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Los abdominales de Luigi Mangione y el asesinato de un CEO
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Marta García Aller

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Los abdominales de Luigi Mangione y el asesinato de un CEO

Que siga sorprendiendo que un joven atractivo que saca buenas notas, come sano y hace deporte sea un asesino dice más de los prejuicios de la sociedad que de los asesinos

Foto: Vista del exterior de SCI Huntingdon, lugar donde está detenido Luigi Mangione. (Reuters/Matthew Hatcher)
Vista del exterior de SCI Huntingdon, lugar donde está detenido Luigi Mangione. (Reuters/Matthew Hatcher)
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Tras el asesinato a tiros en Manhattan, a sangre fría y a plena luz del día de Brian Thompson, un alto ejecutivo de la aseguradora UnitedHealthCare, muchas aseguradoras médicas están retirando de sus páginas webs las fotos de sus ejecutivos en los organigramas por miedo a que los reconozcan. La foto de Luigi Mangione, el presunto asesino, sin embargo, circula por la web entre memes y júbilo por parte de mucha gente que celebra el homicidio del ejecutivo como venganza hacia las aseguradoras.

No es el anonimato de la red lo que explica que cunda la crueldad en la celebración de un crimen. Mucha gente está compartiendo con su propio nombre y apellidos chistes o justificando la muerte del directivo de la aseguradora, como si por el hecho de serlo se la mereciera. Entre el evidente malestar contra las aseguradoras sanitarias en Estados Unidos, donde mucha gente se queda sin atención médica o se arruina por ella, campa la inhumanidad de celebrar o reírse de un asesinato sin aparente pudor público. ¿Nos estamos deshumanizando o esto en realidad ha pasado siempre? O dicho de otro modo, ¿nos estamos deshumanizando o ya lo estábamos?

Luigi Mangione es el presunto asesino. Brian Thompson, el asesinado. En las redes es más fácil encontrar empatía al primero que a este último. Se mezclan las risas con las quejas de los abusos de las aseguradoras y las alabanzas a lo guapo que el presunto asesino sale en sus fotos de Instagram. Un delirio que Argemino Barro retrataba en este periódico como síntoma del colapso social de la sociedad norteamericana.

El joven de 26 años acusado de asesinar al CEO de UnitedHealthcare ha conmocionado a la sociedad estadounidense. Pero no por el asesinato en sí, sino por el espejo que pone en una sociedad que justifica en las malas praxis de las aseguradoras el asesinato de uno de sus directivos. Como si la injusticia de un sistema sanitario que deja desatendidos a cada vez más ciudadanos en función a sus recursos justificara la crueldad de celebrar un asesinato a sangre fría.

Foto: Una policía cuelga un cartel del sospechoso del asesinato del CEO de UnitedHealthcare en Nueva York. (EFE/Ángel Colmenaras)

Si hay algo más horrendo que un asesinato es mucha gente celebrándolo. Aunque novedoso, novedoso no es. Peter Vronsky cuenta en ‘Hijos de Caín: Una historia de los asesinos en serie’ (Planeta), cómo el ‘true crime’ en los 70 pasó a ser parte de la cultura popular estadounidense y la fascinación por los asesinos parte de la cultura pop. De Charles Manson a Unabomber, por muy distintas razones, los asesinos tenían clubes de fans y hasta calendarios. Y como los calendarios se colgaban en la cocina o se llevaban en la cartera, pero los memes en Twitter y los likes en Instagram los ve todo el mundo, lo viral hace más visible la fascinación por los criminales, especialmente cuando estos son jóvenes guapos y de familia bien, como es el caso de Luigi Mangione.

Tampoco es novedoso el efecto halo del que disfrutan los criminales cuando son hombres blancos atractivos y de eso que se llama buena familia, que nunca está claro qué es exactamente, pero todo el mundo entiende. Mangione estudió en un colegio exclusivo, tiene un brillante expediente académico y se crio en una familia acomodada. En sus fotos de Facebook sale vestido de traje, luciendo abdominales en la playa con unas RayBan y celebrando su graduación en la Universidad de Pensilvania, donde se encargó del discurso de despedida de fin de curso. Según el New York Times, le gusta la alimentación sana, los videojuegos y las técnicas de superación personal.

Lo bueno de las rrss es que permiten detectar el problema poniendo un espejo incómodo en algo que antes se comentaría en privado

No es novedad que nada de esto le excluya a alguien de convertirse en un criminal. Pero si sigue fascinando tanto que alguien que saca buenas notas, come sano y hace mucho ejercicio se convierta en un asesino, será porque aún creemos que podemos reconocer a un asesino por las apariencias. Y eso dice más de los prejuicios de la sociedad que de los asesinos.

Viendo la especie de manifiesto de tres páginas contra las aseguradoras sanitarias que tenía escrito Mangione cuando fue detenido, la policía dice que probablemente se considera un héroe. Más preocupante es que no sea el único que lo piensa. Lo bueno de las redes es que nos permiten detectar el problema poniendo un espejo incómodo en algo que antes se comentaría en privado. Lo malo, que la policía teme que este asesinato pueda inspirar a más gente que lo vean como ejemplo a seguir. En los 70, le harían un calendario. Ahora son memes.

Tras el asesinato a tiros en Manhattan, a sangre fría y a plena luz del día de Brian Thompson, un alto ejecutivo de la aseguradora UnitedHealthCare, muchas aseguradoras médicas están retirando de sus páginas webs las fotos de sus ejecutivos en los organigramas por miedo a que los reconozcan. La foto de Luigi Mangione, el presunto asesino, sin embargo, circula por la web entre memes y júbilo por parte de mucha gente que celebra el homicidio del ejecutivo como venganza hacia las aseguradoras.

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