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Tribuna Internacional
Por
¿Champán con barbacoa?
Bernard Arnault, CEO de Louis Vuitton, convocó una rueda de prensa y anunció que estaba considerando trasladar la capacidad de producción de Francia a Texas
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¿Puedes decir LU – i VÍ – ton?
Así es como en Texas pronunciamos el nombre de la icónica marca de lujo francesa. Bueno, si Donald Trump se sale con la suya, Louis Vuitton pronto fabricará sus codiciados bolsos en el Estado de la Estrella Solitaria.
Todo comenzó en la investidura del presidente Trump hace unas semanas (un evento espléndido os puedo asegurar). Entre los asistentes se encontraba Bernard Arnault, CEO de Louis Vuitton, acompañado de su esposa Hélène y dos de sus cinco hijos, Delphine, de 49 años, y Alexandre, de 32. Según rumores (de fuentes muy fiables), Trump apartó a Arnault durante la recepción posterior a la ceremonia para una breve charla y le dijo algo como:
"Sabes, Bernard, haces unos bolsos geniales. Muy bonitos. Muy elegantes. Tres magnifik. A Melania le encantan. A Ivanka también. ¿Yo? No soy de bolsos. Nada en contra. Simplemente no es lo mío. No necesito. Tengo un tipo—del Servicio Secreto—un tipo que... ese es su trabajo. Llevar mis cosas. Lo llamo mochililla. Es un tipo pequeño (ríe). Es que... oye... yo viajo ligero.
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"Pero mira... Bernard, he estado pensando... ¿Has estado alguna vez en Texas? Un lugar precioso. Grande. Muy grande. Enorme. Muchas vacas. Mucho cuero. Y, ¿sabes qué? Texas sería un gran lugar para hacer tus bolsos. Hablé con Greg (el gobernador de Texas) y le encantaría ayudarte a hacerlo realidad."
Muchos de los que escucharon la conversación se rieron:
¡Louis Vuitton en Texas!
Ja, ja, ¡ja!
¡Locuras de Trump!
¡C'est fou!
Y allí se quedó, hasta la semana pasada, cuando el señor Arnault convocó una rueda de prensa y anunció que estaba considerando trasladar la capacidad de producción de Francia a Texas.
Un poco de contexto
A principios de este año, los socialistas franceses estaban luchando (otra vez) por aprobar el presupuesto del gobierno. En lugar de recortar el gasto, propusieron aumentar los impuestos corporativos (otra vez).
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[Nota para mis amigos de extrema izquierda: Antes de que empecéis a celebrar el aumento de impuestos en Francia, recordad dos cosas. Primero, cada vez que el gobierno sube los impuestos a las "empresas", estas simplemente trasladan ese costo a los consumidores, es decir, a nosotros. Los políticos de izquierda prefieren subir impuestos a las empresas porque así pueden fingir que están luchando contra "corporaciones avariciosas" para promover el bienestar general. Pero al final, el dinero siempre sale de nuestros bolsillos. Segundo, recordad —lo trataré en un futuro artículo— que los impuestos no crean bienestar ni oportunidades, los destruyen.]
Poco después de la investidura de Trump, el aumento del impuesto corporativo en Francia se convirtió en ley. Bajo esta nueva normativa, la empresa de Arnault ahora pagará un 36% en impuestos. En EEUU la tasa sería del 21%, una diferencia del 15%. Eso compra mucho champán con faisán…
Arnault no es el único CEO que mira con anhelo a Texas. Mark Zuckerberg, CEO de Meta anunció la semana pasada que su compañía estaba considerando trasladar su sede fiscal a Texas.
¿Cuál es el atractivo de Texas?
La inmigración se convirtió en un tema candente bajo la administración de Joe Biden en Estados Unidos. Hubo una gran atención mediática sobre la inmigración ilegal hacia EEUU, pero hubo otra migración igual de significativa que pasó desapercibida en la prensa internacional: la migración interna. Según la Oficina del Censo de EEUU, en solo dos años (2020-2022) más de dos millones de personas abandonaron los dos estados más progresistas del país — Nueva York y California— en busca de mejores oportunidades, calidad de vida, menor criminalidad, etc. En EEUU a esto lo llamamos "votar con los pies". La mayoría de estas personas acabaron en Texas, y no dejan de llegar más cada día.
