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Observatorio de márgenes empresariales
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Carlos Martín Urriza

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Observatorio de márgenes empresariales

Es una iniciativa de gran calado y transcendencia, pues supondrá un salto cuantitativo y cualitativo en la información disponible en la negociación colectiva para los agentes sociales, ciudadanos, investigadores y periodistas

Foto: La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE/J.J. Guillén)
La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE/J.J. Guillén)

El presidente del Gobierno recientemente hizo suya la propuesta de las centrales sindicales de mejorar la información económica con la que se negocian los convenios colectivos. Seguidamente, la vicepresidenta primera anunció la puesta en marcha de un observatorio de márgenes de beneficio de las empresas. Es una iniciativa de gran calado y transcendencia, pues supondrá un salto cuantitativo y cualitativo en la información disponible en la negociación colectiva para los agentes sociales, ciudadanos, investigadores y periodistas. El observatorio hará más completa y simétrica la información con la que se negocia, posibilitando un reparto más justo de la plusvalía que se genera en las empresas entre las personas trabajadoras y los accionistas y altos ejecutivos.

Asimismo, mejorará la adaptación de las reivindicaciones laborales y del reparto de dividendos a la situación de cada empresa —pues la información se puede presentar por tamaños de plantilla—, respetando siempre los suelos de competencia leal en las condiciones de trabajo o el papel cohesionador de los convenios colectivos. La coordinación macroeconómica también se verá reforzada, permitiendo aprovechar las ventajas de los sistemas de negociación colectiva centralizados y descentralizados.

Foto: El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. (EFE/Elvira Urquijo)

El observatorio y su utilidad para la negociación colectiva es posible por la gran labor del Servicio de Estudios Tributarios y de Estadísticas de la Agencia Tributaria en el suministro de información económica actual y prácticamente censal sobre empresas, y por el trabajo de CCOO en el Consejo Superior de Estadística cuya iniciativa terminó logrando que las empresas informaran obligatoriamente a la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) sobre el convenio o convenios colectivos al que están adscritos sus trabajadores. Gracias a esto, ahora es posible agrupar la información en manos de la AEAT a la medida de cada convenio sectorial provincial. Es por esto que es importante que en el observatorio, además del INE, la AEAT y el Banco de España, estén presentes la TGSS y el Ministerio de Trabajo porque son los que saben cómo agrupar la información para que sea útil en cada convenio.

Muy posiblemente el Ministerio de Trabajo publicará en breve una estadística de convenios colectivos donde el incremento salarial y jornada medios pactados se calculen ponderando por el número de trabajadores cubiertos por el convenio procedente de los registros de la TGSS y no de la deficiente hoja estadística en este apartado. También se podrá conocer más precisamente la cobertura real de los convenios. Esta importante experiencia en el enlace de registros y conocimiento de la negociación colectiva debe ser aprovechada por el observatorio.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado mes de enero en la inauguración de unas jornadas de UGT. (EFE/Javier Lizón)

Por su parte, la Agencia Tributaria publica trimestralmente información económica para 1,1 millones de empresas, que representan el 94% de la cifra de negocio del total de sociedades. Esto la convierte en la mejor fuente para conocer la evolución de los beneficios empresariales y su relevancia sobre las ventas, compras o valor añadido. Hasta la fecha, la Central de Balances del Banco de España era la única fuente disponible para aproximar la coyuntura de los beneficios empresariales, pero con grandes hándicaps. Su muestra trimestral es muy pequeña, poco más de 900 empresas, y está sesgada hacia las grandes. La estadística de la Agencia ha permitido ver cómo a lo largo del actual proceso inflacionista y de manera bastante generalizada, los beneficios empresariales se han disparado, aumentando su peso sobre las ventas hasta niveles históricos e indicando no solo una traslación completa de los costes internacionales a precios finales —lo cual ya constituye un comportamiento inflacionario—, sino también una subida de los precios internos por encima de los costes impulsada por los márgenes.

El valor de este observatorio va más allá de la negociación colectiva, pues puede ser el germen para gestionar de otra manera una alta inflación

Pero el valor de este observatorio va más allá de la negociación colectiva, pues puede ser el germen para gestionar de otra manera una alta inflación como la actual, con origen en los precios de la energía fósil —o de cualquier otra materia prima básica de la que seamos dependientes—, sin necesidad de provocar una recesión; que es la receta aplicada por los bancos centrales desde mediados de los ochenta, junto a su incansable labor de minado del poder de negociación de las personas trabajadoras para desactivar cualquier posibilidad de efecto de segunda ronda de los salarios sobre los precios. Paradójicamente, ese efecto ha venido ahora por el aumento de los beneficios que se alimentan del ahorro de los hogares y la mejora nominal de su renta, con origen en el incremento del empleo y las transferencias públicas propiciadas ambas por la política fiscal expansiva. Sin que de momento los bancos centrales hayan propuesto ninguna medida para limitar los márgenes inflacionistas, más allá de una evanescente apelación al aumento de la competencia en los mercados y de alguna honrosa excepción como la del Gobernador del Banco de España abogando por un acuerdo sobre los márgenes de beneficios tras la firma del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC).

Foto: La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. (EFE/Chema Moya)

La inflación que vivimos es un problema de reparto del aumento del precio de la energía y las materias primas. Ese reparto se puede operar de una manera salvaje —a través del mercado donde ganan las empresas frente a las familias trabajadoras, como sucede ahora—, o de manera civilizada, mediante la monitorización y control de los márgenes de beneficio, que es lo que ha hecho el Gobierno francés con el anuncio del seguimiento de los márgenes empresa a empresa y a lo largo de toda la cadena alimentaria, o lo que hizo el Gobierno español con la excepción ibérica recortando los beneficios de las eléctricas llovidos del bolsillo del consumidor. El observatorio de márgenes es, por tanto, también una importante herramienta de política económica moderna, pues ayudará a domeñar la inflación sin necesidad de destruir la economía.

*Carlos Martín, Luis Zarapuz y Álvaro Gaertner son respectivamente director y economistas del Gabinete Económico de CCOO.

El presidente del Gobierno recientemente hizo suya la propuesta de las centrales sindicales de mejorar la información económica con la que se negocian los convenios colectivos. Seguidamente, la vicepresidenta primera anunció la puesta en marcha de un observatorio de márgenes de beneficio de las empresas. Es una iniciativa de gran calado y transcendencia, pues supondrá un salto cuantitativo y cualitativo en la información disponible en la negociación colectiva para los agentes sociales, ciudadanos, investigadores y periodistas. El observatorio hará más completa y simétrica la información con la que se negocia, posibilitando un reparto más justo de la plusvalía que se genera en las empresas entre las personas trabajadoras y los accionistas y altos ejecutivos.

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