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PP y el 28-M: demasiados balones al poste
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Nacho Cardero

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PP y el 28-M: demasiados balones al poste

El panorama no puede estar más abierto. El balón se encuentra en los postes de la Comunidad Valenciana, Baleares, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja e incluso Canarias

Foto:  El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Kiko Huesca)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Kiko Huesca)
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"Todos los balones están en el poste". Es el mantra al que acude la cúpula del PP cuando les reclaman un ejercicio de prospectiva para las elecciones municipales y autonómicas del 28-M. La frase la suelta Génova cada vez que le preguntan sobre la posibilidad real de conquistar comunidades gobernadas actualmente por los socialistas y da cuenta de lo reñido de la contienda y de la amplia variedad de elementos endógenos (el tirón de los barones) y exógenos (pulsión anti-Sánchez) que entran en juego en estos comicios.

Los territorios pueden caer de un lado o de otro, dependiendo de algo tan azaroso como el rumbo que tome el balón, lo que recuerda inevitablemente a Match Point, donde el destino de sus protagonistas estaba supeditado a la suerte, a que la pelota de tenis cayera en uno u otro lado de la pista después de haber golpeado en la red. El panorama no puede estar más abierto. El balón se encuentra en los postes de la Comunidad Valenciana, Baleares, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja e incluso Canarias después del vodevil de Tito Berni. Es decir, en prácticamente todas las CCAA.

"En los 100 primeros días de gobierno, tenemos que poner en marcha una batería de reformas estructurales muy potentes"

En Génova emplean el símil futbolístico para rebajar la euforia desatada con las encuestas que van salpimentando la actualidad ―prácticamente todas favorables a los intereses del PP― y que les podrían hacer caer en la autocomplacencia. Una trampa del optimismo que provoca desmovilización a la hora de acudir a las urnas y que hace que nombres que en los tiempos de Pablo Casado y Teodoro García Egea permanecían ocultos, pues veían el poder lejano y no querían que sus respectivas carreras quedaran abrasadas por la política, emerjan ahora sin pudor en una especie de shadow cabinet de Feijóo.

Es el caso de la renacida Fundación Concordia y Libertad, un banco ideológico del PP, compuesto por conocidas y reputadas personalidades de distintos sectores, de donde debería salir el programa electoral para las generales. "En los 100 primeros días de gobierno, tenemos que poner en marcha una batería de reformas estructurales muy potentes para que no nos ocurra lo de la última vez", dice un alto mando de Génova. En el imaginario del votante del PP todavía permanece muy vivo el chasco de Cataluña, donde el Ejecutivo dijo que no iba a haber urnas y las hubo, y el de la falta de reformas estructurales que prometió Rajoy con mayoría absoluta y no llevó a cabo.

"Feijóo se encarga de repetirlo siempre. No nos confiamos. No nos creemos las encuestas. No le hemos perdido el pulso de la calle. Lo que pasa, y eso es cierto, es que antes ibas a los sitios y era como la peste. La gente era reacia a aproximarse al PP; ahora se acercan sin necesidad de llamarlos", explica en la dirección de Génova. "Nadie dice que lo vayamos a tener fácil, pero hay que ver dónde estábamos. Venimos de 88 diputados y de una crisis interna que a punto estuvo de llevarse el partido por delante. Hablar ahora, tan solo un año después, de posibilidades ciertas de gobernar, es toda una hazaña".

El exceso de confianza con el que llega a las elecciones autonómicas y municipales resulta altamente peligroso

Lo que sucede es que siete comunidades en el aire son demasiados balones al poste y si la cosa sale bien, pues no hay más que hablar, pero si ninguna cae del lado de los populares, que pudiera ser, el partido tendrá un serio problema por culpa de la trampa de las expectativas. Supondría un serio revés para Feijóo y su estrategia para las generales, sabiendo, como sabe, que todavía necesita arañar entre 500.000 y un millón de votos para asegurarse la victoria y, sobre todo, posibilidades de gobernar.

El exceso de confianza con el que llega a las elecciones autonómicas y municipales resulta altamente peligroso. Como muestra, lo de Madrid: se da por sentado que el PP revalidará con facilidad tanto la comunidad como el ayuntamiento, dos piezas de caza mayor. Ahora bien, si Ayuso no alcanza la mayoría absoluta como hizo Moreno Bonilla en Andalucía o el alcalde no saca más concejales que toda la izquierda junta, la victoria no terminará de ser plena y dejará un regusto un tanto amargo.

En Génova, intentarán que la lectura del día siguiente a las elecciones, la del 29-M, sea ver quién las ha ganado en su conjunto, es decir, por número de votos, con independencia de si se gobierna en esta comunidad o en esta capital, o en esta otra, o con quién tiene que aliarse para poder hacerlo. Ese sería el gran titular y el punto de inflexión que debería llevar a los populares de vuelta a La Moncloa.

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, conversa con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo) Opinión

El problema es que el Ejecutivo y sus satélites mediáticos también juegan, tal y como se ha comprobado este fin de semana con la polémica en torno la cumbre iberoamericana, y si el PP no conquista ninguna de las grandes plazas en manos de los socialistas y, además, se echa en manos de Vox, en la planta séptima de Génova saltarán las alarmas y lo tendrán complicado para imponer su relato.

"La desaparición de Ciudadanos va a normalizar el escenario en muchas capitales en las que, aun siendo tradicionalmente del PP, gobierna el PSOE. De manera natural se va a agrupar el voto de centro derecha y eso nos va a dar potencia de fuego. Todo ello, sin embargo, no soluciona nuestro principal dilema: Vox", confiesan en la planta noble de Génova. El jefe de la séptima ha dado libertad absoluta a los candidatos tanto para la elaboración de las listas como para las posibles alianzas poselectorales. "Si nos ponemos estupendos y decimos que no vamos a pactar con Vox, entonces estamos condenando a España a que no haya un gobierno del PP nunca".

El hecho de que se esté vendiendo la cabeza del oso antes de cazarlo, de que se estén repartiendo ya ministerios, minusvalorando la capacidad de resistencia de Sánchez, y haya hasta siete CCAA en el alero, amén del lastre que supone la dependencia de Vox, ha puesto en una tesitura endiablada al PP que, curiosamente, tiene tanto que perder (o ganar) que los socialistas en los comicios del 28-M.

"Todos los balones están en el poste". Es el mantra al que acude la cúpula del PP cuando les reclaman un ejercicio de prospectiva para las elecciones municipales y autonómicas del 28-M. La frase la suelta Génova cada vez que le preguntan sobre la posibilidad real de conquistar comunidades gobernadas actualmente por los socialistas y da cuenta de lo reñido de la contienda y de la amplia variedad de elementos endógenos (el tirón de los barones) y exógenos (pulsión anti-Sánchez) que entran en juego en estos comicios.

Partido Popular (PP)
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