¿Qué hay de lo de Bildu y PNV?

Tardaron menos de cuatro horas, tras la firma de los indultos, en reclamar lo que consideran suyo. Todo normal, 'of course'. Al fin y al cabo, Sánchez es presidente porque inicialmente (moción de censura contra Rajoy 2018) el Partido Nacionalista Vasco aceptó la decapitación del gallego y, últimamente, porque Bildu reconoció en don Pedro al estadista que persigue un 'nuevo país'. 'Nuevo país', donde las ambiciones bilduetarras, perseguidas antaño a sangre, bombas y fuego, podrían encontrar acomodo.

Se le abre al davidoso presidente una nueva espita ante la que demostrar su hombría y su talento. Va a necesitar ambas cosas.

La excarcelación de asesinos con las manos manchadas de sangre —niños, mujeres, trabajadores— es una opción, sin duda. Sinceramente, no creo que pueda atender esa demanda, al menos, por el momento. Pero sentirá en su cogote el aliento de Otegi —en Junqueras vasco— quien a través de sus terminales de todo tipo, incluidas las parlamentarias, le recordarán día sí y noche también el por qué duerme en Moncloa.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

Sánchez en el zulo de Bildu

Graciano Palomo

Tengo para mí que el PNV de Ortuzar y Urkullu son más vaticanescos y jesuíticos. Poco a poco, piedra a piedra, están construyendo el andamiaje vasco, sin que el Estado aparezca ya por parte alguna. Salvo para hacer caja y arreglarle sus desaguisados. Son muy hábiles en el menester. Mientras el Congreso de los Diputados se debate todas las semanas en auténticas chorradas, los peneuvistas presionan a los ministros económicos para asuntos de su parroquia.

La patria y el Estado vasco se construye, oiga, con el puerto de Bilbao, los dineritos para las ikastolas, la publicidad para ETB y otras bagatelas.

La fiebre del nacionalismo —tan cara en el siglo XIX— llegó para quedarse. ¡De qué manera!

Un paisano de Bilbao, Miguel de Unamuno, sabía de lo que hablaba cuando escribió que el nacionalismo es la chifladura de exaltados echados a perder por indigestiones de mala historia.

Ahora han añadido la apostilla de 'progresistas'.