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Pablo Pombo

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Cuenta atrás en Galicia: lo que viene

¿A qué debemos prestar atención en primer lugar? A la temperatura de voto del Partido Popular. Si el PP moviliza a toda su base electoral, la partida se cierra

Foto: El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, interviene durante un mitin de campaña. (Europa Press/Agostime)
El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, interviene durante un mitin de campaña. (Europa Press/Agostime)
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Los populares no las tienen todas consigo: el PP tiene dos opciones sobre tres de revalidar su mayoría absoluta el próximo domingo. Queda el tramo final, que cada vez es más decisivo, porque la decantación se produce cada vez más tarde. Al votar, nos pasa lo que al comprar: cada vez nos decidimos más tarde.

Las últimas encuestas nos señalan por dónde pueden venir los movimientos. ¿A qué debemos prestar atención en primer lugar? A la temperatura de voto del Partido Popular. Si el PP moviliza a toda su base electoral, la partida se cierra, da igual lo que hagan los demás.

Esa será, por tanto, la prioridad de los populares de aquí a las urnas. El termómetro de los distintos sondeos marca un registro bastante elevado pero no máximo, no para andarse con confianzas. Quedan indecisos y dos transferencias hacia Vox y BNG que pueden y deben estrechar.

No es difícil anticipar cómo llevarán a cabo esa tarea si deciden seguir el manual. Para calentar a los indecisos, pulsarán todos los mecanismos de control social. Y para enfriar las tentaciones de fuga a otras opciones, solo tienen que contar la verdad una y otra vez.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este sábado en Ourense, junto al candidato a la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro. (EFE/Brais Lorenzo)

Y la verdad es que la barrera del 5% para obtener representación parlamentaria convierte en piedra la teoría de los votos improductivos. No hay más cera que la que arde, ni otro mensaje principal para los populares que la llamada al voto útil.

En estas elecciones, es imposible que los de Abascal lleguen al 5%, así que cada papeleta de Vox subirá al casillero del BNG y aumentará las probabilidades de que los nacionalistas se hagan con el gobierno de Galicia.

Foto: Ana Pontón reparte propaganda electoral. (EFE/Lavandeira Jr.)

Despejado eso, nos encontramos con una situación más compleja al otro lado del espectro político. Hay más actores, pero un solo polo magnético. El nacionalismo gallego ha venido haciendo muy bien las cosas, recibe votantes de todos sitios.

Tanto, que a pocos días de las urnas se ha generado una fuerza de gravedad en torno a Ana Pontón que provoca serios problemas a todos los demás competidores progresistas.

Seguro que en los cuarteles del BNG lo tienen claro. Están ahora ante una doble oportunidad. Por un lado, se encuentran con una opción entre tres de conquistar la Xunta, que no es poca cosa. Y por el otro, están ante la rotunda ocasión histórica de asestar en toda la izquierda un golpe histórico que les garantizaría la hegemonía durante muchos años.

Foto: La portavoz nacional del BNG y candidata a la Presidencia de la Xunta, Ana Pontón, posa en su despacho. (Europa Press/Álvaro Ballesteros)

Y saben, además, que la mejor manera de avanzar hacia sus dos objetivos está en acelerar por un solo camino. Vamos a verles aplicando una campaña euforizante que no desatenderá lo racional.

El BNG llamará a todos los progresistas a votar con inteligencia, responsabilidad e ilusión para que la izquierda pueda por fin cruzar el umbral del cambio político, que ya está más abierto que nunca.

Al hacerlo, podrán ensanchar el boquete que tienen abierto los socialistas. Hoy, uno de cada cinco votantes del PSdG se está marchando al BNG. El domingo, se podría llegar a uno de cada cuatro. Una barbaridad.

Foto: La candidata de Podemos a la Xunta de Galicia, Isabel Faraldo. (EFE/Cabalar)

Simultáneamente, también aplicarán la teoría de los votos improductivos frente al resto de formaciones progresistas pequeñas. También harán apelación al voto útil contando la verdad: en estas elecciones, votar a Sumar o a Podemos es votar al Partido Popular.

Gallegos: no tiremos ni un solo voto progresista”. Minuto a minuto, vamos a ver esas dos formaciones colapsando de aquí a la jornada electoral. Pasará porque la potencia de atracción hacia el BNG es prácticamente irresistible. Ocurrirá porque el desempeño de Sumar y de Podemos en esta campaña es cualquier cosa menos profesional.

Y sucederá porque Yolanda Díaz es la responsable política de un pecado original dificilísimo de olvidar: si el PP sigue gobernando en Galicia será, principalmente, porque su formación y la de Pablo Iglesias compiten por separado. Juntos, podrían superar el 5% de los sufragios y todo el arco parlamentario cambiaría. ¿Cómo puede perdonar eso un votante progresista? ¿Cómo puede no tenerlo en cuenta viendo al BNG completamente lanzado?

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz (c), asiste a un mitin en Ferrol con la candidata a la presidencia de la Xunta de Galicia Marta Lois y el exalcalde de Ferrol Jorge Suárez. (Europa Press/Kiko Delgado)

Con todo, son los socialistas quienes se encuentran ante la más endemoniada de las situaciones. Antes sabían que la posibilidad de competir con el BNG no estaba abierta después de tirarse los últimos años con peleas intestinas y sin hacer oposición.

Ahora saben que se les ha cerrado la posibilidad de evitar el peor resultado de su historia porque han tirado la campaña electoral con un desempeño que solo puede avergonzar a esas siglas.

Desconocen, sin embargo, hasta dónde pueden caer, porque los números les están dejando sin suelo. Los propios datos de Tezanos tienen que haber encendido las luces de emergencia en la sede. Se les está desplomando la lealtad electoral sondeo tras sondeo del CIS.

Foto: Feijóo, en una comida popular de simpatizantes y afiliados del PP. (EFE/PP/David Mudarra)

¿De verdad es para tanto? Empezaron en el 53,3%, bajaron al 47,5% y ahora están en el 42,3%. Esos 10 puntos perdidos dan la medida del fracaso que viene. Pueden ser duplicados por el nacionalismo. La pasokización del PSOE gallego podría estar a la vuelta de la esquina.

Desconocen también si están preparados para asumir lo que puede venir después en el mejor de los escenarios posibles (la posición de segundones en un Gobierno nacionalista). Y, además, no parecen tener claro por dónde tirar de aquí al domingo.

No puede descartarse que los socialistas activen una campaña sucia en el tramo final de esta campaña, que lo conviertan todo en un estercolero, como ocurrió durante las pasadas elecciones generales. Si ocurre, lo detectaremos pronto, porque el modus operandi es conocido.

Foto: Imagen de la zona céntrica de Avión. (L.V.)

Una ofensiva brutal para amedrentar y desmovilizar al votante PP, aplicada desde las redes sociales con materiales destructivos, acompañada de una intoxicación de los medios de comunicación para que cambie la conversación de la actualidad y coronada con la inestimable colaboración de Vox, que siempre rema a favor del sanchismo en todos los momentos decisivos.

Hagan sus apuestas. Háganlas sin olvidarse de Democracia Ourensana. Vivimos en la época de los cisnes negros. Haberlos haylos.

Los populares no las tienen todas consigo: el PP tiene dos opciones sobre tres de revalidar su mayoría absoluta el próximo domingo. Queda el tramo final, que cada vez es más decisivo, porque la decantación se produce cada vez más tarde. Al votar, nos pasa lo que al comprar: cada vez nos decidimos más tarde.

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