Es noticia
Día 50. La gran mascarada: las mascarillas retiradas de Spiriman y el 'postureo'
  1. España
  2. Diario de la pandemia
Carlos Prieto

Diario de la pandemia

Por

Día 50. La gran mascarada: las mascarillas retiradas de Spiriman y el 'postureo'

Antes de que la OMS recomendara el uso de mascarillas, ya habíamos decidido que era buena idea ocultar nuestra identidad bajo una máscara: la del 'postureo'

Foto: Un niña con mascarilla y careta de Batman. (EFE)
Un niña con mascarilla y careta de Batman. (EFE)

Hola amigos. Yo soy Guy Fawkes, y usted no lo es. ¡BOOOOOOOOM!

Campaña en Illinois para que las personas se quiten las mascarillas al entrar en las tiendas, enseñen la caras y vuelvan a ponérselas. Respaldada por la policía y por activistas comunitarios.

De fondo, un confuso debate sobre los estigmas raciales. Al margen del follón sanitario de andar trasteando con las mascarillas, ojo a la siguiente opinión gringa sobre el asunto: "Entiendo los motivos. Ningún tendero quiere un grupo de clientes enmascarados revoloteando por la tienda. Es el tipo de anonimato que puede llevar al robo a aquellos que nunca lo han considerado".

El hábito sí hace al monje. Es así.

La última vez que nevó, me puse un pasamontañas para ir a currar... y acabé asaltando el Banco Central. El pasado jueves, un señor de Albacete se disfrazó de Alfonso Merlos para echarse unas risas... y ahora vive en una comuna polígama con cuarenta mujeres. Me puse una careta de Juan Carlos I, y no sé cómo, acabé llevando maletines con dinero trucho a Suiza. No fui yo, agente, fue la máscara. Poseídos por la máscara.

Bienvenidos a los diarios de la pandemia. Especial 50 aniversario con todos los grandes éxitos.

La máscara del 'postureo'

No deberíamos tomarnos a risa lo de Illinois, pues es una gran metáfora coronavírica. Antes de que la OMS recomendara el uso de mascarillas, ya habíamos decidido que era buena idea ocultar nuestra identidad bajo una máscara: la del 'postureo'. A una crisis de expertos y opinadores —casi nadie midió bien lo que se nos venía encima— respondimos exacerbando el modelo de las opiniones fuertes. De la noche a la mañana, todos expertos en cosas pandémicas de las que no habíamos oído hablar hace cinco minutos. Soy Rufus Mindunder, notario en Cuenca, pero por la mañana me pongo la máscara de David Ford IV, epidemiólogo de Harvard, e imparto doctrina en redes sobre pangolines, respiradores y epidemias. Tampoco es que el tertuliano medio sea más de ciencias que Rufus Mindunder. El 'postureo' al alcance de todos.

Todos tenemos opiniones contundentes sobre todo, de las vacunas contra neumonías asiáticas a los planes para la desescalada. Vivimos atrapados en una comedia de enredo sobre un laboratorio de vanguardia. Todos con batas blancas. Todos con máscaras. Todos con informaciones epatantes. Cola del supermercado: una señora con cardado me dice que Sánchez tiene que exiliarse, que la vacuna del covid-19 estará lista en tres semanas (solo para algunos) y que la lubina está por las nubes. El carnicero sostiene que el coronavirus se inventó en un laboratorio chino, pero como también lo dice el presidente del mundo libre, cualquiera le dice algo. Más que una carnicería parece un búnker de la CIA. Carnicerías Homeland, picando chicha geopolítica desde 1977.

Más que un país, España parece una comedia de enredo sobre un laboratorio de vanguardia

Lorenzo Milá se convirtió en dios por decir que el coronavirus era solo una gripe; las redes se llenaron de comentarios sobre su buen hacer y de críticas a los medios por su alarmismo. ¿Dónde está toda esa gente ahora? Acusando a los medios de no alertar sobre el coronavirus. Es su cultura y hay que respetarla.

Una opinión diferente cada ocho horas, como el doctor Spiriman, médico de urgencias de Granada y rey del carnaval de los volantazos, que tiene una máscara para cada día de la semana. Spiriman dijo que el coronavirus era una gripe de pacotilla. Dijo que había que quemar al Gobierno por decir que era una gripe de pacotilla. Dijo que estábamos histéricos, y cinco minutos después, que íbamos a MORIR TODOS. Dijo que solo un indeseable se saltaría el confinamiento y que solo un gallina se quedaría encerrado en casa. El 'show' de Spiriman, el doctor soliviantado que te insta a ir al hospital, y cuando llegas ahí, te echa a patadas. Hay un tertuliano incendiario que lo hace todo en España: Spiriman.

