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Gigantes con pies de barro: Silvergate, Silicon Valley Bank y el problema del 'mark to market'
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Rodrigo Rodríguez

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Gigantes con pies de barro: Silvergate, Silicon Valley Bank y el problema del 'mark to market'

La banca gana, que diría aquel, pero la banca tradicional, la de toda la vida, la que los ejecutivos de Silicon Valley consideraban prehistórica

Foto: Silicon Valley Bank (SVB). (Reuters/Nathan Frandino)
Silicon Valley Bank (SVB). (Reuters/Nathan Frandino)

Alguien me comentaba el otro día que la Reserva Federal no iba a parar la subida de tipos hasta que la inflación estuviera bajo control o algo se rompiera; bueno, pues dos intervenciones bancarias en 48 horas parece que son un buen principio.

Silvergate y Silicon Valley Bank son el resultado de un exceso de liquidez ridículo durante un periodo de tiempo excesivo y de la falta de capacidad para manejar un riesgo evidente y preocupante. Sin embargo, aunque los dos casos tienen características muy distintas, el resultado es idéntico. En el artículo de hoy vamos a intentar explicar el riesgo del mark to market; eso sí, dependiendo de quién asuma dicho riesgo.

Foto: (Reuters)

Silvergate se vanagloriaba de ser el "banquero del Bitcoin", Silicon Valley Bank "el de los Venture Capital y fondos de Capital Riesgo"; vamos, que los dos eran los banqueros de la "burbuja". Ahora bien, han caído por motivos bien distintos. Silvergate, supuestamente, decidió su liquidación voluntaria y, de acuerdo con la ley de California, devolverá todos los depósitos a sus clientes (honestamente lo dudo). Los problemas para este banco nacen de su, aún, poco transparente relación con la plataforma de Bitcoin FTX y su Hedge fund Alameda Research, los escandalosos vehículos del, antiguamente, venerado SBF (Sam Bankman Friedman) que, por cierto, aún está en la calle después de provocar perdidas de miles de millones a decenas de miles de inversores minoristas. Me pregunto si sus indecentes donaciones al Partido Demócrata tendrán algo que ver.

Silvergate se convirtió en un banco regional en 1996, pero no fue hasta 2014 que el director ejecutivo, Alan Lane, eligió a la empresa para comenzar a prestar servicios a clientes criptográficos como FTX o Genesis, ambos ahora en bancarrota. Se forjó un nicho al dar acceso bancario a un número creciente de nuevas empresas de criptografía. A partir de esta actividad, creó lo que se conoce como SEN, una plataforma en la que los criptodepositantes, que operan las 24 horas del día y los 7 días de la semana, podían realizar transferencias y préstamos en dólares estadounidenses fuera del horario bancario tradicional.

Esta es la definición de sus actividades según su propia Web: "SEN Leverage brinda acceso seguro de grado institucional al capital a través de préstamos en dólares estadounidenses garantizados por Bitcoin. Creamos soluciones de préstamo personalizadas y trabajamos con custodios regulados y establecidos para garantizar que su garantía nunca se rehipoteque. Además, ofrecemos reintegros y reembolsos de préstamos casi en tiempo real a través de Silvergate Exchange Network (SEN). Utilice SEN Leverage para desbloquear el valor de Bitcoin y crear una solución de préstamo personalizada para su organización".

Foto: Silicon Valley Bank es una entidad clave en el entorno de las 'startups' estadounidenses. (Reuters/Dado Ruvic)

Silvergate paso de tener $1.800 millones en depósitos y $2 mil millones en activos al final del 2018, a $14.300 millones y $16.000 millones, respectivamente, a mediados del 2021. Piensen que pasa cuando uno da préstamos apalancados con Bitcoin como garantía, y dicho instrumento pasa de cotizar a $60,000 a $20,000 en pocos meses. Si es Blanco y en botella, Negreira. Que diría mi amigo y editor David…

Si a esto se le une la quiebra de la criptobolsa FTX, nos encontramos con que los depósitos y activos totales de Silvergate cayeron a $6.200 millones de dólares y $11.300 millones a finales del cuarto trimestre del año pasado, por lo que, para reembolsar esos retiros, la compañía vendió su cartera de renta fija, cristalizando pérdidas producidas por las enormes subidas de los tipos de interés durante 2022. Para que lo entiendan, ¿por cuál de estos bonos pagaría más, por un bono americano a 10 años que le paga el 1.84% o por el actual que le paga el 4.5%?

En resumen, Silvergate era la crónica de una muerte anunciada: un negocio como el bancario, en el que tu supervivencia se basa en la confianza (que los clientes no te retiren los depósitos), no puede tener su máxima exposición a un activo que no está respaldado por nada y que es el máximo exponente de la especulación, como es el Bitcoin.

Foto: Cartel de Wall Street.

