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Sr. y Sra. Ferreras
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Sr. y Sra. Ferreras

Esa es mi gran duda. Saber si Ferreras y Pastor son la versión nacional de los Angelina Jolie y Brad Pitt de 'Mr. & Mrs. Smith'. ¿Recuerdan? Esa película en la que un matrimonio trabaja en lo mismo y acaban a tiros

Foto: Caricatura de Paco Sordo
Caricatura de Paco Sordo

Como buen crítico de televisión, suelo ver poco la tele. De lo contrario descendería a la categoría de espectador, que está como tres o cuatro estamentos más abajo. ¿Saben el resquicio que queda justo entre los libertos y los esclavos? Pues ahí. Ha querido Dios que mi esclavitud al menos sea de tipo económico. Escribo para sobrevivir. Para sobrevivir muriendo, como el 'prota' de 'El ladrón de orquídeas'. Muero un poco más cada día que veo la tele y eso a pesar de que soy de esos que empiezan a leer un periódico siempre por detrás. A nadie se le escapa que la página de la Programación es indudablemente la que más verdades recoge, incluso cuando está llena de erratas, de todas las que habitan un diario. Luego avanzas hacia la portada (Televisión, Deportes, Cultura, Economía… Política) y todo se va desmoronando.

Mi mayor problema viene cuando la tele y la política, las dos cosas que más me matan en esta vida, se unen en campaña (y precampaña) contra mí. Lo están haciendo ahora. Ahora que los políticos necesitan sacar la artillería pesada para ganar el voto de los indecisos, esto es, las guitarras lloronas, las esposas bellas, las vicepresidentas con 'swing', los hijos que piensan que los comentarios del FIFA son “una basura”. Todo suma. De momento, ya sabemos que Pedro Sánchez solo se ríe como una persona normal en Whatsapp (en persona se ríe “jojojo”) gracias a su visita al 'casoplón' no muy socialista de Bertín Osborne. También sabemos que Rajoy se sentará en el mismo sofá la semana que viene, y también en el de María Teresa Campos, pero que sin embargo se niega a participar en un debate de candidatos y prefiere echar a los perros a su número dos. Deben entender esta actitud. Una entrevista es mucho más apetecible cuando sabes que la pregunta más difícil que te harán es si eres más de Rioja o de Ribera (Del Duero, no Albert, que además es con uve).

Pero dejemos de lado la poesía y hablemos de las musas. Por favor, hablemos de Ana Pastor, que tiene un nombre poco molón para ser musa, sí, pero que al menos es la Gala de un artista: Ferreras, Antonio, el señor ese que siempre está en posición de guardia o de ataque, no sémuy bien, sentado en la mesa de debate con un hombro por delante del otro. Ese. Porque a mí la vida privada de los políticos me la trae un poco al pairo, por mucho que ahora ellos estén blandiendo las espadas en la cruzada del 'cuore' en busca de la identificación con las chachas que por la mañana les hacen la cama. Pero la relación de estos dos, Ferreras&Pastor, lo cierto es que me pone mucho más cachondo.

Vaya por delante que no tengo nada en contra de que sean pareja en lo artístico y lo personal, aunque la historia nos ha demostrado (Elizabeth Taylor y Richard Burton, Walter y Margaret Keane, Romina y Al Bano) que estos dúos casi siempre acaban mal. Muy mal. Lo que me pasa es que no puedo evitar cada vez que les veo juntos en un informativo especial pensar en todo esto. Él la llama a ella “Pastor”. Ella le llama a él “Ferreras”. Supongo que lo hacen poraquello de marcar distancias. Pisan el felpudo de Ikea y el amor del hogar da paso al frío del apellido. Da igual, porque yo sé, y por eso me trago todos sus programas, solo por eso, que un día, en un renuncio, uno le va a decir al otro: “Cari, compra tú el pan”. Y yo estaré ahí para verlo.

Los entrevistados van a 'El Objetivo' como los Comuneros iban al cadalso. Saben que Pastor lo sabe. Lo sabe todo. El día que le robaste el sacapuntas a Isabel Perrino, la hija del carnicero. Lo sabe. El día que te bebiste un chupito de Jägermeister y te tiraste a la fea. También lo sabe.