Y no fueron solo individuales que huyeron de California a Texas. Entre 2020 y 2024, más de 170 empresas abandonaron California para trasladar sus operaciones a Texas. Entre ellas, gigantes como Hewlett-Packard, Oracle, Tesla, Chevron y Charles Schwab. Solo estas cinco empresas (de las 170) tienen una capitalización de mercado de 1,7 billones de dólares, generan ingresos por 435.000 millones de dólares y han aportado 45.000 empleos directos a Texas.
De California (extrema izquierda) a Texas (derecha)
En EEUU, los estados pueden imponer impuestos locales adicionales (como también pueden las comunidades autónomas en España). California tiene la tasa impositiva más alta del país. A pesar de ello, como os expliqué en otro artículo, California no puede ni gestionar incendios forestales ni garantizar un suministro eléctrico estable. También, con su genialidad izquierdista extrema, ha reducido de delito grave a falta menor el robo de bienes por menos de 900 dólares, con la brillante justificación de que estos "oprimidos históricos" roban por necesidad. Resultado: saqueos al por mayor y empleados de tiendas obligados a mirar sin poder intervenir. Políticas típicas de extrema izquierda. Sin embargo, en Texas la ley es ley. El concepto de okupa es impensable, surrealista. Básicamente, las cosas funcionan.
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Los números tampoco mienten. En California el impuesto estatal sobre la renta añade un 13,3% al ya existente 21% federal, elevando la presión fiscal total al 33,3%, una cifra que prácticamente iguala a la de Francia al 36% (para el que se lo pregunte, el impuesto federal comparable en España es de un 25%). Y, a pesar de exprimir a sus contribuyentes, California arrastra un déficit monumental de 68.000 millones de dólares. Texas tiene una política impositiva radicalmente opuesta: 0% de impuesto estatal sobre la renta y goza de un superávit de 30.000 millones de dólares.
El Estado de Texas es rentable —funciona como si fuese una empresa bien gestionada—. Sin embargo, California está al punto de bancarrota. Algunos de mis amigos me han respondido a esta comparativa: “Claro —es que Texas tiene petróleo—.” Consideremos que Texas cuenta con 20.000 millones de barriles de reservas de crudo. Venezuela tiene 303.000 millones de barriles, y ¿qué tal le va al país? El éxito de una empresa, un estado, o un país no se basa simplemente en los recursos que pueda tener, sino en cómo se gestiona.
Arnault y Zuckerberg llegan tarde al tren
Ahora entendemos un poco mejor por qué los señores Arnault y Zuckerberg están considerando mudarse a Texas. No podemos culparles. Es exactamente lo que hizo Ferrovial cuando decidió trasladarse de España a Luxemburgo en busca de un entorno empresarial más favorable. Y aunque el señor Sánchez y sus acólitos se rasgaran las vestiduras en su momento, él sabe perfectamente que la culpa de la marcha de Ferrovial es suya. Las personas y las empresas no se van de los lugares donde se sienten tratadas con justicia. Y si deciden irse, es su derecho hacerlo. Como el propio Pedro Sánchez escribió en su tesis: “Las compañías pueden penalizar con la no localización o la deslocalización de aquel territorio con cuyas normas reguladoras están en desacuerdo.”
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¿Creo que el señor Arnault abandonará Francia por Texas? Le costaría encontrar un lugar más favorable para hacer negocios. Pero, en mi opinión, España sería una mejor opción. Está más cerca, tiene un impuesto de sociedades mucho más bajo que Francia (un 11% menos) y cuenta con una mano de obra altamente cualificada. El señor Sánchez debería llamar al señor Arnault con un pitch de ventas (aunque, siendo realistas, sería mejor que lo hiciera la señora Díaz Ayuso). Estaría bien que el señor Arnault tenga claras sus opciones:
¿Champán con faisán?
¿Champán con barbacoa?
¡O champán con tortilla de patatas!
*J.K. Franko, abogado estadounidense que ha escrito libros y artículos sobre política y derecho, especializándose en derecho constitucional de EEUU. Vive en Dallas, Texas, y es autor de varias novelas, incluyendo la trilogía La ley del Talión (Ojo por ojo, Diente por diente, Vida por vida) y Hasta que tu muerte nos separe (Ed. Roca, 2024).
¿Puedes decir LU – i VÍ – ton?