Segundo Párrafo
Por
Bueno para todos, hasta para Bildu
Los terroristas que Bildu llevaba en sus listas del 28-M nunca podrán ser exasesinos, pero al menos ya son excandidatos. Y eso es una buena noticia para todos
No se puede ser exterrorista como no se puede ser exviolador. No se puede ser exasesino, porque los muertos no dejan nunca de serlo. Se podrá ser, en el mejor de los casos, terrorista arrepentido, además de exconvicto. Así que los siete etarras que EH Bildu había incluido en sus listas para las municipales nunca podrán ser exasesinos, pero al menos ya son excandidatos. Es lo más parecido a una buena noticia que podían darnos.
Los siete etarras que iban en las listas de Bildu, en los mismos municipios donde cometieron sus crímenes, finalmente han renunciado a ser concejales. Mucha verosimilitud no tiene que se retiren porque no quieran causarles “el más mínimo padecimiento a las víctimas del terrorismo”, como dice su comunicado. A ver quién se cree que no se les había ocurrido que a los familiares de aquellos que mataron no iba a gustarles la idea de encontrarse a los pistoleros el 28-M en los carteles electorales, con alias y todo. ¿Hasta que Covite no lo denunció, en serio, no cayeron en la cuenta del dolor que producían?
Mucho más verosímil es que Bildu haya retirado de sus listas a los asesinos no por las víctimas, sino por las urnas. Por mero cálculo electoral. Pero de ser así, más que un reproche, debería ser un alivio. Celebremos que inscribir a exconvictos de ETA en las listas de Bildu para las municipales, a diferencia de lo que debió de calcular Otegi, aleje más votos de los que atrae. Significa que el electorado de Bildu está cambiando más deprisa que los autores intelectuales de su estrategia electoral.
Qué más da a estas alturas el color del alma de los que nunca serán exasesinos, lo importante es que quienes pensaron que llevarlos en sus listas les daría votos se equivocaban. Es, sobre todo, una buena noticia para las víctimas.
Por más cinismo que rebose, oír al líder de Bildu aplaudir ahora en nombre de la convivencia democrática la retirada de las listas de aquellos a los que él mismo había dado su bendición para ser candidatos es, en el fondo, oírle reconocer que inicialmente bendijo una lista que atentaba contra ella.
Así que ya puede Otegi salir a perdonarnos la vida para tapar la rectificación de su propio error, que no cuela. Esos siete integrantes de las listas de EH Bildu han renunciado, pero los otros 37 condenados que seguirán en las candidaturas son el recordatorio de que no es el dolor de las víctimas lo que le importa verdaderamente a Bildu. Si no, ya no estaría ninguno de los etarras condenados en esas listas, tampoco el propio Otegi.
PP y PSOE podrían haber unido fuerzas para afearle a Otegi que salga a dar lecciones de democracia, pero estaban demasiado ocupados echándose rescoldos de ETA a la cara para ganar algún voto en campaña.
Hubiera bastado con que el PSOE no hubiera tardado tantos días en mostrarse asqueado por que Bildu incluyera en las listas etarras convictos o que el presidente no tratara de apropiarse para su partido del mérito del fin de ETA. O que el PP no se empeñara en hablar de las víctimas como si su partido fuera el único que está a su lado. Más difícil todavía es entender a Podemos. Oyendo a Belarra, parece que le disgusta más que la derecha critique la presencia de asesinos en las listas de Bildu que el que Bildu los incluyera.
Lástima que, tras ver el reguero de reproches que se han dejado Sánchez y Feijóo en el Senado a cuenta de Bildu, no quede mucho espacio para celebrar ni siquiera aquello en lo que están de acuerdo: que Bildu retire a esos asesinos de sus listas es bueno para todos. Hasta para Bildu.
No se puede ser exterrorista como no se puede ser exviolador. No se puede ser exasesino, porque los muertos no dejan nunca de serlo. Se podrá ser, en el mejor de los casos, terrorista arrepentido, además de exconvicto. Así que los siete etarras que EH Bildu había incluido en sus listas para las municipales nunca podrán ser exasesinos, pero al menos ya son excandidatos. Es lo más parecido a una buena noticia que podían darnos.
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