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¿Padece cáncer el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas?
A falta de algunos resultados, podemos decir que el CNIO es sospechoso de sufrir un tipo de cáncer muy extendido a lo largo y ancho de la administración pública española
Hagamos un diagnóstico. Tras una primera exploración al paciente, que es el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), voy a resaltar algo: su directora desde hace 13 años, María Blasco, tiene un sueldo anual de 230.000 euros, mientras que el de los investigadores jóvenes ronda los 17.000. Además, la cúpula del CNIO se repartió 720.000 euros en sobresueldos entre 2014 y 2020, informa Lidia Ramírez.
Sigo con la exploración: Blasco, hace tres años, definía como un “experimento”, en El Faro de la SER, su regreso a España tras ejercer como investigadora en Estados Unidos. España era entonces un “desierto de la investigación”, pero ella decidió abandonar la meca de las universidades bien financiadas y regresar al terruño, donde terminaría dirigiendo el CNIO, que ahora tiene un grave problema de obsolescencia en sus equipos e insatisfacción en su plantilla.
“Nosotros éramos la primera generación de españoles que se iban a EEUU y volvíamos. (...) Fuimos un poco pioneros en eso, pero era el momento. El momento de que aquí empezaba a crecer la ciencia”, dice. Durante la entrevista comenta complacida que el CNIO es un centro puntero. “Muchos fondos”. Leo hoy en El País: “María Blasco culpa al Gobierno de la falta de fondos del CNIO y pone su cargo a disposición de Diana Morant”.
Primer TAC. Se habla de un déficit estructural, sueldos irrisorios, microscopios avanzados que se presupuestan y no se compran y de un brazo paralelo de CNIO dedicado (dicen que con partida propia procedente de donaciones) a la compra de arte. Se habla también en El Debate de la compra de dos casas a tocateja en Galicia en 2023 por parte de Blasco y Ruth Toledano.
Buscando en Google sus nombres, se abre un interesante abanico de colaboraciones relacionadas con el arte y el animalismo. Leo en culturavegana.com (2021): “Se ha firmado un acuerdo histórico entre el Centro de Investigaciones Oncológicas que dirige María Blasco y la Fundación Franz Weber, en este asunto representada por Ruth Toledano”. Me encuentro en YouTube en unas charlas de CNIO Arte presentadas un año más tarde por Blasco y, de nuevo, sale Toledano.
Segundo TAC. Según los investigadores del CNIO, la asignación para renovar equipamiento es de un millón de euros, que Blasco considera “claramente insuficiente”. Es tan “poco dinero” como el que CNIO Arte gastó en un año: 877.787,99 euros, según un informe de Transparencia adelantado por ABC, cantidad que incluye 291.979,35 euros para la adquisición de obras y 585.106 euros en personal.
Historial clínico previo: entre los años 2018 y 2023, el monto para compras de cosas muy bonitas y viajes de Blasco con “algunos acompañantes” a África o el Ártico habría alcanzado los tres millones de euros. Lo pone en el informe de la secretaria general de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación, además de presidenta del patronato del CNIO, al que ha tenido acceso The Objective.
Leo en El País que algunos investigadores están yendo a otros centros de investigación para usar su equipamiento, “algo insólito en un centro que maneja un presupuesto total de más de 40 millones de euros. La vejez de los equipos dejan al CNIO muy lejos de la capacidad tecnológica de otros centros aparentemente más modestos, como el Centro Nacional de Biotecnología, o el Severo Ochoa, dependientes del CSIC, o el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, que llegan a tener hasta seis microscopios confocales”.
Pregunto a una empresa que vende microscopios confocales de barrido láser cuánto cuesta cada aparato. Es una empresa puntera que ha participado en concursos de CNIO en el pasado. Allí me informan que uno de esos aparatos, apto para las necesidades de investigación oncológica, cuesta entre 700.000 € y 1 millón. El único aparato operativo en CNIO costó algo más de 900.000 + IVA. Como los cuadros y los sueldos de CNIO Arte, vaya.
Conclusión: “El CNIO lleva 10 años sin cabeza” denuncia a El País Marcos Malumbres, que ha sido jefe de grupo en el centro, quien añade: “La falta de conexión con la realidad de la directora es absoluta”. En El Confidencial, leo que de las 450 personas que desempeñan su labor en el CNIO, más de 40 han pasado por los juzgados para reclamar que se actualicen sus salarios. Es decir: el 10%.
Blasco alardeaba en esta entrevista en El Faro de hace tres años del grandísimo empujón que ella misma habría dado al CNIO, pero especialmente en el apartado de “comunicación”. Entiendo que en “comunicación” entra, por ejemplo, la potencia para expresar a través de obras de arte la relación intensa y multidisciplinar entre la investigación científica y la indagación cultural de los escultores y las escultoras a la hora de abordar el cáncer. La zarandaja posmoderna, vaya.
No soy médico, pero sí un artista, de modo que vamos allá con el diagnóstico: a falta de algunos resultados, podemos decir que el CNIO es sospechoso de sufrir un tipo de cáncer muy extendido a lo largo y ancho de la administración pública española. Más vale mandarlo con el especialista. La factura sanitaria volvemos a pagarla todos.
Hagamos un diagnóstico. Tras una primera exploración al paciente, que es el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), voy a resaltar algo: su directora desde hace 13 años, María Blasco, tiene un sueldo anual de 230.000 euros, mientras que el de los investigadores jóvenes ronda los 17.000. Además, la cúpula del CNIO se repartió 720.000 euros en sobresueldos entre 2014 y 2020, informa Lidia Ramírez.
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