¡Si breve, dos veces bueno!

Hoy es “boxing day” en Inglaterra, en cierto modo un día más familiar e importante que el propio día de Navidad. Un día en el que se reparten regalos entre amigos y se ve mucho fútbol por la tele.

Hoy, por tanto, no es un día en el que pueda encontrar mucho tiempo para adentrarme en análisis complicados, pero sí me gustaría, al menos, discutir dos temas que creo deben marcar la evolución del mercado los próximos días. Por un lado, ómicron y, por otro, la estacionalidad de final de año.

El lunes 20 nos levantábamos con titulares, cuando menos, alarmantes. Tras el cierre de la entrada de británicos a Francia, las restricciones se extendían por Europa y Estados Unidos, los números de contagios estaban, y están, disparados y el miedo a un posible confinamiento antes de Navidad se convertía en una amenaza real.

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El mercado europeo caía un 3,5% a primera hora y el americano más de un 1,5%, la volatilidad se iba por encima de 30 y el miedo a una fuerte corrección, debido a la falta de liquidez del mercado, asomaba en el horizonte. Sin embargo, a lo largo del día, la FDA aprobaba el tratamiento de Pfizer contra el covid y se asumía que la autorización para los productos de las otras farmacéuticas también estaba al caer. Se comprobaba que el 'booster' de la vacuna multiplicaba los anticuerpos más de 40 veces y, lo que es más importante, y que ya hemos venido comentando en esta columna, esta nueva cepa, si bien es altamente contagiosa, no parece altamente dañina; los síntomas son cada vez más parecidos a una simple gripe y el virus ya no baja a los pulmones, sino que parece quedarse en los bronquios. En palabras de un médico amigo mío, el virus está luchando por su supervivencia y esa suele ser la fase final, a partir de la cual deberíamos ser capaces de controlarlo.

Así parece que lo leyeron los mercados, con el sector de viajes y turismo siendo el que mejor lo hizo en la semana y con las apuestas por una “reapertura de la economía” disparándose al alza. Ómicron, o la “última ola”, se puede convertir en la mejor noticia para el mercado.

Por otro lado, estamos en las fechas que estamos, la liquidez es escasa y los movimientos pueden ser extremadamente bruscos en ambas direcciones. Pero hay una cosa cada día más evidente, la dirección que más daño puede hacer al mercado es el alza, puesto que dejará a la mayoría de los gestores mucho peor en la foto de fin de año, especialmente tras dos semanas “horribilis”.

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El daño está bajo la superficie

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Así que recordemos algunos datos, para prever cómo puede pintar esta última semana y el principio de 2022:

• La exposición al mercado de la mayoría de los inversores institucionales, su apetito por coger nuevos riesgos, se encuentra en los mínimos del año, con el ratio de 'puts' vs 'calls' cerca de los máximos y la exposición neta de los 'hedge funds' en percentiles muy bajos.
• Los inversores minoristas están en casa para las vacaciones. Ellos controlan el 38% de los 75 billones (US Trillions) invertidos en la renta variable americana y han sido los operadores más activos este año.

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Regreso al Futuro: ómicron

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Esta semana hace un año se registró la mayor entrada de renta variable mundial en una sola semana y marcó el regreso de este inversor al mercado. En los últimos días, los foros más utilizados por esta comunidad están que hierven y no me sorprendería ver flujos trasladándose de la renta fija y los fondos monetarios a los valores favoritos de estos inversores.

Por ahora mantendría un ojo en aquellos sectores que peor lo han hecho este año. Aerolíneas, hoteles y ocio, pues podrían tener un fuerte tirón, así como las renovables y todo aquello relacionado con movilidad: coches eléctricos, cargadores eléctricos, etc... Y, por supuesto, las grandes tecnológicas favoritas de estos inversores (FANMG) que, si bien podrían sufrir en una previsible subida de tipos, aún pueden sorprender con sus altas rentabilidades y generación de caja (con Apple, Amazon o Netflix como principales estándares)

¡Les deseo a todos una feliz Navidad, y un feliz y rentable 2022!

Gracias por leerme.