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Cataluña, Podemos y ‘Sálvame’: lecciones electorales que nos deja 2014
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Enrique Cocero | José Barros

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Cataluña, Podemos y ‘Sálvame’: lecciones electorales que nos deja 2014

Finaliza el año y, con la publicación de este post, ‘Intención de voto’ cumple diez meses de existencia. Desde el minuto cero no hemos parado de

Foto: El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, saludan a sus simpatizantes en el mitin celebrado en Vall d'Hebron. (EFE)
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, saludan a sus simpatizantes en el mitin celebrado en Vall d'Hebron. (EFE)

Finaliza el año y, con la publicación de este post, ‘Intención de voto’ cumple diez meses de existencia. Desde el minuto cero no hemos parado de analizar encuestas electorales. A continuación, repasamos los seis hechos que durante este periodo de tiempo más nos han llamado la atención.

1.- Vencedores o vencidos. El 4 de abril rescatábamos el omnibus del CEO (Centre d’Estudis d’Opinió) –publicado en marzo de 2014 pero realizado a finales de 2013– para entender si lo que anunciaba por entonces respecto a la intención de voto de los catalanes en un supuesto referéndum pro-independencia sería –parafraseando a Nate Silver– “señal o ruido”. El CEO afirmaba entonces que un 60 % de los catalanes eran favorables a la secesión. 60% era un coeficiente que sonaba muy potente. A sus espaldas traía un 54,7 % pro-independencia en la encuesta publicada en noviembre de 2013, dato que sucedía al 55,6 % pro-independencia publicado por el CEO en junio de ese mismo año. Vimos, por tanto, estabilidad en las respuestas.

Pero quisimos ajustar más el resultado. A través del recuerdo de voto en la muestra de encuestados detectamos la primera sorpresa: los entrevistados que declaraban haber votado a Esquerra estaban sobrerrepresentados; en concreto, los encuestados por el CEO que afirmaban votar a ERC doblaban en número a los que lo habían hecho cuando esta formación se presentó al Parlament regional en 2012. Los resultado de CiU en el CEO, comparados con el mismo marco electoral, se mantenían en una proporción similar mientras Ciudadanos o PP tenían menos representantes en la encuesta del CEO que lo que les correspondería según los resultados obtenidos en las últimas elecciones autonómicas.

En septiembre vimos los nuevos resultados del CEO y detectamos un crecimiento del independentismo en 2 puntos, llegando al 62% de la población. También detectamos un desplazamiento de votantes entre partidos que dejaba la situación sin apenas cambios significativos.

La consulta tardó casi un año en llegar, y lo hizo en forma de referéndum no vinculante. Su resultado: el 30% de los catalanes que podían votar –mayores de 16 años– querían una Cataluña independiente, dato muy similar (36,2 %) a lo que el CEO acaba de arrojar en su última encuesta sobre el contexto político catalán. Esta encuesta la publicó el CEO hace dos semanas.

2.- La reforma del aborto que no tuvo lugar. En el artículo del 28 de febrero señalamos que varias encuestas (DYM para El Confidencial, GAD 3 para ABC, Metroscopia para El País o Sigma 2 para El Mundo) convergían en la misma percepción: la reforma, tal y como estaba planteada, tenía más detractores que partidarios, también en las filas de votantes del propio PP, aunque estos últimos se mostraban masivamente en contra de mantener que las jóvenes con edades comprendidas entren los 16 y los 18 años pudieran abortar sin consentimiento paterno. En cambio, estos mismos votantes del PP creían que la malformación del feto sí debería entrar en los supuestos para abortar.

Los datos de CIS señalaban que el terrorismo todavía preocupaba más al conjunto de los españoles que las cuestiones relativas a la interrupción del embarazo. El final de esta cuestión es conocido: dimisión del ministro Gallardón y decepción entre un sector de votantes del Partido Popular, que desde entonces se sienten defraudados.

3.- Larga vida al rey. Creemos que la política consiste en ganar elecciones –ganarlas sirve para hacer otra cosa, que es gobernar, aunque luego esto no siempre suceda–, que las elecciones se ganan en los años no electorales y que para ganarlas hay que saber dónde están tus votantes, y también a qué puertas es mejor ni llamar porque nunca se abrirán. Con estas reglas a finales de julio hicimos un experimento: suponer que el nuevo rey Felipe VI se presentase a unas elecciones tras un hipotético primer mandato de cuatro años.

En nuestro artículo descubrimos que el Rey tiene bastante aceptación popular –o, al menos, no mucha oposición– y que la mayor parte de sus ‘votantes’ se localizan en el centro-izquierda ideológico. También vimos que cuando se habla de “la república” –cosa que se hace con bastante frecuencia– no se define qué modelo de forma de Estado se persigue. En ‘Intención de Voto’ también tenemos claro que para ganar elecciones hace falta un candidato activo, que esté presente en la vida pública. Desde su ascenso al trono Felipe VI ha demostrado poseer estas dotes, así como determinación y cercanía. Su primer discurso de Navidad, pese a una cámara que se movía en exceso, marchó por esta línea: directo y sin margen a la indefinición.

