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El PP contiene el aliento: estas son las dos provincias donde se juega su mayoría absoluta
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El PP contiene el aliento: estas son las dos provincias donde se juega su mayoría absoluta

La clave depende, de un lado, de la fuerza final del voto útil en torno al BNG, y de si Sumar y Democracia Ourensana superan el 5% en sus circunscripciones y obtienen escaño

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el presidente de la Xunta y candidato a la reelección, Alfonso Rueda, y la cabeza del grupo municipal en el Concello de Vigo, Marta Fernández. (Europa Press/Adrián Irago)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el presidente de la Xunta y candidato a la reelección, Alfonso Rueda, y la cabeza del grupo municipal en el Concello de Vigo, Marta Fernández. (Europa Press/Adrián Irago)

La última semana de la campaña de las elecciones gallegas llega a su fin con el fantasma del posible vuelco electoral sobrevolando las cabezas de los estrategas del Partido Popular, que contienen el aliento mientras confían en retener la mayoría absoluta y, al menos, los 38 escaños que la blindan. Aunque la repetición de un nuevo Gobierno popular dirigido por Alfonso Rueda parece la opción más previsible, el papel del voto exterior, de los indecisos, el efecto de las últimas noticias en relación con los contactos pasados entre PP y Junts y, por último, el avance sostenido de la nacionalista Ana Pontón en las encuestas pueden propiciar una mayoría alternativa para la Xunta encabezada en torno al BNG. Quince años de gobiernos del PP corren peligro si estos cuatro posibles escenarios acaban resolviéndose de una forma u otra en la noche del domingo.

La concentración del voto del bloque de la derecha, en torno a un único partido con opciones de obtener representación —no hay previsión de que Vox supere el mínimo requerido—, facilita la victoria de los populares en Galicia. El PP tiene la virtud de lograr atraer votantes de casi todos los partidos políticos. Alfonso Rueda y Núñez Feijóo reciben algo más de 10.000 antiguos votantes del BNG, 14.000 del PSdeG, 7.000 de Vox y 7.000 de Ciudadanos, convirtiéndose en la primera fuerza en Galicia con mucha diferencia.

Pero si esto es cierto, tampoco es menos cierto que los últimos restos en las cuatro provincias gallegas pueden propiciar una mayoría parlamentaria favorable al bloque de izquierdas. Y la clave depende, de un lado, de la fuerza final del voto útil en torno al BNG, y de si Sumar y Democracia Ourensana superan el 5% en sus circunscripciones y obtienen escaño.

En Pontevedra es donde Sumar está más cerca de superar esa barrera electoral. Los de Yolanda Díaz, con Marta Lois al frente, están a solo 2.000 votos o un 0,42% de los votos de hacerlo. De lograrlo, se haría con un escaño del PP, que, si también pierde el de Ourense a favor de Democracia Ourensana, no llegaría a la mayoría absoluta en ningún caso. Y en Ourense, Democracia Ourensana está a 2.000 votos o un 1,17% de los votos de arrebatarle el último escaño al PP. El voto útil será una vez más, más útil y decisivo que nunca.

En A Coruña y Lugo, las cuentas son más complicadas. En la primera, existe la posibilidad, aunque más remota, de que Sumar también supere el 5% de los votos y, con ello, le arrebate otro escaño al PP. Para ello, necesitaría hacerse con unos 5.000 votos más o un 0,64% de los sufragios. Por otro lado, aquí el BNG está a un 0,30% de los votos de hacerse con el último escaño, que, en estos momentos, es del PP. En Lugo, por último, el BNG está a 3.000 votos o un 1,70% de los votos de arrebatarle el último escaño al PP. Una distancia que, aunque es algo considerable, podría llegar a suceder si los nacionalistas superan las expectativas.

Aguanta el PP de Rueda

Así las cosas, la recta final de la campaña gallega ha ganado emoción e incertidumbre en los últimos 15 días de mítines y apelación al voto. El PP ha oscilado en todo este tiempo en torno al 45-47% de intención de voto. Salvo en las encuestas del CIS, el PP y Rueda parecen estar resistiendo en su principal bastión, a pesar del profundo cambio de liderazgo originado con la marcha de Feijóo a Madrid. Para llegar a perder la mayoría absoluta, el PP tendría que caer por debajo del 45% de los votos que se emitan el próximo domingo.

Foto: El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda (c), junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (i); y la portavoz del PP de Vigo, Marta Fernández (d). EFE/Salvador Sas

En el otro lado de la moneda, el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), que se ha disparado por encima del 30% en intención de voto, también está demostrando tener un enorme poder movilizador. El BNG estaría atrayendo en este momento a unos 30.000 abstencionistas. La fortaleza de su líder, Ana Pontón, su papel en los debates y la labor de oposición a Rueda en Galicia, ha impulsado sus expectativas como contendiente con verdaderas posibilidades con hacerse con la presidencia de la Xunta. Su tirón es innegable. Empezó la campaña en torno al 24% en intención de voto y ha logrado sumar seis puntos más de movilización a su favor, según las encuestas publicadas. Esta tendencia al alza del nacionalismo gallego no solo refleja el descontento con el statu quo político, sino que también podría influir en el equilibrio de poder en la región.

Ambas formaciones, PP y BNG, cuentan con más de un 80% de fidelidad entre su propio electorado. Así que las transferencias que logren arañar en las últimas horas en cada provincia serán vitales para el reparto final de escaños. Los indecisos tienen el poder de frenar o propiciar el posible vuelco político.

Las encuestas señalan que uno de cada cinco votantes (un 20%) decidirá su voto en el último momento. Y entre ellos, los de izquierdas son los que están más indecisos. Así que, con estos datos, los cuarteles generales de Rueda y Pontón contienen el aliento a la espera del esprint final hasta la Xunta.

*Francisco Jerez es CEO de asuntos públicos de Estrategos.

La última semana de la campaña de las elecciones gallegas llega a su fin con el fantasma del posible vuelco electoral sobrevolando las cabezas de los estrategas del Partido Popular, que contienen el aliento mientras confían en retener la mayoría absoluta y, al menos, los 38 escaños que la blindan. Aunque la repetición de un nuevo Gobierno popular dirigido por Alfonso Rueda parece la opción más previsible, el papel del voto exterior, de los indecisos, el efecto de las últimas noticias en relación con los contactos pasados entre PP y Junts y, por último, el avance sostenido de la nacionalista Ana Pontón en las encuestas pueden propiciar una mayoría alternativa para la Xunta encabezada en torno al BNG. Quince años de gobiernos del PP corren peligro si estos cuatro posibles escenarios acaban resolviéndose de una forma u otra en la noche del domingo.

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