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Tito Berni: corrupción de cercanías ¿o algo más?
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Antonio Casado

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Tito Berni: corrupción de cercanías ¿o algo más?

Las dinámicas política, judicial y mediática están al rojo vivo mientras vamos sabiendo más del caso Mediador

Foto: El exdiputado nacional del PSOE Juan Bernardo Fuentes. (EFE/Ramón de la Rocha)
El exdiputado nacional del PSOE Juan Bernardo Fuentes. (EFE/Ramón de la Rocha)
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Juega con fuego Pedro Sánchez cuando, en materia de corrupción política, endosa la “contundencia” al PSOE y el “encubrimiento” al PP. Muy temerario por su parte, a la vista de los antecedentes acumulados en los respectivos historiales. En cualquier momento le pueden apagar el farol, a medida que vayan aflorando datos nuevos sobre los favores facturados bajo cuerda a empresarios ventajistas en obras de contratación pública y otras formas de trampear con el dinero de todos.

De nuevo nos sale al paso la histórica figura de Lucas Mallada, autor de la biblia regeneracionista conocida como Los males de la Patria. Y, más específicamente, el capítulo dedicado a “la inmoralidad pública”. Una recopilación de artículos escritos por el famoso ingeniero a finales del siglo XIX, cuya vigencia no deja de sorprendernos. Ya entonces denunciaba el “pandillaje político” y el “desbarajuste administrativo”, como dos componentes básicos de la inmoralidad que parecen pensados para este maloliente asunto que interpela al PSOE en vísperas de las dos llamadas a las urnas que se avecinan.

Deberíamos todos hacer una inmersión en el pensamiento del gran Mallada. Empezando por el propio presidente del Gobierno, que parece nuevo. Hasta ahora, no se ha cansado de echar balones fuera por cuenta del llamado caso Mediador, que afecta de lleno a la organización de su partido en Canarias, con la excusa de que lo razonable es esperar a conocer los datos reales del que ya es un escándalo nacional.

Los indicios reunidos por un juzgado de Santa Cruz de Tenerife, en fase de instrucción, dan para que el líder socialista canario y presidente del Gobierno autonómico, Ángel Víctor Torres, anuncie que el PSOE se personará como acusación particular. Y dan también para que Patxi López, el portavoz parlamentario del partido a nivel nacional, explique a los diputados de su grupo que “nada me da más asco que un socialista corrupto”. Pero no dan para impedir que lo del entrañable y cercano Tito Berni, su sobrino, el tal Navarro y un general de la Guardia Civil, deje de ser corrupción de cercanías.

Foto: El exdiputado del PSOE, Juan Bernardo Fuentes, (d) junto a su abogado, a su salida de la Audiencia Provincial de Tenerife. (EFE/Ramón de la Rocha)
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El culebrón va a ir a más si se confirma la implicación de algún ministerio en los oscuros manejos de la trama presuntamente controlada por el exdiputado Fuentes Curbelo (Tito Berni). Que algún fleco del culebrón acabe salpicando al Gobierno sería letal para la causa electoral de Pedro Sánchez. De ahí el empeño de la Moncloa y la dirección del grupo parlamentario socialista de encapsular el problema en el ecosistema canario, aun a sabiendas de que varios de los detenidos el pasado día 14, cuando se produjeron las primeras detenciones, están radicados en distintos lugares de la Península.

En sentido contrario juega la muy seria posibilidad de que el Congreso de los Diputados acabe tomando cartas en el asunto mediante una comisión de investigación que persiga la verdad política del caso, en paralelo a la tarea indagatoria de la Justicia y los medios de comunicación. Las tres dinámicas, la judicial, la política y la periodística, están al rojo vivo.

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (EFE)

Lo próximo seguramente será la publicación de los nombres de diputados socialistas presentes en alguna de las cenas, con o sin final feliz, que reunieron a empresarios y diputados en alegres francachelas. La dirección del grupo los ha ido conociendo y, en principio, se aceptan sus explicaciones.

Todos ellos se declaran desconocedores de los manejos de la trama, aunque no niegan que pudieron ser utilizados como “signos externos” del supuesto poder conseguidor de la misma en materia de subvenciones, adjudicación de obra pública, acceso a fondos europeos, retirada de sanciones, etc.

El PSOE se niega a dar esos nombres, tal y como le exige el PP. Entiende Patxi López que cenar con compañeros no es delito. Por eso viene predicando la doctrina socialista de “tolerancia cero” frente a la corrupción, “aunque no se trata de hacer una caza de brujas”, dice.

Juega con fuego Pedro Sánchez cuando, en materia de corrupción política, endosa la “contundencia” al PSOE y el “encubrimiento” al PP. Muy temerario por su parte, a la vista de los antecedentes acumulados en los respectivos historiales. En cualquier momento le pueden apagar el farol, a medida que vayan aflorando datos nuevos sobre los favores facturados bajo cuerda a empresarios ventajistas en obras de contratación pública y otras formas de trampear con el dinero de todos.

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