4.- ¿Alternativa o amenaza? Llegaron los idus de marzo, y dos meses más tarde, en mayo, llegaron las elecciones europeas. Mientras la gran mayoría observábamos cómo tropezaban una y otra vez en Cuatro o la Sexta los candidatos que el PSOE y el PP habían puesto como cabezas de lista para el Parlamento Europeo, en las tertulias de televisión se abría hueco un desconocido joven llamado Pablo Iglesias Turrión. Arias Cañete perdía tiempo e iniciativa en su campaña por una frase situada en las antípodas del acierto. Lo curioso es que Elena Valenciano hacía lo mismo al entrar de lleno y por demasiado tiempo en el ‘error Cañete’.

Pero Iglesias en las tertulias de TV hablaba y hablaba de la revolución, y esta revolución llamó la atención de los votantes, incluso también de la gente que habitualmente no vota. De hecho, llamó tanto la atención que Podemos se convirtió en la cuarta fuerza política en las elecciones europeas con 1,24 millones de votos, quedando a casi 320.000 de Izquierda Unida. Nadie vio venir a Podemos, y si lo vio venir, ya fue tarde. Iglesias, Errejón y Monedero rompieron las reglas de la comunicación política en España. ¿Su estrategia? Aplicar métodos que llevan funcionando en las campañas norteamericanas desde hace décadas.

En noviembre llegó el último CIS con un titular: “Podemos es la primera fuerza política en intención de voto directo”. Desde entonces la tinta –y el miedo– no ha parado de correr. Fue en este momento cuando en ‘Intención de Voto’ volvimos los ojos a los libros de nuestra estantería y pensamos: “Profesor Tetlock, por favor, mande con urgencia a alguien de su equipo rumbo a España”. A nivel demoscópico lo más interesante con el ‘Fenómeno Podemos’ será ver dentro de poco, en apenas unos cuantos meses, quién acertó y quién no… Y por qué, claro.

5.- Socialdemócratas. A raíz de las primarias del PSOE quisimos descubrir qué piensa el votante de izquierdas sobre sí mismo. Vimos que el encuadre ideológico, en España, continúa siendo muy tradicional. Esto podría resultar una obviedad pero también observamos otro hecho más curioso: con independencia del genérico “progresista” o los identificadores habituales de “comunista” o “socialista”, existe una corriente que se mantiene más o menos constante: es la socialdemócrata. El término, llegado de Europa central –en Francia e Italia, al igual que aquí, también hay socialistas y en Gran Bretaña existen los laboristas– identifica más una actitud que un partido concreto. Sin embargo, el área socialdemócrata es un territorio demoscópico donde el PSOE debería moverse a sus anchas.

Decimos “debería” porque los chicos de Podemos, sabedores de que nadie mima desde hace tiempo a este votante, recientemente acaban de reclamar para sí la etiqueta de “socialdemócrata”. Una vez conquistado al votante más de izquierdas y a una parte de los tradicionales abstencionistas, Iglesias ahora gira hacia el centro para ir a por el votante socialdemócrata, quizás porque sabe que ahí existe un caladero nada desdeñable.

6.- Qué ves, dónde comunicas, qué votas. A los votantes les llega la información política por distintos canales. Recientemente analizamos una fuente: las redes sociales; y en octubre reflexionamos sobre otra: la TV. Comprobamos entonces que la llamada de Pedro Sánchez a Sálvame no fue fortuita o producto del impulso, sino resultado de una idea bien planteada.

El CIS nos ha mostrado distintos aspectos sobre el consumo de información política en la sociedad española y, gracias a ello, hemos llegado a varias conclusiones. Primera: los españoles no se perciben a sí mismos como buenos conocedores de temas políticos. Segundo: TVE es la cadena más fuerte como fuente de información entre los que declaran votar. Tercero: laSexta copa las preferencias de los votantes más a la izquierda. Cuarto: Telecinco es terreno propicio para el PSOE. Juntando todos estos factores, comprendemos que Pedro Sánchez viera en Sálvame una oportunidad potente para darse a conocer y que utilizara el pretexto taurino como puerta de acceso. No salió en el aire sino que habló con el presentador por teléfono. Aquello que dijera solo se conoció a través de Jorge Javier Vázquez –muy inteligente también este movimiento–.

De igual modo, Pablo Iglesias y sus compañeros de Podemos han utilizado laSexta como principal canal de comunicación de masas. Al tiempo, han generado expectación por ver si acudían a otras cadenas. Todos ganan con ello: laSexta rompe su techo de audiencia, las apariciones de Pablo Iglesias también tienen una respuesta significativa en otras cadenas y la reciente polémica con TVE sirvió para conseguir un share muy decente.

*José Barros(@barrospress) es periodista y consultor de comunicación.Enrique Cocero(@EnriqueCocero) es fundador de la consultora de análisis 7.50 y miembro del consejo asesor de Government Consulting Group.

Finaliza el año y, con la publicación de este post, ‘Intención de voto’ cumple diez meses de existencia. Desde el minuto cero no hemos parado de analizar encuestas electorales. A continuación, repasamos los seis hechos que durante este periodo de tiempo más nos han llamado la atención.

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