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Todos los fondos suben, ¿cuáles son los buenos?
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Juan Gómez Bada

Rumbo Inversor

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Todos los fondos suben, ¿cuáles son los buenos?

Discriminar por rendimientos pasados no es un trabajo sencillo porque los resultados no son fácilmente comparables

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Uno de los efectos de la recuperación de la economía y de los mercados financieros en los últimos 12 meses es que la mayoría de los fondos han generado unos resultados excepcionalmente buenos en este tiempo. Y por ello, elegir un fondo por su rentabilidad a medio plazo es actualmente muy complicado. ¿Será mejor el que ha subido un 20% o el que se ha revalorizado un 30%? ¿Tiene más riesgo el segundo? ¿Al primero le falta por subir y el segundo ha agotado su revalorización? ¿Es una subida de un 20% un mal resultado dadas las circunstancias?

Ni el inversor de a pie, ni los asesores patrimoniales lo tienen fácil. Discriminar por rendimientos pasados no es un trabajo sencillo porque los resultados no son fácilmente comparables. ¿Qué pueden hacer? Hay dos opciones:

La primera opción es fijarse en la rentabilidad a largo plazo, comparándola con fondos de su categoría en los mismos plazos: peras con peras, mirando los resultados en periodos independientes. Normalmente, muchas plataformas nos enseñan los resultados del año en curso, últimos 12 meses, últimos 3 años, últimos 5 años, etc. La ventaja de este enfoque es que es más fácil comparar fondos en los mismos plazos, el inconveniente es que si el último año es muy bueno, o muy malo, todos los resultados salen muy distorsionados por el efecto de ese período.

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Para entender bien estos datos debemos comprobar que siguen tomando las decisiones de inversión las mismas personas, con los mismos criterios. Si hubieran cambiado, los resultados pasados no serían de gran ayuda.

La segunda opción, que complementa a la primera, es elegir los fondos por motivos diferentes a su rentabilidad pasada: criterios de inversión utilizados, sistema de comisiones, confianza en la persona que lo dirige, tipos de activos en los que invierte, flexibilidad de la política de inversión, etc. Es decir, elegir un producto por sus características técnicas.

Si hubiera que quedarse con una de las dos opciones, recomiendo la segunda. Podemos aprovechar la coyuntura para dejar de mirar gráficos pasados y empezar a fijarnos en aspectos muy relevantes a los que normalmente prestamos menos atención. Es una gran ocasión para formarnos una opinión propia de los activos en los que invierten los fondos, de la utilización final que se hace de nuestros ahorros, de las personas a las que confiamos nuestro capital, de las comisiones que pagamos...

Realizar ese análisis nos ayudará a tomar mejores decisiones ahora y en el futuro: no aceptaremos lo primero que nos vendan ni compraremos el producto de moda a cualquier precio.

Uno de los efectos de la recuperación de la economía y de los mercados financieros en los últimos 12 meses es que la mayoría de los fondos han generado unos resultados excepcionalmente buenos en este tiempo. Y por ello, elegir un fondo por su rentabilidad a medio plazo es actualmente muy complicado. ¿Será mejor el que ha subido un 20% o el que se ha revalorizado un 30%? ¿Tiene más riesgo el segundo? ¿Al primero le falta por subir y el segundo ha agotado su revalorización? ¿Es una subida de un 20% un mal resultado dadas las circunstancias?

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