Es noticia
Los gigantes Iron Maiden, en concierto: se comen Madrid con un indígena terrorífico
  1. Cultura
  2. Área Rock
Víctor García

Área Rock

Por
Víctor García

Los gigantes Iron Maiden, en concierto: se comen Madrid con un indígena terrorífico

Maiden es mucho más que música y ayer lo demostraron. Está rodeado de elementos que le ayudaron a tocar la cima del heavy desde muy pronto y a mantenerse en ella

Foto: Iron Maiden durante su interpretación de The Trooper.
Iron Maiden durante su interpretación de The Trooper.

¡Scream for me Madrid!”. Es de esas bandas capaces de poner la piel de gallina en determinados temas. Consiguen crear una atmósfera de bienestar y placer compartido que hace más gruesos los lazos de la comunidad que representa. Este miércoles, el madrileño Palacio de los Deportes se quedó pequeño para recibir al grupo de heavy metal más grande del mundo. Gustos aparte, Iron Maiden ha traspasado su género musical para convertirse en una formación que provoca que alguien que no tiene un disco suyo sea capaz de ir a su concierto, ponerse una camiseta negra e incluso vestir con alguna de la banda comprada en H&M (el rentable fan de alquiler por un día). Pirotecnia, fuego, hiperactividad de Bruce Dickinson (su vocalista), guiños de las tres guitarras, los pies descalzos de Nicko McBrain (batería), el arma del bajista y líder, Steve Harris, y mucho Eddie -su terrorífica mascota, que esta vez era un indígena maya- para vender por los cuatro costados la esencia inconfundible de los Maiden en directo.

[Resurrection Fest: cómo montar un festival en tu pueblo y acabar contratando a Iron Maiden]

'Death or Glory', en directo durante esta gira.

Ninguno de los 16.000 asistentes pareció salir con cara de decepción tras un espectáculo madurado a lo largo de sus 41 años de vida. La naturaleza dicta que la voz de Dickinson no es la misma que hace tres décadas, pero sigue llegando a todo y defendiendo a la perfección los temas, quizás en The Trooper no... apreciación que se reduce a anécdota cuando recordamos que el cantante tiene 57 años y hace un año superó un cáncer de lengua. Ni éste último obstáculo le ha impedido llegar a 2016 con una tremenda vitalidad al incombustible Bruce y sus compañeros, llenando grandes recintos por todo el mundo y recibiendo el estatus de rock star. Este The Book of Souls Tour, que este jueves para en el Estadio de la Cartuja (Sevilla), demuestra que continúan siendo fieles tanto a su música -con temas que superan los 10 minutos- como a lo que le rodea: su imagen y la mercadotecnia.

[Cómo Scorpions hizo la gira de despedida antes que la del 50 aniversario]

“La música es el planeta, y el resto -la marca de cerveza, el videojuego recién estrenado (y demás objetos de merchandising)…- son los satélites que giran en torno al planeta”, indicaba recientemente McBrain a la revista británica 'Classic Rock' para explicar cómo son capaces de clavar cada show con la precisión de un reloj suizo con tantos elementos a su al rededor. Porque aunque el batería señale que cada concierto “está vivo y ocurren cosas diferentes”, pocas palabras o movimientos cambian entre uno y otro. Setlist calcado (al menos en Europa), Bruce se mueve igual de disparatado y hace las mismas simpáticas bromas, así como Janick Gers baila con su guitarra en cada show de igual manera. Quizás en su reciente visita a China fue en la actuación que más debieron modificar ya que le censuraron la palabra “Powerslave” (“Tell me why I had to be a Powerslave” por “Tell me why I had to be a Wicker Man”), les prohibieron los elementos pirotécnicos, Dickinson no pudo portar la Union Jack como es habitual cada vez que interpretan The Trooper y tampoco se les permitió lanzar a los fans objetos como las baquetas, muñequeras o púas… Cosas de los chinos.

Así es el avión de Iron Maiden, el Ed Force One.

Un avión de Iron Maiden, el Ed Force One

Allí, en Pekín, aterrizaron en su impresionante Ed Force One, un Boeing 747-400 pilotado por el polifacético Dickinson (licenciado en Historia, escritor, esgrimista…) y que han debido devolver recientemente a sus dueños, Air Atlanta Icelandic. Hubo dos giras previas en las que ya se usó un avión, en este caso 757: para el Somewhere Back In Time World Tour (2008-2009) y para el The Final Frontier World Tour (2010-2012). El Ed Force One es uno de los gestos que habla de la grandeza y el poder de la banda londinense, además de la hiperactividad de su cantante.