Repito que yo no tengo nada en contra de ellos. Hablo ahora como crítico acomodado. Como espectador raso no lo tengo tan claro. También he de decir que me gustan muchas cosas de las que hacen. De Ferreras, por ejemplo, valoro especialmente su capacidad para crear relatos con emoción, solo comparable a la de Iker Jiménez. El otro día llegué a mi casa y mi pobre madre, que lo estaba viendo, se había montado una trinchera con los cojines del sofá. "¿Tercera Guerra Mundial contra Daesh?", se preguntaban en LaSexta. “Trae el kalashnikov, hijo, lo tengo en la despensa”. Antonio, como siempre, 'Al rojo vivo'. Me quedé viendo el espacio media hora y he de decir que he visto probablemente menos intensidad bélica en el arranque de 'Salvar al soldado Ryan'. Y eso hay que valorarlo, claro.

De Ferreras lo que no me gusta es que escriba en el 'Marca'. Lo digo por él, que a mí me da igual. Yo me preocupo por la gente. "Cuando haces un periodismo que incomoda cuestionan tu objetividad". Esta frase es de Antonio. Pero claro, luego su Madrid pierde 0-4 contra el Barça y él escribe esto: "Por primera vez en la historia el resultado deportivo no es lo más trascendente". ¡Toma! Lo trascendente era, según Ferreras, el increíble despliegue de seguridad que había conllevado el partido. “Un partido contra el miedo”. Muero. Muero de miedo. Muero con las grandes verdades. Muero de objetividad. Muero, sobre todo, con los colegas de Florentino que van a los partidos a contar policías en lugar de goles.

Luego está Ana Pastor, que es una mujer de carácter, y el carácter siempre hay que celebrarlo. Pero también es cierto que es un poco Marisa Paredes, porque casi siempre está un pelín sobreactuada. Aun con todo, cabe mentarla como una renovadora del lenguaje periodístico. De un tiempo a esta parte, el titular habita más en la pregunta que en la respuesta, en la forma que en el fondo. En las facultades están que trinan con este cambio de tercio. Ya no valen los apuntes de antes. Los entrevistados ya ni te cuento. Van a 'El Objetivo' como los comuneros iban al cadalso. Saben que Pastor lo sabe. Lo sabe todo, la tía. El día que le robaste el sacapuntas a Isabel Perrino, la hija del carnicero. Lo sabe. El día que te bebiste un chupito de Jägermeister y te tiraste a la fea. Lo sabe. Ella desayuna leyendo el BOE. Se duerme leyendo esquelas. Es la única espectadora fiel que le queda a 'Informe Semanal'. Una tipa dura, en resumen. Una periodista dura. Y… ¿una esposa dura?

Esa es mi gran duda. Eso es lo que a mí me interesa en realidad; saber si Ferreras y Pastor son la versión nacional de los Angelina Jolie y Brad Pitt de 'Mr. & Mrs. Smith'. ¿Recuerdan? Esa película en la que un matrimonio trabaja en lo mismo y acaban a tiros con todo el mundo; también entre ellos. Por eso le digo a Bertín que se deje de mierdas y haga por fin un programa interesante (sería el primero) en la casa de Pastor y Ferreras. Quiero ver el momento ese en el que llega un supuesto hijo en la edad del pavo y la madre le hace un interrogatorio que ni la Gestapo. “Y ahora te lees este informe de 500 páginas de la OMS sobre el uso del preservativo”. Y el chico va al salón buscando el consuelo de su padre, que está sentado en posición de guardia o ataque, no sé muy bien, con un hombro por delante del otro, viendo al Real Madrid. “Siéntate aquí, chavalote, y ayúdame a contar policías”. Muero por ese programa, Bertín. Pero de momento muero viendo las entrevistas que haces. Muero de aburrimiento.

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Como buen crítico de televisión, suelo ver poco la tele. De lo contrario descendería a la categoría de espectador, que está como tres o cuatro estamentos más abajo. ¿Saben el resquicio que queda justo entre los libertos y los esclavos? Pues ahí. Ha querido Dios que mi esclavitud al menos sea de tipo económico. Escribo para sobrevivir. Para sobrevivir muriendo, como el 'prota' de 'El ladrón de orquídeas'. Muero un poco más cada día que veo la tele y eso a pesar de que soy de esos que empiezan a leer un periódico siempre por detrás. A nadie se le escapa que la página de la Programación es indudablemente la que más verdades recoge, incluso cuando está llena de erratas, de todas las que habitan un diario. Luego avanzas hacia la portada (Televisión, Deportes, Cultura, Economía… Política) y todo se va desmoronando.

Bertín Osborne
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