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Los tipos de interés son un serio toque de atención
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Juan Ramón Rallo

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Los tipos de interés son un serio toque de atención

En un contexto de altos tipos de interés, los Tesoros deben proteger su solvencia con menores déficits

Foto: La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde. (EFE/Lavandeira Jr)
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde. (EFE/Lavandeira Jr)
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El tipo de interés del bono español a 10 años ha superado, por primera vez desde 2013, el 4%. La razón no hay que buscarla tanto en un estallido de las primas de riesgo cuanto en un incremento de los tipos de interés generales en la economía: si el BCE remunera al 4% las reservas bancarias, ¿por qué motivo comprar un pasivo del Estado español por menos del 4%? Claro que, si bien la prima de riesgo no explica el núcleo de la situación actual, tampoco es que resulte del todo irrelevante: España paga 100 puntos básicos más que Alemania e Italia casi 200 (ahí está el bono italiano a 10 años coqueteando ya con el 5%).

Tan altos tipos de interés deberían recordarnos la urgencia de que la política fiscal se alinee con la política monetaria y adopte un tono mucho más restrictivo (no solo en la eurozona, sino también en EEUU). Y deberían recordárnoslo por dos razones.

Foto: Banderas de la Unión Europea, en Bruselas. (EFE/Julien Warnand)

Primero, porque la política fiscal ceba el gasto agregado y el gasto agregado ceba la inflación. Por supuesto que los cuellos de botella influyen, pero es que los cuellos de botella lo son en relación con un gasto nominal agregado demasiado alto (no somos capaces de aumentar la producción tanto como crece el gasto). Y, mientras la inflación no se controle, tanto más y durante más tiempo se incrementarán los tipos: si queremos que baje el coste de la deuda pública, primero hemos de controlar la inflación y, para controlar la inflación, necesitamos mantener a raya el gasto nominal agregado que, a día de hoy, es esencialmente impulsado por los altos déficits públicos.

Segundo, porque, en un contexto de altos tipos de interés, los Tesoros deben proteger su solvencia con menores déficits. Por ejemplo, si el tipo de interés promedio de la deuda pública española se estabilizara en el 4,5% y, a su vez, el crecimiento del PIB nominal también se estancara en ese 4,5% (1% real y 3,5% nominal por inflación), un déficit primario de apenas el 3% del PIB elevaría el peso de los pasivos estatales sobre el PIB hasta casi el 140% al cabo de una década (frente al 110% actual).

Desde luego, la situación actual dista de ser tan preocupante como la que he descrito en el párrafo anterior, dado que la vida media de la deuda pública española ronda los ocho años (por tanto, aunque los tipos de interés a 10 años siguieran subiendo respecto a los niveles actuales, todavía tardaríamos en pagar un tipo de interés promedio del 4,5%). Sin embargo, no deberíamos jugar con fuego ni alimentar tensiones en los mercados de deuda que terminen afectando a nuestra prima de riesgo y, como resultado, a nuestro tipo de interés. Cuanto más frágil sea nuestra posición financiera, más pueden terminar subiendo nuestros tipos (el ejemplo de Italia es elocuente) y más pueden acelerarse los acontecimientos a modo de profecía autocumplida.

Foto: Bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Platt)
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De ahí que, al menos en el caso de la Unión Europea, sea afortunado que a partir del 1 de enero de 2024 vayan a restablecerse las reglas fiscales. Mucho menos afortunado, empero, sería modificarlas para volverlas extremadamente laxas en el contexto actual. Pero esa parece ser la agenda de la presidencia española: facilitar que los gobiernos puedan seguir siendo fiscalmente irresponsables en un contexto especialmente poco adecuado para serlo.

En suma, tomemos los tipos de interés del bono español al 4% como un toque de atención: no de la desconfianza que los mercados hoy por hoy sienten hacia el Reino de España, sino de lo que pueden llegar a complicarse las cosas en el futuro si los gobiernos no reman en la misma dirección que los bancos centrales para meter en vereda a la inflación.

El tipo de interés del bono español a 10 años ha superado, por primera vez desde 2013, el 4%. La razón no hay que buscarla tanto en un estallido de las primas de riesgo cuanto en un incremento de los tipos de interés generales en la economía: si el BCE remunera al 4% las reservas bancarias, ¿por qué motivo comprar un pasivo del Estado español por menos del 4%? Claro que, si bien la prima de riesgo no explica el núcleo de la situación actual, tampoco es que resulte del todo irrelevante: España paga 100 puntos básicos más que Alemania e Italia casi 200 (ahí está el bono italiano a 10 años coqueteando ya con el 5%).

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