[Elvis no está muerto: toca con Metallica en un grupo llamado Volbeat]

Maiden, el grupo favorito del artista colombiano Juanes o del actor fallecido Robin Williams -amigo de la banda y para quien está escrito el tema 'Tears of a Clown' de este último álbum, ha logrado poseer una tipografía icónica y convertir canciones en himnos que en esta gira están interpretando -como The Number of the Beast, Fear of the Dark, The Trooper, Wasted Years, Hallowed by the name o Iron Maiden-. A estos elementos establecidos se une el tremendo protagonismo de su mascota Eddie. Esta vez, Eddie se encuentra en la selva de Guatemala, por los templos mayas de Tikal, intentando sembrar el terror de las últimas cuatro décadas a través de diferentes escenarios. Y lo de terror va en serio porque, durante este tour, en Lituania debieron retirar los carteles de la calle que anunciaban su concierto (para 18.000 personas) porque las autoridades de Kaunas consideraban que podía asustar a los niños. En Alemania, con la promoción del disco que da nombre a la gira (The Book of Souls) ocurrió algo similar.

[Iron Maiden 'despluma' a su mascota, Eddie]

Algunas formas de vida de Eddie.

Estos casos de pánico en la segunda década de siglo XX suenan más cómicos que los del anterior milenio, cuando en Chile, en 1992, fueron censurados por supuestas letras satánicas (retrasaron su estreno a 1996, hace unos años sacaron un 'En Vivo!' grabado en Chile y ahora acaban de regresar llenando el Estadio Nacional). En sus inicios, las censuras comenzaron en su querida Inglaterra, cuando provocaron a Margaret Thatcher en la portada del single 'Sanctuary', y continuaron también por Estados Unidos con la fácil relación de Eddie vestido de demonio en 'The number of the Beast' y unos presuntos mensajes satánicos ocultos… En realidad, estaban bien a la vista y se trataba simplemente de canciones: “6, 6, 6, the number of the beast; Sacrifice is going on tonight”. Con esto hubo quien se montó una buena película.

“El Señor no tiene problemas con Iron Maiden”

“Estamos en una banda de rock. Tocamos música y no hablamos de glorificar al diablo. No hay conflicto con eso. El Señor no tiene problemas con que toque en Iron Maiden… Pero sí batallé con la idea una vez que me convertí al cristianismo. Oré por ello, y no he tenido ningún tipo de problema. El antiguo proverbio sigue siendo el truco más grande que ha usado el Diablo para convencernos de que no existe, cuando sabemos que sí”. Las palabras de Nicko McBrain a finales de los 90, tras convertirse al cristianismo, tumban las teorías en torno a la mascota más famosa del rock, que este miércoles, como en el resto de los shows, despertó tanto entusiasmo cuando apareció en el escenario como cualquier otro miembro del grupo.

[Lea más noticias de Área Rock]

The Trooper, 'En Vivo!'

Música y músicos abrazados por el terrorífico Eddie, una tipografía popular, un avión, la espectacular puesta en escena en cada directo, la venta de todo ello en cada uno de sus innumerables productos de merchandising (a 30 euros las camisetas)... todo ello es lo que dibuja a Maiden como la banda de heavy más potente del mundo y tener el honor, por ejemplo, de que hace unos años Lady Gaga pidiese estar entre el personal que acompaña a la banda y ser la que planchara las camisas en un concierto que dieron por Florida.

El pasado sábado fue testigo de su show Viveiro (Resurrection Fest, de quien se acordó Dickinson anoche), este miércoles Madrid, el jueves lo comprobará Sevilla y el sábado Barcelona.

PD: ¿Algún 'pero'? Un peaje habitual de cada gira: de sus 15 canciones hubo 6 del nuevo disco, The Book of Souls, un álbum que se quedará grabado en la memoria de los fans quizás más por el terrorífico Eddie que por sus melodías (aunque por The Red and the Black ya merece la pena tener el disco).

PD2: Son las 23:58 horas en los aledaños del Palacio y alguien grita: "¡Eh, dos minutos para la medianoche. Este clásico también ha faltado!". A lo que otro le responde: "Si nos ponemos a pensar en las que han faltado nos quedamos hasta las six... six, six de la mañana".

Su último disco, The Book of Souls.

Setlist

If Eternity Should Fail

Speed of Light

Children of the Damned

Tears of a Clown

The Red and the Black

The Trooper

Powerslave

Death or Glory

The Book of Souls

Hallowed Be The Name

Fear of the Dark

Iron Maiden

Bises:

The Number of the Beast

Blood Brothers

Wasted Years

¡Scream for me Madrid!”. Es de esas bandas capaces de poner la piel de gallina en determinados temas. Consiguen crear una atmósfera de bienestar y placer compartido que hace más gruesos los lazos de la comunidad que representa. Este miércoles, el madrileño Palacio de los Deportes se quedó pequeño para recibir al grupo de heavy metal más grande del mundo. Gustos aparte, Iron Maiden ha traspasado su género musical para convertirse en una formación que provoca que alguien que no tiene un disco suyo sea capaz de ir a su concierto, ponerse una camiseta negra e incluso vestir con alguna de la banda comprada en H&M (el rentable fan de alquiler por un día). Pirotecnia, fuego, hiperactividad de Bruce Dickinson (su vocalista), guiños de las tres guitarras, los pies descalzos de Nicko McBrain (batería), el arma del bajista y líder, Steve Harris, y mucho Eddie -su terrorífica mascota, que esta vez era un indígena maya- para vender por los cuatro costados la esencia inconfundible de los Maiden en directo.

Rock Madrid Música