A mi bola
Por
Tranquilos, Iker Casillas ha superado tragos peores
El infarto sufrido por Iker Casillas se ha convertido en un acontecimiento nacional, señal de la dimensión y el cariño que se le guarda al que fuera capitán del Real Madrid y de la Selección
Como solía decirse en el argot periodístico, la noticia habría sido de alcance, independientemente de quién hubiera sido el afectado, pues no es habitual que a un futbolista profesional le dé un infarto durante un entrenamiento. Claro que si el protagonista de tan preocupante noticia se llama Iker y se apellida Casillas, normal que la repercusión fuera mucho mayor, pues superó el ámbito deportivo para convertirse en un acontecimiento social que acaparó la atención en los programas de corazón, y no porque se dediquen precisamente a la cardiología, que en este caso también hubiera sido pertinente.
Por suerte, fue el propio Casillas quien tranquilizó a todos: "Todo controlado por aquí; un susto grande, pero con las fuerzas intactas", escribió en su cuenta de Twitter. No hay nada como sufrir un grave problema de salud —y no digamos ya si pasas a mejor vida— como para comprobar la dimensión de una persona y, también como en el caso de Iker, el cariño y la alta consideración que se tienen de él. Hasta Leo Messi, el otro gran protagonista del festivo 1 de mayo, aunque por motivos bien distintos, se acordó de él tras su enésima exhibición, esta vez ante un Liverpool que no mereció su castigo. "Quiero aprovechar para mandarle un abrazo a Iker Casillas y desearle que se recupere muy pronto", dijo el ahora capitán del Barça sobre el que lo fuera durante tantos años del Real Madrid.
Como sucede con algunas leyendas del deporte, al menos del fútbol, el número de fans suele ser directamente proporcional al de detractores. No, no es el caso de Messi, ni tampoco de Casillas, pues al gran protagonismo del guardameta en el Real Madrid se une el que tuvo en la Selección que ganó el Mundial 2010 y las Eurocopas de 2008 y 2012. Sus grandes y salvadoras actuaciones en una y otra portería le valieron ganarse el reconocimiento de toda España, donde llegó a ser considerado un santo. 'San Iker' fue el titular de más de una portada y 'Manos de santo' lleva por título la biografía que escribió Gonzalo Cabeza. Por no hablar del respeto que se le tiene en todo el fútbol mundial, como pudo comprobarse en su reciente visita a Anfield.
La gran paradoja en el caso de Casillas es que sus únicos y a la vez mayores detractores los tiene —o al menos los tuvo— en su propia casa, es decir, el Real Madrid. No hace falta recordar cómo el Topo, como le bautizaron los guiñoles del presidente, fue vilipendiado precisamente por defender en buena lid el señorío del Real Madrid, especialmente en aquellos momentos en los que Mourinho planteó la rivalidad con el FC Barcelona como una guerra en la que todo vale. Por cierto, cuentan que el portugués llamó al Oporto para interesarse por el estado de Iker. Qué detalle.
Todo controlado por aquí, un susto grande pero con las fuerzas intactas. Muchísimas gracias a todos por los mensajes y el cariño 😃💪🏼 pic.twitter.com/i3TXsELUGD
— Iker Casillas (@IkerCasillas) May 1, 2019
Aunque es verdad que a sus casi 38 años —los cumplirá el próximo 20 de este mes— Iker ha vivido muchos momentos de felicidad en su carrera, especialmente como guardameta del Real Madrid y de la Selección, también ha sufrido momentos muy duros. Después de 725 partidos y 19 títulos, entre ellos 5 Ligas y 3 Champions, el mostoleño fue literamente empujado a abandonar el club de toda su vida por la puerta de atrás y exiliarse en Oporto. "Me despidieron con nocturnidad y alevosía. No se puede actuar así después de tantos años", llegó a escribir Casillas.
El comunicado del Real Madrid
En un escueto comunicado, el Real Madrid quiso transmitir todo su apoyo a su "querido capitán". "Iker Casillas nos ha enseñado durante toda su carrera profesional a superar los más increíbles retos para engrandecer la gloria de nuestro club", podía leerse. Aunque lo mejor venía justo después: "Nos ha enseñado que rendirse no cabe en nuestra filosofía de vida y nos ha demostrado innumerables veces que ser más fuerte mientras más duro es el reto es el camino para alcanzar la victoria. El Real Madrid C. F. y el madridismo desean ver a su eterno capitán recuperado cuanto antes y le mandan todo el ánimo del mundo". En fin.
No dudo de que este es el sentimiento de todos los madridistas de buen corazón, nunca mejor dicho, y también de quienes redactaron el comunicado, aunque poner estas palabras en boca de alguno que, con permiso, prefiero no citar, la verdad es que chirría un poco. Casillas es ahora jugador del Porto, de ahí que el presidente del club portugués, Pinto da Costa, hablara de "nuestro Iker Casillas" y añadiera sobre él que "es un hombre impoluto, con carácter excepcional y del que todos nosotros nos enorgullecemos mucho, por ser uno de los nuestros". Pues, qué quieren que les diga, también se me hace raro que una leyenda del Real Madrid sea 'propiedad' del Porto.
Eso sí, aunque todas las opiniones médicas son muy respetables, me quedo con la del doctor Nelson Puga, médico del club luso, más que nada porque es que tiene información de primera mano y dijo que Iker pudo superar su infarto sin que le queden secuelas, si bien subrayó que es pronto para hablar de su futuro en el fútbol, que va a depender de la recuperación y la propia voluntad del jugador.
Pues eso, paciencia y, tranquilos, que Casillas está acostumbrado a que le rompan el corazón y seguro que sale bien parado de este infarto. Si su marcha del Madrid le dejó cicatrices, recuerden también cómo salió de la Selección, a la que, por cierto, él nunca ha renunciado y, al igual que hizo Lopetegui, Luis Enrque tampoco le ha cerrado la puerta. Ojalá pueda volver, aunque solo sea porque ello querrá decir que ha vuelto a jugar, a buen seguro lo que más le gustaría a él. ¡Fuerza, Iker!
Como solía decirse en el argot periodístico, la noticia habría sido de alcance, independientemente de quién hubiera sido el afectado, pues no es habitual que a un futbolista profesional le dé un infarto durante un entrenamiento. Claro que si el protagonista de tan preocupante noticia se llama Iker y se apellida Casillas, normal que la repercusión fuera mucho mayor, pues superó el ámbito deportivo para convertirse en un acontecimiento social que acaparó la atención en los programas de corazón, y no porque se dediquen precisamente a la cardiología, que en este caso también hubiera sido pertinente.