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Las bolsas se piden un 2023 de ganancias
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Carlos Doblado

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Las bolsas se piden un 2023 de ganancias

Los principales índices norteamericanos cuestionan el intento de los bajistas de retomar la inercia vigente desde primeros de 2022

Foto: Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)
Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)

En las últimas semanas hemos convivido un ambiente enrarecido. Por un lado, las bolsas han tenido a su favor de un modo realmente extremo algo que me parece esencial para enfrentarse a los mercados en tendencia: el sentimiento inversor. Este es potencialmente alcista para el mercado norteamericano desde los últimos días del pasado septiembre. Es la única forma que conozco de cazar unos mínimos, y es algo que he utilizado desde esta tribuna para anticipar la posibilidad de suelos relevantes como los de 2016 o 2020. Por otro lado, desde primeros de diciembre tenemos confirmadas diferentes formaciones de precio en corto plazo que tienen importancia por haberse desplegado en zonas de muy importante resistencia en relación con el proceso bajista; lo que me ha llevado a hablar de golpe bajista en el momento de la verdad.

La recaída Wall Street no ha estado todo lo acompañada que debiera, no se han visto tensiones serias de volatilidad tras la ruptura de las citadas pautas bajistas de corto plazo en fuerte zona de resistencia, no hemos tenido ningún movimiento en ese sentido por parte del euro/dólar (aunque sí de los bonos), ni tampoco de los metales preciosos, y la recaída del crudo no está siendo apoyada de ninguna manera por materias primas como el cobre, activo que está mostrando desde hace meses una correlación muy superior con la renta variable que el oro negro.

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Europa —con valores más tradicionales, más baratos desde un punto de vista fundamental, con exportadores arropados por un euro en horas bajas frente al dólar, y con negocios menos perjudicados por el crecimiento de los tipos de interés que los grandes gigantes tecnológicos norteamericanos— ha arrancado espectacularmente en 2023. Tanto es así, que se han desplegado unas velas blancas semanales que no solo ponen en jaque a los patrones bajistas de corto plazo de índices como el EuroXtoxx 50, el Stoxx 600 o el Dax 40, sino que abren brecha más allá de ellos si atendemos a referencias como el Ibex X35, colosal de la mano del sector bancario —única operativa sectorial que propuse entre mis ideas de octubre para trabajar un posible suelo—, el Footsei 100 de Londres, que perfora la resistencia creciente que definiría su proceso lateral/alcista de 2002 entrando en subida libre absoluta, el Ftse-Mib italiano o el Cac 40, índice que permite ver que la reacción que mantenemos desde octubre se produce también en Europa sobre niveles de extraordinario soporte en medio/largo plazo en muchos índices.

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No he reaccionado al movimiento europeo. Pero desde luego estoy obligado a hacerlo en el momento en que el mercado norteamericano muestra signos de reconstrucción en precio. Lo que teníamos en octubre en relación a la tendencia de fondo —me refiero a la reacción de los precios sobre soportes clave y al sentimiento inversor— no ha desaparecido con la corrección de diciembre. Y lo que se concretó entre finales de septiembre y los primeros días de octubre fue un escenario de rebote sensible o en tendencia principal, por motivos que he expuesto reiteradamente y que simplemente ni pueden desaparecer, ni pueden diferenciarse como escenario en el momento en que se producen. Pueden fallar, como de hecho sucedió durante el mercado bajista de 2008. Pero no pueden desaparecer.

Los principales índices norteamericanos cuestionan el intento de los bajistas de retomar la inercia vigente desde primeros de 2022, lo hacen tras semanas en las que la volatilidad no ha apoyado con firmeza el intento de los bajistas de retomar el control como en anteriores ocasiones; hasta el punto de que tenemos un VIX que se permite definir una nueva directriz bajista desde la que parecer recaer tras jornada del viernes de la mano de la publicación del desempleo norteamericano.

Tras la ruptura bajista de las diferentes formaciones en precio, el mercado estadounidense se ha movido en lateral durante tres semanas. Ese movimiento de traslación lateral tenía sentido dado el golpe vendedor que propuso diciembre, lo que había generado mucha sobreventa en el muy corto plazo. Pero lo que no encaja para nada con un discurso de recaída es que dicho lateral se rompa al alza, algo que vemos ha sucedido claramente en el caso del Standard & Poor´s 500, del Russell 2000, del NYSE Composite y del Dow Jones de Industriales y Transportes.

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Sí, es cierto que nos hace falta la confirmación del Nasdaq, en el que merece detenerse porque es la única parte del mercado que ha vuelto a la zona de mínimos del mercado bajista de 2022, lugar donde muchos índices norteamericanos tienen soportes descomunales entre los que destaca, precisamente, la directriz alcista principal de este.

Pues bien, el futuro del Nasdaq desplegó el viernes un patrón envolvente alcista sobre su zona de mínimos previo. Un mínimo previo que si tomamos gráficos de cierre presentaría ya un doble suelo confirmado con claridad en lugar de una bandera de continuidad bajista. Un doble suelo que sigue vigente no habiéndose perforado su base y que puede confirmar un pequeño patrón del mismo tipo —doble mínimo— en caso de ruptura de los máximos marcados en la primera sesión del ejercicio. Y sí, el Nasdaq seguirá siendo bajista en tendencia de medio plazo mientras no supere los altos de diciembre, que coincidirán con su media de doscientas sesiones y por donde pasa la directriz bajista principal que comparte con un S&P 500 que la habría batido antes muy presumiblemente.

Un chartista puede equivocarse, pero no puede dejar de operar cuando la mayoría de las cosas que le importan encajan.

En las últimas semanas hemos convivido un ambiente enrarecido. Por un lado, las bolsas han tenido a su favor de un modo realmente extremo algo que me parece esencial para enfrentarse a los mercados en tendencia: el sentimiento inversor. Este es potencialmente alcista para el mercado norteamericano desde los últimos días del pasado septiembre. Es la única forma que conozco de cazar unos mínimos, y es algo que he utilizado desde esta tribuna para anticipar la posibilidad de suelos relevantes como los de 2016 o 2020. Por otro lado, desde primeros de diciembre tenemos confirmadas diferentes formaciones de precio en corto plazo que tienen importancia por haberse desplegado en zonas de muy importante resistencia en relación con el proceso bajista; lo que me ha llevado a hablar de golpe bajista en el momento de la verdad.

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