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La complicada operación para sustituir a Calviño
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Verónica Fumanal

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La complicada operación para sustituir a Calviño

Todo apunta a que José Luis Escrivá ​podría asumir la cartera, ya que pasó a administrar el Ministerio de Migraciones y Seguridad Social y a asumir la de Transformación Digital, que antes estaba bajo el paraguas de Economía

Foto: La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, posa con su cartera que ahora tendrá que dejar. (Europa Press/Eduardo Parra)
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, posa con su cartera que ahora tendrá que dejar. (Europa Press/Eduardo Parra)
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Nadia Calviño ha sido una de las personas más importantes del gobierno, no solo era el pilar de la política económica, también representó la imagen de la solvencia y la credibilidad de España a nivel internacional, por lo cual ahora ha sido elegida como Presidenta del Banco Europeo de Inversiones. La crisis de gobierno parece que no será inmediata, sino que se prevé una transición de unas semanas. Sin embargo, el hueco que dejará Calviño no será fácil de llenar, porque la evolución de su figura en el gobierno de técnica a política ha sido uno de los grandes capitales políticos y electorales que atesoraba Pedro Sánchez.

Estar al frente de la política económica en un gobierno presidido por un economista no debe resultar fácil. Durante los cinco años que Calviño ha sido la vicepresidenta económica de Sánchez nadie ha dudado, ni por un segundo, que ella era la que dirigía el área en detrimento del presidente. Desde el inicio, Calviño destacó por su perfil técnico, su experiencia acreditada y prestigio internacional. Todo ese bagaje, unido a un carácter determinado y fuerte, hizo que la percepción sobre su poder dentro del consejo de gobierno fuera indiscutible.

Le tocó lidiar con una pandemia y con conflictos internacionales que pusieron la economía en el frontispicio de la actualidad política. Tanto es así que el PP de Casado intentó hacer de la crítica a la política económica del gobierno su principal baza política. En agosto del año 22, los populares auguraron una crisis económica de dimensiones siderales. La inflación provocada por la reactivación de la economía pospandemia y la guerra de Ucrania parecían el telón de fondo perfecto para que la derecha volviera a recetar sus políticas económicas ante el decrecimiento de la economía que ellos auguraban. Sin embargo, la receta de Casado, coincidente con la de Liz Truss, de bajada de impuestos masiva e indiscriminada se llevó por delante a la primera ministra británica y las ganas del PP de seguir mentando una crisis que, afortunadamente, nunca llegó, gracias a que las recetas de Calviño resultaron eficaces para evitar esa crisis que el PP tanto ansiaba.

Calviño ha supuesto el fin del mantra de la derecha que aseguraba que la izquierda no sabe gestionar la economía. Las políticas keynesianas de reimpulso de la economía propuestas por España y acogidas por la Unión Europea, los fondos Next Gen, fueron sin duda uno de los mayores éxitos de la vicepresidenta, que está suponiendo una transformación del modelo productivo de España y que se verá en los próximos años de forma efectiva. Veremos cuántos se lo atribuyen.

Foto: Nadia Calviño. (Ilustración: El Herrero)

Pero además de los logros económicos, Nadia Calviño es un referente feminista en un ámbito mayoritariamente masculino, una faceta que fue dibujando un perfil cada día más político en el gobierno. Sorprendió la primera vez que se negó a realizarse una fotografía oficial en un foro en el que ella era la única mujer. El gesto, tan aplaudido como criticado, supuso el inicio del fin de los actos económicos en los que primaban las corbatas, preludio de la ley de paridad en los consejos de administración de empresas, partidos e instituciones. Si Carmen Chacón será siempre recordada por pasar revista a las tropas con un esmoquin de pantalón, Nadia Calviño ya engrosa las páginas de mujeres que desde un puesto de poder quisieron hacer gestos, sabiendo que iban a ser criticadas, para avanzar en nuestros derechos.

