Es noticia
De Afroditas y Efebos
  1. España
  2. Andalucía
María José Caldero

Los lirios de Astarté

Por

De Afroditas y Efebos

Es el verano época de destape. Con los ojos de quien vive adicta a la belleza, pienso en cómo sería el canon elegido por Fidias o Policleto para esculpir estas carnes 'instagramers'

Foto: Museo Arqueológico de Sevilla. (Wikimedia Commons)
Museo Arqueológico de Sevilla. (Wikimedia Commons)

Es el verano época de destape. El aumento de las temperaturas es inversamente proporcional a las capas de ropa que somos capaces de soportar cuando el mercurio ronda la cuarentena. Están llenas las playas de cuerpos ávidos de sol. El salitre dibuja cicatrices en pieles de bronce que aún no han sucumbido a la inexorable ley de la gravedad. Afroditas del siglo XXI, diosas del rímel waterproof y la lycra, se disputan los selfies a la orilla del mar con efebos de láser y mancuernas.

Foto: Museo de Bellas Artes de Sevilla. (EFE/Raúl Caro) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Hecho en Andalucía
María José Caldero

Con los ojos de quien vive adicta a la belleza de las formas, pienso en cómo sería el canon elegido por Fidias o Policleto para esculpir estas carnes 'instagramers' a martillo y cincel en la época de la impresión en tres dimensiones.

Pienso y vuelo. Vuelo diecinueve siglos atrás para asistir al nacimiento de la Venus de Itálica, aquella que encontró un niño, José Moreno Santarén, en la parcela de su abuelo en Santiponce en la década de los 30 del siglo pasado.

Más de dos metros de altura y casi dos toneladas de peso, en mármol de la isla griega de Paros, para esta Afrodita Anadiómena, tersa y voluptuosa, que representa el momento de su nacimiento de la espuma del mar. Una diosa a la que imagino emergiendo de una playa andaluza y llegando hasta la famosa ciudad adrianea. Una Afrodita que quiere cubrirse con un manto, siendo visible parte del mismo adosado a sus caderas. En la mano izquierda sujeta una hoja de colocasia que sería utilizada por la diosa como abanico. Y a sus pies, un delfín es testigo de su nacimiento, configurando así una escena inédita en la estatuaria dedicada a Afrodita y convirtiendo a nuestra diosa en una pieza de un valor excepcional.

placeholder Esculturas de Afrodita y Efebo. (Wikimedia Commons/Ángel M. Felicísimo)
Esculturas de Afrodita y Efebo. (Wikimedia Commons/Ángel M. Felicísimo)

Tras un sueño de siglos bajo la tierra de Santiponce, Afrodita ha vivido una segunda mudanza que la ha llevado al Convento de Santa Inés de Sevilla donde deberá esperar a que terminen las obras de rehabilitación del Museo Arqueológico hispalense en compañía de otras obras que, como ella, forman parte de la mejor estatutaria romana de la Península. Véanse el dios Mercurio y Trajano heroizado. Pedimos a los dioses que no se duerman los gestores encargados de hacer posible unas obras de remodelación que deben devolvernos un museo digno de albergar una de las más importantes colecciones arqueológicas del país.

Del mármol blanco y exquisito que modela las curvas de nuestra Venus poncina, al bronce fundido del cuerpo apolíneo del Efebo de Antequera, la escultura en bronce más hermosa hallada en la Península Ibérica y uno de los más bellos efebos de entre los pocos que se conservan en el mundo.

Foto: "El patio de la Alberca", de Fortuny. (EFE/Pepe Torres) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Sé de un lugar
María José Caldero

También se echó un sueñecito de siglos el efebo antequerano, hasta que fue descubierto de forma casual durante labores de labranza en el cortijo de Las Piletas en la década de los 50. Desde el momento en que se hizo pública su aparición, adquirió una fama considerable, ya que era difícil no sentirse atraído por la belleza armónica y elegante de la imagen. Sí, era la copia de un original griego, pero oigan, qué copia.

Su cuerpo en contraposto dibuja una “S”, apoyado en la pierna derecha, que se adelanta levemente, mientras la izquierda se encuentra flexionada. Curva praxiteliana en la cadera, oblicuos de anuncio de perfume francés, torso definido, hombros marcados y brazos extendidos. Sus dedos debían sujetar algún objeto ligero, quizá una lámpara o guirnalda.

Es primoroso el trabajo realizado para simular el cabello rizado divido en dos por una raya, recogido en la nuca y adornado por una corona vegetal. El efebo nos mira desde el vacío de unos ojos que debieron estar simulados con pasta vítrea o similar. Estos efebos adornaban las salas de banquetes de lujosas villas, recreando a escala natural a los sirvientes que trabajaban en tales eventos. Hermosos y serviles.

Foto: La Cartuja de Granada. (Wikipedia) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Jornada de reflexión
María José Caldero

Por los escasos ejemplos que se han conservado hasta nuestros días, el hallazgo en la localidad cordobesa de Pedro Abad de otros dos efebos romanos en bronce supone una noticia extraordinaria para el patrimonio andaluz. Rescatados en una operación policial contra el tráfico de obras de arte, ambos efebos, Dionisíaco y Apolíneo, se encuentran en ese maravilloso hospital de las Artes que es el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Una vez les sean aplicadas las técnicas de restauración y conservación, además de realizado el estudio para conocer algunos aspectos de la época en la que fueron concebidos, podrán contemplarse en el Museo Arqueológico de Córdoba. Pedro Abad ya ha solicitado una reproducción de ambos efebos para que también puedan ser contemplados en la localidad en la que fueron rescatados.

Venus y efebos, dioses y emperadores que nos hablan del esplendor de la Andalucía romana en Itálica, Acinipo, Baelo Claudia y en un sinfín de huellas dejadas por los hijos de Roma en una tierra bañada por mares dignos de nacimientos de diosas.

Es el verano época de destape. El aumento de las temperaturas es inversamente proporcional a las capas de ropa que somos capaces de soportar cuando el mercurio ronda la cuarentena. Están llenas las playas de cuerpos ávidos de sol. El salitre dibuja cicatrices en pieles de bronce que aún no han sucumbido a la inexorable ley de la gravedad. Afroditas del siglo XXI, diosas del rímel waterproof y la lycra, se disputan los selfies a la orilla del mar con efebos de láser y mancuernas.

Córdoba Arte