Foto: El líder del PP, Pablo Casado, en una foto de su Instagram Opinión


El Gobierno se pone la mascara de los datos que maquillan la realidad, y cuando no hay datos que maquillen la realidad, se los inventa​. Bajo la máscara, la nariz de Pinocho. Casado se disfraza de estadista al que le duele España y se fotografía frente al espejo con la mirada perdida y los puños crispados. Casado posa leyendo a Harari. El postureo en máximos históricos. Vox dice que fueron los primeros en alertar del virus, pero antes denunciaron el "alarmismo perjudicial". Todos los políticos dicen estar compungidos, pero al sobreactuar para sonar más graves, suenan más impostados que nunca. Cuando Sánchez se pone melodramático, parece la estrella de un culebrón latino de tercera, Peter Marimba Sánches.

La portavoz de la Generalitat dice que con una Cataluña independiente hubiera habido menos muertos, pero no explica cómo, quizá porque no quiere darnos pistas. ¿Y los recortes en la sanidad pública catalana? No hay pandemia que una buena sardana no pueda curar. Madrid hace un llamamiento a la movilización de sanitarios; vienen de todas partes de España jugándose el tipo, pero en cuanto se aplana la curva, los despedimos a todos. Aplaudir a las ocho, bien; pagarles los sueldos, ya tal. ¿Pizzas para los niños pobres? Las que queramos.

Queremos la mejor sanidad del mundo y queremos los impuestos más bajos del mundo. Queremos emborracharnos sin tener resaca. Queremos vivir en una fantasía multicolor. Queremos un unicornio que nos lama las orejas. Queremos que nos dejen ir de terraceo, y si nos contagiamos, queremos cagarnos en el Gobierno. Queremos nadar y guardar la ropa. Queremos que usted teletrabaje doce horas al día mientras su hijo de siete años se saca una ingeniería durante el confinamiento. Queremos tocar la trompeta en el balcón. Queremos hacer el 'moonwalk' en el balcón, y si nos caemos desde un séptimo, queremos demandar al Gobierno. Lo queremos todo y lo queremos ya. Queremos a España desde una playa de Miami. ¡Weah! Queremos pan, queremos vino, queremos al Gobierno colgado de un pino.

Foto: Santiago Abascal y Jorge Javier Vázquez. Opinión


La mascarilla de mirar hacia otro lado se ha agotado en toda Europa. No vimos venir el virus porque pensábamos que era un asunto chino. La gran obsesión nacional es ahora saber cuándo podemos hacer footing, pero que siete millones de niños estén sin coles y sin abuelos cuatro meses más... no genera debate. Es la máscara de mirar hacia otro lado. Nos va a pillar el fin del mundo corriendo los 1.500 metros con un chándal dorado y la música de 'Carros de fuego'. Tampoco es mal final.

Fui a comprar tabaco

La última de Spiriman cierra el círculo metafórico. El médico megalómano recolectó dinero, compró mascarillas chinas y las distribuyó por los hospitales andaluces. Donde no llegaban los políticos corruptos, llegaba Spiriman con la máscara de salvador de la patria. Las mascarillas de Spiriman han sido retiradas por la Junta por ser de "dudosa eficacia". Debajo de la performance: la nada. Lo de Spiriman sería solo la guinda al desaguisado oficial: hay más material sanitario defectuoso en España que personas. El episodio era tan previsible que Spiriman ha denunciado una conspiración. Hay tantas víctimas de conspiraciones gubernamentales en España, que más que un país, parece el rodaje de 'Todos los hombres del presidente'.

El 'postureo' de las mascarillas fallidas. La gran mascarada nacional. Al menos, en Illinois se puede mirar si bajo la máscara hay un 'mangui 'o un ciudadano preocupado por su salud.

Fui a comprar tabaco con la máscara de Guy Fawkes... y terminé quemando el parlamento británico. Me disfracé de Chiquito de la Calzada... y me echaron del trabajo por llamar FISTRO SEXUAL a mi jefe. Me puse una careta de Rafa Nadal para jugar al tenis... y me dio un paro cardiaco por alargar demasiado los puntos. El 'postureo' 24/7 es algo agotador. Máscaras, máscaras y máscaras.

Hola amigos. Yo soy Guy Fawkes, y usted no lo es. ¡BOOOOOOOOM!