Calviño no solo procuró ser un icono feminista en el gobierno, sino que también, recogió una de las demandas más silentes pero justas de los últimos tiempos liderada por otra persona digna de admiración: Carlos San Juan. Este jubilado valenciano hizo de su campaña Soy mayor, no imbécil una oda a los derechos de las personas mayores que vieron como las entidades financieras les hacían la vida imposible por su política de cerrar entidades y por la transición tecnológica que los dejaba atrás. Todos los jubilados en España reciben su pensión a través de su banco, sin embargo, a nivel público nadie estaba reparando en que los mayores no estaban pudieron operar con garantías. Carlos San Juan consiguió que la vicepresidenta Calviño lo recibiera y se comprometiera con los derechos de los pensionistas. Obviamente, todavía queda mucho para que nuestros mayores no sean discriminados por las entidades bancarias, pero esta lucha ayudó a seguir fortaleciendo el perfil político de Calviño.

Supone prestigio para el país, pero además, situar un referente para visibilizar el potencial de las mujeres en lugares de máxima difusión

Tener voces españolas a nivel internacional siempre es una buena noticia para el país. Si, además, es una mujer feminista, el potencial es exponencial. Supone prestigio para el país, fortalecimiento de la marca España, pero además, situar un referente para visibilizar el potencial de las mujeres en lugares de máxima difusión. Las niñas de hoy, viendo a Calviño al frente de las políticas económicas de España y al frente del Banco Europeo de Inversiones, tienen una mujer en la que poder espejarse para adentrarse en el mundo, todavía muy masculino, de los negocios, las entidades financieras, la economía o la política.

Calviño deja un hueco difícil de llenar, porque su perfil es muy completo. En primer lugar, por su capacitación y solvencia acreditada durante estos cinco años en los que las previsiones de crecimiento económico se han quedado cortas y en las que se ha luchado contra la inflación con más éxito que los países de nuestro entorno. En segundo lugar, porque un gobierno feminista debe procurar predicar con el ejemplo y no había mejor manera que hacerlo que con cuatro mujeres al frente de las vicepresidencias.

Sánchez tiene dos opciones. La primera es mantener la actual plantilla del consejo de ministros y ministras y hacer alguna reorganización. En este caso, todo apunta a que José Luis Escrivá podría asumir la cartera, ya que pasó a administrar el ministerio de Migraciones y Seguridad Social y a asumir la de Transformación Digital, que antes estaba bajo el paraguas de economía. La duda es si la cartera mantendría el rango ministerial actual o no. Otra posibilidad sería que María Jesús Montero, la vicepresidenta de Hacienda actual, asumiera también la cartera de Economía; un movimiento políticamente mucho más sencillo que el anterior.

Foto: Nadia calviño, elegida para ser la nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). (EFE/Olivier Hoslet)

La segunda opción es incorporar otra persona al consejo de gobierno, una opción que se están barajando varios medios de comunicación en los últimos días. Esta decisión me parece algo más compleja desde el punto de vista político. Debería decidir si la nueva incorporación mantendría la vicepresidencia primera o no. En caso afirmativo, le otorgaría un poder político superior al resto de perfiles que llevan en el gobierno desde el 2018. Un paso que me resultaría raro viendo la composición del consejo de gobierno salido del 23-J. Si, por el contrario, relegase la cartera de economía a un ministerio por debajo de la dirección política de la vicepresidencia de María Jesús Montero, limitaría los perfiles del nuevo miembro a alguien que se dejara tutelar por la líder andaluza y estos encajes suelen ser complicados.

En cualquier caso, la marcha de Calviño no será un mero trámite. España pierde en su política nacional una política de gran relevancia, pero gana un referente internacional. Sinceramente, me encantaría que no abandonara su política feminista para seguir luchando por la igualdad de las mujeres desde su nueva responsabilidad. No necesita suerte, su incansable dedicación al trabajo y su talento la han llevado donde está. Sánchez sí que la necesita para saber acertar con el remplazo de Calviño.

Nadia Calviño ha sido una de las personas más importantes del gobierno, no solo era el pilar de la política económica, también representó la imagen de la solvencia y la credibilidad de España a nivel internacional, por lo cual ahora ha sido elegida como Presidenta del Banco Europeo de Inversiones. La crisis de gobierno parece que no será inmediata, sino que se prevé una transición de unas semanas. Sin embargo, el hueco que dejará Calviño no será fácil de llenar, porque la evolución de su figura en el gobierno de técnica a política ha sido uno de los grandes capitales políticos y electorales que atesoraba Pedro Sánchez.

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