¡Cuando nadie se quedaría atrás...!

Cuando la pandemia sea vencida. Cuando el mundo vuelva a su nueva realidad. Cuando España eche andar otra vez en busca de su propio paso (este es un país que tarda mucho en identificar a sus enemigos), los historiadores que esculpan para las generaciones venideras la realidad actual contra la que se lucha tendrán que reflejar necesariamente tres frases de aquellos gestores que han tenido la responsabilidad de combatir la emergencia y el consiguiente estado de necesidad.

La primera de esas frases pasa obligadamente por Fernando Simón, ese autocomplaciente y variopinto portavoz sanitario gubernamental. Cuando Wuhan alertó al mundo de lo que se venía encima, aquí se despreció la alerta hasta el punto de que el mencionado Simón dijo que el virus pasaría de largo por estos lares… “Como mucho algunos casos sin más relevancia…”.

Simón debería pensar en dedicarse a hacer un programa de humor en alguno de los muchos canales que le bailan el agua

Ya se contabilizan más de cien mil muertos y tres millones y medio de contagiados. Es el momento en el que el famoso doctor Simón —ni una sola disculpa, ni un solo arrepentimiento sobre nada— debería pensar en dedicarse a hacer un programa de humor en alguno de los muchos canales que le bailan el agua. Si a Cintora le pagan 20.000 euros en TVE (y lo que caiga) por cosechar un 6 por ciento de audiencia, imagínese el señor doctor la cifra que podría acumular teniendo en cuenta, además, que es amigo de Sánchez&Iglesias.

El segundo gran epitafio, ahora esculpido en el aire, se pronunció a comienzos del pasado mes de julio en la gallega ciudad de Vigo. El jefe del Gobierno, don Pedro Sánchez, dijo: “Hemos vencido al virus… Ahora, españoles, salir a disfrutar, beber, comer, bailar…”. Desde entonces ha habido más de 50.000 muertos y dos millones de contagiados.

Opinión

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La tercera de las aseveraciones es con vitola histórica, la escribió Iván Redondo (o alguno de sus muchos escribanos monclovitas) y fue leída con gran solemnidad por el presidente en tantas ocasiones como tuvo ocasión: “Nadie se va a quedar atrás… No somos como otros… Doy mi palabra de que mi Gobierno no dejará a nadie por el camino…”.

Palabras de político frente a hechos. Hoy, España registra estos datos: cinco millones largos de desempleados, 3,5 millones de infectados, cien mil fallecidos, más de 120.000 empresas desaparecidas, un billón y medio de deuda (impagable) y enormes colas del hambre en un país de la Unión Europea que abren las carnes a cualquier piel con algo de humanidad.

Hechos.