Más hielo en la guerra fría Casado-Garamendi

Pablo Casado, presidente del PP, y Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, coincidieron ayer en unos cursos organizados por ATA, la Federación Nacional Asociaciones de Trabajadores Autónomos.

El líder de los empresarios trató de reconstruir puentes con el líder de la oposición, después de su desencuentro del mes pasado a cuenta de la posición que Garamendi adoptó con los indultos. Ese "si contribuyen a la normalidad, bienvenidos sean" pronunciado en las jornadas del Cercle d'Economia dinamitó una relación de dos fuerzas más acostumbradas a buscar acuerdos que a enfrentarse.

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Pero el intento de acercamiento no fue correspondido. Garamendi, en su discurso, sentado a la derecha de Casado, hizo varias referencias afectuosas tipo "querido Pablo" y lanzó mensajes que bien podría haber pronunciado el propio jefe de la oposición, como la importancia del imperio de la ley o la clave de bóveda que es el respeto a la Constitución.

Pero, cuando le tocó el turno a Casado, este despachó la transición con un "Gracias, Antonio" y, acto seguido, aprovechó su intervención para cargar contra el acuerdo de reforma de las pensiones que la propia CEOE había consensuado con el Gobierno y los sindicatos y que justo después iba a ser protocolariamente firmado en Moncloa. Calificó el acuerdo de "gran error" y de ir "en contra de una exitosa reforma de pensiones que aprobó el PP en consenso con los miembros del Consejo Europeo".

El deshielo tendrá que esperar.