda seguir avanzando”. El propio Musk, de hecho, se refiere a cómo el islam sustituyó a Roma como potencia civilizatoria, pero acaso habría sido más adecuado remitirse a cómo el colapso de Roma y la consiguiente fragmentación política alimentaron la competencia jurisdiccional dentro de Europa y, a través de ella, la innovación y la prosperidad. Lo que hizo grande a Europa no fue la unidad política continental, sino su extrema descentralización.

Y aun cuando las palabras de Musk puedan parecernos una exageración frente a un escenario futuro improbable (el Gobierno mundial), la crítica también es aplicable a la creciente cooperación intergubernamental. Aunque pueda haber ciertas externalidades negativas globales que puedan requerir de una acción igualmente global —aunque tampoco convendría obviar los importantes problemas y retos asociados—, el exceso de cooperación también entraña peligros a largo plazo de los que muy pocos están hablando, ya sea por desconocimiento, cortoplacismo o intereses espurios.

Desde 2013, se celebra anualmente en Dubái el World Government Summit: un foro dirigido a profundizar en la cooperación entre gobiernos simulando en algunos aspectos lo que podría llegar a conseguirse merced a un Gobierno mundial. Hace unos días, tuvo lugar su edición correspondiente a 2023 y en ella intervino Elon Musk. Tras reflexionar sobre la situación actual de Twitter y sus previsiones de futuro, Musk dirigió inesperadamente las siguientes palabras al auditorio:

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