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Errejón desatado y Monedero al tacto

Dos personas emancipadas del personaje ingresan en la orla machista de esa dividida izquierda "woke" ahora atenazada por el estupor de ver cómo se divierten los teólogos de la derecha

Foto: Monedero y Errejón. (Reuters)
Monedero y Errejón. (Reuters)
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Si alguien planease impedir la reunificación de la izquierda a la izquierda del PSOE, no encontraría mejor argumento que la transversalidad del machismo. Apuesta segura: combinar los pecados de la carne con la sed de revancha. Con un matiz usado por Podemos contra Sumar. Que actuó "por razones éticas cuando nadie miraba", pues no tiene mérito hacerlo cuando el escándalo ya estaba en los medios. Eso ha dicho Ione Belarra, líder del partido cofundado por Monedero.

Todo vale en la lucha política, regida asimismo por un salmo inmarcesible: donde las dan las toman. Y todo puntúa. Primero, el machismo no reconoce lindes políticas ni morales. Segundo, en Sumar se la estaban guardando a Podemos, su antiguo socio. Si para encajar pedradas unos ya tenían a Íñigo Errejón, que era su cara visible en el Congreso, los otros ya tienen a Juan Carlos Monedero, uno de sus faros ideológicos.

Demasiado para las tragaderas de dos partidos hartos de dar lecciones de feminismo. En un momento difícil, metidos ambos en la tarea de rifarse un mismo caladero de votos. Y en una misma carrera por ver quién lava más blanco contra el machismo bajo inspiración de los estructuralistas franceses del siglo pasado y sus tesis sobre la arqueología de la sexualidad.

Errejón desatado y Monedero al tacto. Dos personas emancipadas del personaje que, con pocos meses de diferencia, han ingresado en la orla machista de una progresía "woke" dividida y ahora atenazada por el estupor de ver cómo dos acosadores de la izquierda divierten a los teólogos de la derecha.

Podemos y Sumar pregonan que el machismo es abominable, salvo que afecte a un compañero de partido. Entonces se impone el silenciador

¿Cómo encajar la faceta rijosa de dos connotados profetas del feminismo en la "superioridad moral de la izquierda" cantada por Ignacio Sánchez Cuenca en un ensayo del mismo nombre cuatro meses antes de la llegada al poder de Pedro Sánchez?

Esa narrativa implosiona cuando la testosterona desborda por lo privado la ejemplaridad exigida por lo público a quienes ocupan posiciones de poder. Con más razón, si el pecado no es achacable a los usos y costumbres de la derecha reaccionaria en los planos sociopolíticos y farisea en los morales.

En el caso de Monedero, lo peor es que la superestructura de la organización izquierdista liderada por Ione Belarra silenció las denuncias recibidas. Y, en inexplicada caída en desgracia, fue inesperadamente cesado como presidente de la Fundación Instituto República y Democracia, apenas cuarenta y ocho horas después de haberse recibido el correo electrónico de una mujer denunciando presuntas agresiones sexuales.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Eduardo Parra) Opinión
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Podemos y Sumar pregonan que el machismo es abominable, salvo que afecte a un compañero de partido. Entonces se impone el silenciador. No funcionaron los mecanismos de prevención y depuración de este tipo de comportamiento porque el descrédito público de los fundadores de la marca hubiera causado males mayores para la marca misma.

Y, por mucho que insista Ione Belarra en que la reprobación de Monedero fue inmediata. Aunque el silencio posterior solo pretendía preservar el anonimato de las denunciantes, a petición de ellas mismas, es evidente que el partido calló durante año y medio. Hasta que el asunto se le vino encima tras una fuga mediática, la del testimonio del periodista Sergio Gregori filtrado por Raquel Oquendo, ex militante de Podemos.

A esta izquierda moralizante siempre les quedará recurrir a los mandatos de la sexualidad, según Michel Foucault. O a las "Confesiones" de San Agustín, donde se ve que hasta el teólogo de Hipona sufría “cruciales momentos tratando de saciar mi insaciable concupiscencia”

Si alguien planease impedir la reunificación de la izquierda a la izquierda del PSOE, no encontraría mejor argumento que la transversalidad del machismo. Apuesta segura: combinar los pecados de la carne con la sed de revancha. Con un matiz usado por Podemos contra Sumar. Que actuó "por razones éticas cuando nadie miraba", pues no tiene mérito hacerlo cuando el escándalo ya estaba en los medios. Eso ha dicho Ione Belarra, líder del partido cofundado por Monedero.

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