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La nueva líder "sanchista" de la renqueante izquierda italiana
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Ramón González Férriz

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La nueva líder "sanchista" de la renqueante izquierda italiana

Es una europeísta convencida que exige más integración, defiende la existencia de Israel y condenó enérgicamente a Hamás, pero se muestra partidaria de seguir el ejemplo de España y reconocer a Palestina como Estado

Foto: Schlein salunda a Sánchez. (EFE/Fabio Frustaci)
Schlein salunda a Sánchez. (EFE/Fabio Frustaci)
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Los líderes de tres de los principales partidos italianos se presentan como cabeza de lista en las elecciones europeas. Giorgia Meloni, de Hermanos de Italia, y Antonio Tajani, sucesor de Berlusconi al frente de Forza Italia, son viejos conocidos. Pero Elly Schlein, la jefa y candidata del Partido Democrático (PD), de centro-izquierda, es aún una relativa incógnita.

Se hizo con la secretaría general del partido hace algo más de un año con un programa radical, una personalidad novedosa y promesas de renovación. Pero hoy sigue sufriendo las tradicionales dificultades de la izquierda italiana para acordar y respaldar unida una línea ideológica. Porque, a diferencia de la derecha, que en las últimas décadas ha mostrado una vertiginosa capacidad de renovación, la izquierda italiana ha tenido dificultades para reinventarse. Lleva muchos años sumida en batallas entre los socialdemócratas moderados —que son los que ocasionalmente han llegado al poder— y quienes exigen una mayor radicalización para transformar la declinante economía, y la muy tradicional estructura social, del país. En muchas ocasiones, estos últimos han buscado referencias en España. Hace quince años, para parte de esta izquierda, José Luis Rodríguez Zapatero era un modelo de radicalismo democrático. Ahora, parece serlo Pedro Sánchez.

La inesperada joven radical

Cuando, en febrero de 2023, Schlein ganó las primarias del PD italiano por un ajustado margen, se la comparaba con la joven política estadounidense Alexandria Ocasio Cortez. Nacida en 1985 en Suiza, es una cosmopolita hija de padre judío americano con raíces en Ucrania y de madre italiana descendiente de políticos antifascistas.

Estudió en la muy roja universidad de Bolonia, fue voluntaria en las campañas presidenciales de Barack Obama, se sumó al PD, se convirtió en eurodiputada y luego abandonó el partido porque discrepaba de la línea económica liberal impuesta por el entonces primer ministro Matteo Renzi. Se declaró bisexual. Los perfiles periodísticos destacaban su afición al videojuego Monkey Island y a la música punk. Si Giorgia Meloni decía "soy mujer, soy madre y soy cristiana", ella dijo "soy mujer, amo a otra mujer y no soy madre, pero eso no me hace menos mujer". La mitad del partido más ortodoxa pensó que esa fórmula le llevaría directamente al desastre en un país como Italia. La otra sintió que era la sacudida que necesitaba la izquierda para abandonar su tedio derrotista.

Schlein habla de la lucha contra el fascismo y reprocha constantemente al centro-derecha que pacte con la derecha radical

La defensa de los derechos

Un año después de su elección, Schlein no controla plenamente su partido, que sigue escindido. Y no genera entusiasmo. Pero su agenda ideológica es interesante porque, a pesar de que muchos siguen considerándola una radical, más bien ha abrazado la nueva ortodoxia socialdemócrata que, aunque resulte extraño a muchos en España, encarna Sánchez. Schlein habla con mucha frecuencia de la lucha contra el fascismo, reprocha constantemente al centro-derecha que pacte con la derecha radical, quiere derogar la reforma laboral que está en vigor en Italia e insiste en poner en el centro del debate la sanidad pública. Su retórica se basa en la idea de "defender los derechos", que en la izquierda española ha sido habitual desde hace veinte años, pero que era infrecuente en Italia.

En el plano internacional, es una europeísta convencida que exige más integración y más gasto público dirigido por la Comisión Europea. Defiende la existencia de Israel y condenó enérgicamente a Hamás, pero se muestra partidaria de seguir el ejemplo de España y reconocer a Palestina como Estado. También ha criticado abiertamente el régimen de Putin y defendido la ayuda militar europea a Ucrania, pero afirma que se podría hacer más por vías diplomáticas.

Las encuestas señalan que Meloni ganará las elecciones europeas, seguida por Schlein, que no ha sido el revulsivo que se esperaba

Nada de todo esto es demasiado extremo en el contexto internacional, pero sí implica algunas importantes rupturas con la tradición política italiana. Es como si Schlein quisiera introducir en ella discusiones que son mucho más habituales en Estados Unidos o en nuestro país. Algunos creen que es un error porque Italia opera con otras coordenadas morales y culturales. Otros, que es la única forma de que las abandone de una vez.

Expectativas mediocres

El resultado hasta ahora es mediocre. Las encuestas señalan que Meloni ganará las elecciones europeas con alrededor del 28% del voto, seguida por Schlein, con alrededor del 22%. Es más o menos el mismo resultado que el PD obtuvo hace cinco años, uno de los peores de su historia reciente. Consolida al partido como el segundo del país por delante de 5 Estrellas, pero evidencia que Schlein no ha sido el revulsivo que se esperaba. Seguramente, bastará para que su partido no pretenda echarla, pero tampoco reforzará demasiado su posición.

Foto: El fundador de Plaza Pública, Raphaël Glucksmann. (Reuters/Abdul Saboor) Opinión

La batalla interna entre moderados y radicales seguirá dominando la izquierda italiana. Con la oposición dividida, la Lega de Matteo Salvini en vías de desaparición y Forza Italia cómoda haciendo política con ella, Meloni tiene por delante años de relativa tranquilidad. Es posible que se convierta en el modelo de una derecha europea que no quiere abandonar del todo la ortodoxia liberal-conservadora, pero siente que necesita volverse más rocosa e ideológica.

Anteayer, en un mitin en Milán, Schlein insistió en sus temas de campaña. Acusó a Meloni de no hacer nada por mejorar los salarios de los trabajadores y de reducir el gasto en la sanidad pública. Dijo que es lamentable que la primera mujer jefa de Gobierno no defienda derechos de las mujeres como el aborto, y afirmó que "cancela la libertad". El acto terminó con una canción antifascista.

Podría haber sido uno de esos mítines en los que Pedro Sánchez parece creerse el líder de la oposición y se dedica a atacar a Isabel Díaz Ayuso. Aquí, esa fórmula funciona. En Italia parece que, de momento, no tanto.

Los líderes de tres de los principales partidos italianos se presentan como cabeza de lista en las elecciones europeas. Giorgia Meloni, de Hermanos de Italia, y Antonio Tajani, sucesor de Berlusconi al frente de Forza Italia, son viejos conocidos. Pero Elly Schlein, la jefa y candidata del Partido Democrático (PD), de centro-izquierda, es aún una relativa incógnita.

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