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Víctor Alvargonzález

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Hablemos hoy de los riesgos

Vaya por delante que los mayores riesgos no son los conocidos. El consenso no sólo suele equivocarse sobre qué funcionará mejor, también sobre por donde van a venir mal dadas.

Foto: Imagen de la Bolsa de Madrid (Efe)
Imagen de la Bolsa de Madrid (Efe)

En los dos artículos anteriores hablamos de ideas de inversión en renta variable para 2018. Hoy “toca” hablar de los riesgos. Los he dejado intencionadamente para el final, para que no parezca que quiero entrar en el “club” de los agoreros profesionales que solo hablan de los riesgos con la esperanza de que ocurran y así anotarse el tanto.

Vaya por delante que los mayores riesgos no son los conocidos. El consenso no sólo suele equivocarse sobre qué va a funcionar mejor, también suele equivocarse en por donde van a venir mal dadas. Así que la mejor forma de tomar posición frente a los riesgos es tener liquidez. Y no hablo de dinero en un depósito o un fondo monetario al cero por ciento, sino en fondos mixtos conservadores, como los que mencioné en mi último informe. La estrategia es sencilla: a más riesgo potencial, más liquidez y viceversa. Lo que nos lleva al primer riesgo a tener en cuenta este año: la posibilidad de una corrección.

Foto: (Foto: iStock)

Como verán, hablo de corregir, no de cambiar de tendencia. Como ya comenté en un artículo anterior (ver “Qué nos dice la historia sobre el futuro del Dow Jones”), la evolución bursátil de los EEUU me recuerda mucho a la que se produjo durante la presidencia de Ronald Reagan: fuerte subida en los primeros años de la misma, brusca corrección y posterior recuperación para reiniciar la tendencia alcista.

Esa corrección es, en mi opinión, uno de los principales riesgos en la actualidad. El mercado está entrando en un periodo de euforia, bajos niveles de liquidez y sobrecompra que son el caldo de cultivo de una corrección. Y me refiero sobre todo al mercado norteamericano. Y no es cierto que todas las bolsas hayan subido mucho. Por poner un par de ejemplos, es ahora cuando el Eurostoxx 50 es intenta romper su máximo anterior, cosa que el SP 500 hizo en 2013. Y la bolsa japonesa está a años luz del suyo, alcanzado en los años 80. Obviamente una corrección en EEUU afectaría a todo el mundo. A lo que me refiero a que es allí donde es más probable que salte la chispa y donde probablemente fuera más profunda.

Varios podrían ser los orígenes de esa corrección. Recuerdo, por ejemplo, que en 1987, siendo yo todavía un estudiante de económicas, escuché hablar a un banquero suizo sobre lo mucho que les preocupaba la caída del dólar. Fue unos meses antes del “crash” del 87. Y en esas estamos ahora: con el dólar en caída libre. Por cierto: el “crash” de aquel año fue una magnífica oportunidad de compra para quien fuera prudente y tuviera liquidez en cartera.

El detonante también podría ser un incremento de la volatilidad. He dicho en varias ocasiones que no me extraña en absoluto que la volatilidad sea actualmente muy baja, porque resulta que ha sido muy alta en los veinte años anteriores. Simplemente estamos revertiendo a la media. Ahora bien, tampoco es normal que esté tan baja y tanto tiempo. Podría tener un repunte importante, aunque solo fuera temporal.

Foto: Lluvia de liquidez. Opinión

Otro de los elementos clásicos generadores de una corrección son los tipos de interés . En este caso los norteamericanos. Me refiero, sobre todo, a los plazos largos. Si, por ejemplo, el bono a diez años USA alcanzara una TIR por encima del 3%, más de un fondo de pensiones norteamericano decidiría realizar beneficios en bolsa y llevar una parte de su cartera a bonos en detrimento de las acciones. Además, por encima de ese nivel se rompe claramente al alza la tendencia bajista del tipo de interés del bono, iniciada nada menos que en 1985. No me gustaría estar cargado de renta variable si eso llegara a ocurrir.

Hay más riesgos, pero en el fondo es indiferente cuales sean y si son o no conocidos, porque es imposible establecer el “timing” de una corrección. Lo que hay que hacer es prepararse para cuando ocurra. Yo creo que el mercado todavía subirá bastante más antes de corregir, así que hay tiempo de tomar dos medidas básicas. La primera, acumular cierta cantidad de liquidez en fondos remunerados de muy baja volatilidad. El problema de una corrección no es comértela. El problema es no poder aprovecharla. La segunda es identificar productos que sirvan de cobertura, como son los ETF inversos o determinados fondos con correlación negativa con las bolsas. Porque las correcciones son de dos tipos: las que avisan y las que no. Los productos mencionados sirven de amortiguador en las que ves venir. Conviene tenerlos localizados.

Esta estrategia también es válida si finalmente no hay corrección o tarda varios años en producirse. O si lo que tenemos es un largo periodo lateral en las bolsas, que todo es posible. En ese caso tendríamos liquidez, si, pero no estaríamos fuera del mercado. Y los “amortiguadores” no tenemos por qué comprarlos si no vemos nubes en el horizonte, solo tenerlos identificados y una cuenta operativa para comprarlos. Si al final no pasa nada, estupendo: eso que nos ahorramos.

En los dos artículos anteriores hablamos de ideas de inversión en renta variable para 2018. Hoy “toca” hablar de los riesgos. Los he dejado intencionadamente para el final, para que no parezca que quiero entrar en el “club” de los agoreros profesionales que solo hablan de los riesgos con la esperanza de que ocurran y así anotarse el tanto.

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