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Sin permiso
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La trampa de Ayuso a sus compañeros
Cuando Ayuso invita a sus compañeros a no dejarse sobornar aceptando una quita de la deuda lo hace a sabiendas de que a ella le da igual, porque la Comunidad de Madrid no tiene deuda con el FLA
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La presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso ha querido volver a marcar el paso en el PP, dirigiendo la estrategia de inicio del curso político de este año. Para ello, se adelantó a la reunión que había convocado Alberto Núñez Feijóo para el 6 de septiembre y volviendo a no respetar el orden jerárquico que recomendaría que todos hablaran tras el líder de su partido, se apresuró a lanzar dos ideas que escondían un campo de minas para el resto de presidentes autonómicos. La primera idea que lanzó el 5 de septiembre en Arganda fue que los presidentes autonómicos no debían reunirse con Sánchez de forma bilateral; la segunda, que no debían negociar con él porque hacerlo sería dejarse sobornar. Ambas afirmaciones son bombas a punto de explotar en las filas populares.
“Este Gobierno va a intentar sobornarnos uno a uno”
Ayuso es garantía de titulares, ella entiende la política como un juego de suma cero, en el que solo puede ganar uno: Casado o ella; Sánchez o ella, Feijóo o ella. Tras las investiduras de los presidentes y presidentas del PP que resultaron de las elecciones del mayo del 2023, Feijóo había criticado duramente al presidente Sánchez por no recibir a los nuevos ejecutivos autonómicos. Ni Mazón, ni Azcón, ni Prohens, … habían tenido oportunidad de viajar a la escalinata de la Moncloa (la de verdad) para reunirse de forma bilateral como el presidente tras su reelección en noviembre del 23.
La estrategia de Génova era evidente: que Sánchez tuviera que recibir uno a uno a los 11 presidentes autonómicos y 2 presidentes de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Ahí es nada, 13 reuniones, nada más y nada menos. Estas reuniones ante las cámaras a nivel nacional mostrarían la merma de poder territorial del PSOE y lo acorralado que está Sánchez entre tanto poder autonómico de la derecha. Es más, desde casi todos los rincones de España, los presidentes populares afeaban al presidente del Gobierno que desoyera el poder territorial y sus legítimas peticiones. Pero, Ayuso volvió a enmendar el argumentario oficial y a caminar por libre “si hay una reunión, que sea para ir todos juntos”.
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La de Chamberí goza de un protagonismo en la esfera nacional absolutamente desproporcionado, tanto que en ocasiones parece ella la líder de la oposición. Obviamente, eso es mérito suyo y demérito de sus adversarios (los de su partido y los del resto de partidos). Así, que no necesita ningún tipo de bilateral para protagonizar entrevistas, titulares y horas de tertulias. No así el resto de sus compañeros presidentes autonómicos, que, a duras penas, consiguen colar algún tema a nivel nacional y tener un hueco en un espacio mediático para vender su obra de gobierno. Por lo tanto, Ayuso sabe que no ir a la Moncloa no le quita impacto mediático, como sí hace a sus compañeros, sino que incluso le da alguno más, de ahí, que fuera una invitación trampa para sus compañeros.
“No podemos sentarnos ante esa política mezquina a negociar nada”
La mayoría de presidentes autonómicos del PP no viven de la confrontación directa contra Sánchez, como sí lo hace Ayuso, y saben que sus presupuestos dependen del Gobierno de España. Tanto es así, que Sánchez sabe que pocas cosas aliviarían las tensiones de tesorería autonómicas como una quita de la deuda que han ido adquiriendo desde que en 2012 Montoro se inventara el FLA (fondo de liquidez autonómica). La Comunidad de Madrid nunca ha tirado del FLA porque su potencia económica le permite financiarse en los mercados internacionales. Sin embargo, la Región de Murcia o Cantabria no pueden, por eso se creó esta línea de crédito.
Cuando Ayuso invita a sus compañeros a no dejarse sobornar aceptando una quita de la deuda lo hace a sabiendas de que a ella le da igual, porque la Comunidad de Madrid no tiene deuda con el FLA; así que sitúa a sus compañeros en una situación imposible, tener que renunciar a una quita de la deuda y a mejorar sus presupuestos, además de tener que explicarlo a quienes gobiernan. Imagine el lector: miren valencianos, que no quiero que me condonen parte de los 57.676 millones que le tengo que hacer oposición a Sánchez o andaluces tengo que seguir recortando en servicios públicos porque no quiero parte de los 24.539 millones que le debo al FLA que dice Ayuso que eso es soborno. Aquí la segunda trampa de la madrileña a los suyos.
Es por ello, que una vez pase la espuma del inicio del curso, sería deseable que los presidentes y presidentas autonómicos del PP, cuando tengan que elegir entre hacer seguidismo a Ayuso, que goza de una financiación envidiable por el efecto capitalidad, o negociar mejores financiaciones para sus comunidades, elijan lo segundo. Porque lo primero les dará un día de titulares, pero muchos meses de explicar la sinrazón de seguir con la estrategia del no a todo planteada desde Madrid.
La presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso ha querido volver a marcar el paso en el PP, dirigiendo la estrategia de inicio del curso político de este año. Para ello, se adelantó a la reunión que había convocado Alberto Núñez Feijóo para el 6 de septiembre y volviendo a no respetar el orden jerárquico que recomendaría que todos hablaran tras el líder de su partido, se apresuró a lanzar dos ideas que escondían un campo de minas para el resto de presidentes autonómicos. La primera idea que lanzó el 5 de septiembre en Arganda fue que los presidentes autonómicos no debían reunirse con Sánchez de forma bilateral; la segunda, que no debían negociar con él porque hacerlo sería dejarse sobornar. Ambas afirmaciones son bombas a punto de explotar en las filas populares.