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Sánchez y Puigdemont, vía libre para negociar

Tras la derrota de Feijóo, Sánchez no encuentra obstáculos de peso para atreverse a avanzar en una negociación que asuma decisiones en relación con Cataluña y con el independentismo

Foto: Pedro Sánchez besa a Carles Puigdemont en un grafiti de TVBoy en Barcelona. (Reuters/Albert Gea)
Pedro Sánchez besa a Carles Puigdemont en un grafiti de TVBoy en Barcelona. (Reuters/Albert Gea)

El runrún político y el ruido mediático no nublan el entendimiento político ni tampoco paran la vía de negociación de diálogo abierto entre el presidente en funciones y el inquilino de Waterloo. Tras la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, Pedro Sánchez pide paso para firmar ante el hemiciclo del Congreso una hipoteca con el independentismo cuyo coste todavía se desconoce y que en otro tiempo hubiera sido inasumible. Carles Puigdemont aprovecha con habilidad una carambola que, aun estando a 1.500 kilómetros de Madrid, le ha situado en el centro de un mapa político por el que pasarán todas las decisiones de la legislatura.

A ninguno de ambos parece penalizarle en votos esta pirueta política; por ahora. Por tanto, hay camino para el entendimiento, ya sea en el tema de las lenguas cooficiales o a través de una hipotética amnistía. El viento sopla a favor del acuerdo si bien el carácter imprevisible del expresidente de la Generalitat podría dar un giro a los acontecimientos que sorprenda a todos y conduzca de nuevo a las urnas en enero. Tampoco ayuda la actual competición entre Junts y ERC por ver quién es más exigente en las reivindicaciones al Estado.

Foto: El rey Felipe VI recibe al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juanjo Guillén)

Pero, a día de hoy, y sin que se conozcan los términos y la letra pequeña de las negociaciones en marcha, los votantes de ambos bendicen el acercamiento Ferraz-Waterloo, según se desprende de las estimaciones y de nuestro análisis pormenorizado de los microdatos del último barómetro del CIS. Ni la disidencia de históricas voces como las de Felipe González o Alfonso Guerra, ni las movilizaciones en la calle hacen mella en los ánimos de los votantes socialistas.

Hemos analizado las tripas del último CIS de acuerdo al método propio que usamos en Estrategos. Con las cartas repartidas en este barómetro, ni el PSOE se resiente ni las fuerzas independentistas se debilitan con la hipotética amnistía por delante. Los de Pedro Sánchez ganan siete escaños respecto al 23-J, en un momento en el que el presidente goza de un enorme poder orgánico. Así lo demuestra el manifiesto de este pasado fin de semana firmado por todos los secretarios provinciales socialistas de España a favor de las negociaciones del presidente.

El PP, aunque crece en términos análogos al PSOE y, por tanto, sigue siendo el ganador, se mantiene lejos de cualquier posibilidad de llegar a la Moncloa con sus propias fuerzas sumadas a las de Vox. Feijóo obtendría 144 escaños; Sánchez, 128; y en tercera posición habría un doble empate entre Sumar y Vox, con 27 escaños cada uno.

Junts también mejora sus expectativas electorales tras retornar al centro del tablero de la actualidad. Tras unos años a la baja en votos y ya fuera del Govern de la Generalitat, esta formación pugna ahora por volver a ser el primer partido del independentismo catalán. Su intención de voto suma dos décimas más desde finales de julio (del 1,60% hasta el 1,84%). Además, se queda con hasta un 4% de los votos emitidos a favor de Esquerra hace solo dos meses y su fidelidad de voto es altísima, del 86,5%.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante un acto del PSOE en la Rinconada (Sevilla) el pasado sábado. (EFE/Julio Muñoz)

Los votantes de Junts se sienten cómodos con la idea de otro Gobierno de coalición progresista —lo avalan el 49,2%— y son, curiosamente, de los más satisfechos con el resultado de los comicios de julio —nada menos que un 44,7% así lo declara, cuando, en el caso de la población general, este porcentaje de satisfacción cae hasta el 21%—.

Tras la derrota del candidato Feijóo, Sánchez no encuentra obstáculos de peso para atreverse a avanzar en una negociación que asuma decisiones en relación con Cataluña y con el independentismo porque la derecha, según el CIS, sigue sin sumar. El PSOE avanza, por tanto, sin grandes riesgos, al menos por el momento. Desde hoy y hasta el 27 de noviembre cuenta exactamente con ocho semanas para revalidar el Gobierno con un socio más que en la anterior legislatura. Ocho semanas que prometen ser intensas.

*Francisco Jerez. Socio fundador y CEO de la consultora de asuntos públicos y comunicación política Estrategos.

El runrún político y el ruido mediático no nublan el entendimiento político ni tampoco paran la vía de negociación de diálogo abierto entre el presidente en funciones y el inquilino de Waterloo. Tras la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, Pedro Sánchez pide paso para firmar ante el hemiciclo del Congreso una hipoteca con el independentismo cuyo coste todavía se desconoce y que en otro tiempo hubiera sido inasumible. Carles Puigdemont aprovecha con habilidad una carambola que, aun estando a 1.500 kilómetros de Madrid, le ha situado en el centro de un mapa político por el que pasarán todas las decisiones de la legislatura.

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