Es noticia
China y Estados Unidos preparan ya la guerra de los Terminator
  1. Tecnología
  2. Hasta los diodos
Jesús Díaz

Hasta los diodos

Por

China y Estados Unidos preparan ya la guerra de los Terminator

Si no vuelan antes los misiles, la próxima gran guerra mundial la lucharán los robots y la sufriremos los de siempre: todos nosotros, los tolilis civiles

Foto: Caminito del belén con los Terminator
Caminito del belén con los Terminator

Después de 20 años, casi 2500 muertos en acción y más de 20.000 soldados heridos, los americanos se retiran con el rabo entre las piernas después de dejarse sangre, sudor y billones en Afganistán. Detrás dejan un lío cósmico, una horrorosa crisis humanitaria y otro argumento más para su nueva estrategia militar: la guerra sin soldados ni pilotos ni marinos. Una guerra de videojuego con robots asesinos de todo tipo.

Foto: China usará sus cohetes pesados para poner su primera estación eléctrica orbital en 2030 Opinión

Una estrategia que también están siguiendo China y Rusia. Andan las tres potencias con lo mismo: crear ejércitos masivos de armas autónomas capaces de luchar por su cuenta.

Enjambres de cazas y bombarderos sin piloto, conectados entre ellos y a satélites. Tanques capaces de detectar, elegir y acabar con enemigos. Submarinos compactos sin tripulación con torpedos y misiles nucleares. Robots humanoides capaces de seleccionar objetivos y crujir un cráneo humano como si fuera un huevo. Todos controlados por sistemas tácticos de inteligencia artificial que ni sienten ni padecen.

Foto: El Tesla Bot será el robot humanoide más poderoso jamás creado, dice Tesla (Tesla)

Todo esto no está a la vuelta de la esquina, pero sí está en desarrollo. Y todas las tecnologías necesarias están convergiendo para que, en un futuro no muy lejano, tengamos guerras en los que no haya peones humanos, sino ejércitos de máquinas desechables. Las ganará el que tenga más aparatos y la inteligencia artificial más rápida y mejor entrenada.

“Tiene que dejar de jugar al Call of Duty, Don Jesús”, me dice Paquito mientras limpia boquerones. Los boquerones del bar de Paco son los mejores de Málaga aunque el bar esté en Madrid. El tío los fríe con un arte que no es normal, impecables, con el punto de jugosidad perfecto y un rebozado fino y crujiente, de encaje de bolillos. Yo me los como a puñaós.

Foto: El portaaviones del Pentágono no será el helicarrier de SHIELD (Marvel)

Paco se cachondea de mí por no llorar. Sabe que yo sólo juego al Super Mario y al Monkey Island, pero está al tanto de lo que se cuece en el Pentágono, en el Kremlin y en el Zhongnanhai porque lee Novaceno.

Sabe que lo que están siguiendo es un guión de peli de ciencia ficción. Y además el típico, el de Skynet y Schwarzenegger, pero sin un John Connor que nos salve del apocalipsis. Un guión de final tan cantado que dan ganas de liarse a pegar gritos en el cine, como cuando ves a la pareja de chavalines después de la fiesta del instituto entrar en una casa abandonada y uno dice “¿has oído eso?” antes de bajar al sótano a ver qué pasa en vez de salir por patas. ¿Para qué te metes en la casa abandonada si sabes que puede estar el asesino afilando la motosierra, Makeijan? ¿Es que no ves películas de terror en tu puto universo, Makeijan? ¿Pero tú eres tonto o qué, Makeijan de los cojones? Qué mal me caes, Makeijan. Malasangre.

Foto: El dron MQ-25 T1 alimentando a un F-18 (Boeing)

Pues aquí lo mismo. Para alcanzar la supremacia y mantener el contador de bajas militares a cero, estas tres potencias están tomando decisiones de consecuencias totalmente predecibles. Porque, aunque Elon Musk se haya olvidado del miedete que le daba la inteligencia artificial de Google, esta película siempre acaba mal y es de serie B.

Ya no es que podamos terminar con un apocalipsis nuclear lanzado por Joshua, que también, sino que al final pagarán el pato los de siempre: la población civil. En Afganistán el precio ha sido relativamente moderado pero igualmente horrible comparado con otras guerras recientes, con 47.245 civiles afganos, 444 trabajadores de ONG y 72 periodistas muertos. Eso con humanos tomando las decisiones y lanzando los ataques.

Foto: Un dron Avenger, capaz de seguir y atacar objetivos de forma autónoma. (General Atomics)

Cuando sean unidades de inteligencia artificial que tengan como misión el derrotar al enemigo, ¿serán esos números mejores o peores? ¿Y quién garantiza que los gobiernos de EEUU, China y Rusia — más Israel, Corea del Sur y Reino Unido — programarán a sus millones de máquinas desechables para respetar la vida de inocentes cuando ahora mismo se las pasan por el rebozado de los boquerones? ¿Qué es lo que nos espera cuando las tres potencias afirman a las claras que no hace falta que estas armas autónomas estén reguladas por leyes internacionales y menos aún prohibidas?

Foto: El Kargu-2 drone es capaz de lanzar bombas autónomamente. (STM)

Estos juegos de guerra no son de Nintendo, pero van a ser más surrealistas que un mono de tres cabezas. Y no tendrán soldados muertos, pero pueblos y ciudades van a terminar oliendo como tres toneladas de cabezas de boquerones abandonadas tres días a pleno sol de agosto. Como alguien no pare esto, estamos condenados a la autodestrucción.

Después de 20 años, casi 2500 muertos en acción y más de 20.000 soldados heridos, los americanos se retiran con el rabo entre las piernas después de dejarse sangre, sudor y billones en Afganistán. Detrás dejan un lío cósmico, una horrorosa crisis humanitaria y otro argumento más para su nueva estrategia militar: la guerra sin soldados ni pilotos ni marinos. Una guerra de videojuego con robots asesinos de todo tipo.

Inteligencia Artificial Afganistán Misiles Elon Musk Nintendo Reino Unido Málaga
El redactor recomienda