El caso de Silicon Valley Bank es distinto, aunque los efectos finales son idénticos. SVB era el décimo octavo banco más grande de Estados Unidos con $173 mil millones en depósitos y $212 mil millones en activos. ($120mil de ellos invertidos en una cartera diversificada de renta fija a finales del 2022). El problema es que en el 2020 "sólo" contaba con 60mil millones en depósitos. Este incremento masivo de los depósitos fue lo que llevo al banco a montar una cartera de, supuestamente, activos seguros: bonos del gobierno americano e hipotecas respaldadas por el gobierno. Nada incorrecto o ilegal en este hecho, pero lo hizo sin cobertura de tipos de interés mediante derivados (que con una cartera de ese tamaño hubiera sido lo prudente) justo antes de que empezaran a subir los tipos de interés, lo que nos lleva al problema del mark to market ya mencionado con anterioridad.

SVB era el banco preferido por los Venture Capitals y Private Equities y, en palabras de un amigo mío "banquero", ni siquiera quisieron explicarle su modelo de negocio cuando fue a hablar con ellos en una conferencia en Miami. Al parecer, las palabras textuales fueron: "No tenemos tiempo de explicar a la antigua banca como hacer negocios". Creo que sólo eso ya debería haber alarmado a cualquiera.

La situación crítica se ha materializado cuando la Fed ha empezado a drenar la liquidez del sistema, lo que ha sido determinante para que el mercado de salidas a bolsa de nuevas compañías (OPVs) se haya cerrado por completo, limitando la capacidad de funcionamiento de muchos de esos fondos de capital riesgo y obligándoles a retirar depósitos de "su banco favorito". Ante esta retirada, SVB se vio obligado a vender parte de su portfolio, y es aquí donde encontramos el problema: si bien los bonos en su cartera prácticamente no tienen riesgo de incumplimiento, pagan tipos de interés fijos mucho más bajos de los existentes en la actualidad y lo van a hacer por muchos años. Eso no es un problema, a menos que el banco de repente necesite vender esos valores. Debido a que los tipos de interés del mercado se han elevado mucho, esos bonos valen menos en el mercado abierto de lo que están valorados en los libros del banco. Como resultado, sólo podían venderse asumiendo enormes pérdidas.

Foto: Fachada principal de la Bolsa de París. (EFE)

Las pérdidas no realizadas de SVB en su cartera de valores a fines de 2022, se dispararon a $17 mil millones. Esta semana, cuando tuvieron que cristalizar $1.800 millones de esas pérdidas, saltaron todas las alarmas y el banco intento levantar $2.5b de capital vía venta de acciones. Pero para entonces ya era tarde, el miedo se apoderó de los inversores, vendiendo la acción de SVB a derribo y eso hizo imposible que se pudiese hacer la operación. La reacción en cadena continuó y el jueves se produjo la retirada de $42 mil millones de los depósitos y la práctica descapitalización total del banco.

Sólo los depósitos de hasta 250 mil dólares están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC) pero, como apunta Zero Hedge en su artículo del sábado, sólo entre un 3 y un 7% del total son de ese importe; empresas como ROKU, BlockFI, Roblox, y los depósitos de USDC (la moneda estable del crypto) tienen un problema mucho mayor porque sus depósitos tienen un importe manifiestamente superior.

Es por eso por lo que en este fin de semana el regulador tiene que encontrar una solución y así evitar cualquier efecto contagio, pero ¿cuál es la solución? Sencillo: que un banco de los conocidos como los cuatro grandes (JPM, BOFA, Wells Fargo o Citi) vengan al rescate. Para ellos bastaría con poner la cartera de renta fija dentro de su balance como activos a mantener hasta la fecha de vencimiento, con lo que las perdidas no son cristalizadas y, de la noche a la mañana, tendrían entre sus clientes a todos los fondos de capital riesgo y start ups que aspiran a salir a bolsa en los próximos años, con la consecuente ganancia en comisiones que dichas salidas les supondrán.

Foto: (EFE / EPA / Justin Lane)

Los cuatro grandes, según un análisis de Fund@amental Research, contabilizan más de $200,000 millones de pérdidas no realizadas, pero, curiosamente, han sido los receptores de la mayoría de los depósitos salientes de Silicon Valley y, probablemente, serán los compradores finales, puesto que no se verán forzados a materializar las perdidas. Sin embargo, siempre nos quedarán las dudas de por qué se produjo un run en 24 horas en el décimo octavo banco de Estados Unidos y de quién se beneficiará más en el corto plazo si la Fed deja de subir tipos y esas potenciales perdidas de mark to market se reducen.

La banca gana, que diría aquel, pero la banca tradicional, la de toda la vida, la que los ejecutivos de Silicon Valley consideraban prehistórica. Una pena que el concepto de mark to market no formara parte de ese refinadísimo y modernísimo modelo de negocio que, desde su torre de marfil, los seres de luz de la nueva banca no podían explicarle al "triste" banquero de inversión de toda la vida.

Alguien me comentaba el otro día que la Reserva Federal no iba a parar la subida de tipos hasta que la inflación estuviera bajo control o algo se rompiera; bueno, pues dos intervenciones bancarias en 48 horas parece que son un buen principio.

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