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¿Qué puede hacer España por Europa?

Con 100,000 muertos y la mayor devastación económica desde la posguerra, parece una pregunta banal, pero cualquier viso de equilibrio y estabilidad lo da el horizonte

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)

Como tengo por buena costumbre interpretar casi todo acontecimiento político bajo clave europea, es decir, si favorece o perjudica la consumación política de Europa- el tema cardinal de nuestra época, pretendo que estas líneas sean algo más que oportunistas. Visto que la política patria reciente no deja de ser vapuleada por la inmediatez del histrionismo y la tripa, en flagrante delito por omisión contra el interés general, un poco de perspectiva y aire no pueden venir mal. Desde los inicios de la legislatura ha corrido tinta denunciando el sinsentido y cautiverio inherente a la configuración de gobierno frente a los intereses del Estado.

En alguna tribuna ocasional de hecho apuntamos la ingenuidad supina bajo cuyo auspicio nació este gobierno de coalición, en un marco euro e integración europea, con comunistas, ex terroristas y secesionistas irredentos. Con la crisis sanitaria del Covid y el colapso económico, si queríamos café toma dos tazas. Muchos, subrayando la legitimidad de la cámara, le dan carta de naturaleza rubricando el dicho "la política es el arte de los posible"- Sánchez que tío más listo.

Toda la bondad ilusa que sustenta la premisa de que el nacionalismo independentista es saciable, otra de la misma quinta

Pues tiene toda la pinta de que no- a pesar del abotargamiento de confinamientos y de ECB. Tiene pinta de que las excentricidades anti-sistema de la coalición han tocado techo y la inflexión ha llegado por algún sitio. Todo un vicepresidente, miembro del gobierno haciendo propaganda contra el mismo Estado que representa es una suerte de esquizofrenia política. Toda la bondad ilusa que sustenta la premisa de que el nacionalismo independentista es saciable, otra de la misma quinta. Solicitar un suplicatorio en el Parlamento Europeo para extraditar a un prófugo con objeto de indultarlo mientras arde Barcelona, es un espectáculo surrealista.

Todo ello sobre un suelo ya embarrado desde los inicios con la Fiscalía, el CGPJ, la forma de Estado, la prensa, etc. Y la guinda del pastel: los controles del Fondo de Recuperación, la bombona de oxígeno con la que apuntalar el rebote económico con transferencias previstas por 70,000 mn de euros con cargo a Europa, han sido cuestionados por el propio Consejo de Estado. Con este cuadro, que el Fondo sea el experimento crucial hacia un nuevo estadio de integración europea en su dimensión fiscal parece una ensoñación.

No es aventurado decir pues que cualquier pretensión de "normalidad democrática" referente a su persona, a la que aspirara el señor Sánchez allende los Pirineos, esté estigmatizada. Difícil dar más la nota ni aun queriendo... Pero llegados a este punto, aún lo es más priorizar ese guion político de mercadotecnia sobre las exigencias de la gestión interna y la ejemplaridad en el ejercicio de la cosa pública que demandan nuestros socios europeos. Un dato: ha sido y es solo Europa lo que le hace recomponer la compostura institucional a mínimos de decencia. Ante las inconsistencias de un lado, el sistema busca equilibrio en otro.

placeholder El todavía vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. (EFE)
El todavía vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. (EFE)

La salida de Iglesias de la vicepresidencia coincidiendo con el conato frustrado de acercamiento entre el PSOE y el centro puede responder, o no, a presiones oficiosas que no oficiales por parte de Bruselas- imagínense semejante oprobio público en mitad de una pandemia... Lo que sí, parece, deja la estabilidad de esta coalición excéntrica y frívola suficientemente tocada como para que haya voces que anticipen, con razón, la convocatoria de elecciones generales. Al fin y al cabo, frente a los espejismos y veleidades de un supuesto proceso reconstituyente nacional al margen de la Constitución..., las vicisitudes reales de uno a nivel europeo- esa unión fiscal necesaria, aglutinan un conjunto de intereses- incluidos ciertamente los nuestros, que en toda regla minimizan nuestras cuitas patrias actuales a nivel de tragicomedia. Difícilmente podrá Europa encontrar una interlocución más favorable en el Sur que con Macron en Francia y Draghi en Italia. Aquí de momento no estamos, pero seguro nos esperan. A partir de las elecciones alemanas en septiembre se abre un mundo, y este país, de una forma u otra, rarísimo se presente a ese foro europeo con un gobierno de la actual guisa. Sánchez, por supuesto, a lo que haga falta.

Pero ante tanta opacidad, en caso de duda: "follow the money", sigue el dinero

De esta parte, el elenco de fuerzas que en democracia liberal compensan típicamente a un poder ejecutivo- prensa, judicatura y los partidos de la oposición, ha visto su labor atenuada por la naturaleza y dimensiones de la crisis. Algunos como Cs, en una suerte de "gambito de dama" inconsciente, han sacrificado la coherencia interna por catalizar la tensión estratégica, y han desatado reverberaciones políticas que en el fondo avalan la propia salud de nuestro sistema democrático liberal. El solapamiento de instancias soberanas, desde Europa hasta las comunidades autónomas, presenta un juego de espejos de difícil trazabilidad.

En física la inestabilidad de un sub-sistema recupera equilibrio bajo uno superior. Que desde el Parlamento Europeo e instituciones europeas, la piña en defensa de la democracia liberal de conservadores, liberales y socialdemócratas, haya ejercido presión sobre los movimientos aquí desatados es altamente probable. Pero ante tanta opacidad, en caso de duda: 'follow the money', sigue el dinero.

Ese es el pacto reconstituyente real que importa con pragmatismo en la mano, para todos a futuro

Cualquier economista que se precie sabe que los niveles de fragmentación con los que saldrá Europa de esta crisis covid, aún con el bienintencionado Fondo de Recuperación ejecutado, superarán con creces los del 2012, que las posiciones de endeudamiento serán más divergentes aún y que las tasas de paro en la juventud periférica por encima del 40%- una tragedia generacional, son irrecuperables sin un vuelco al sistema. Haciendo acopio de simples titulares de prensa y sin entrar en pormenores técnicos (descritos aquí y aquí) a pocos se le escapa que la crisis del 2010- 2012 se explica por no estar completada la unión monetaria con una fiscal.

A unos nos llevó a drásticos recortes y otros socavaron el paradigma de rigor institucional (el Bundesbank reconvertido en el ECB) abocándolo a políticas expansivas “sine die”. Los populismos corrieron como la pólvora a ambos lados del espectro político. Ese es el pacto reconstituyente real que importa con pragmatismo en la mano, para todos a futuro. Sumarse pues a la interlocución de dos europeístas convencidos con enorme afinidad y predicamento en el Norte, como son Draghi y Macron, aportando la estabilidad del trípode y completando un peso económico de casi la mitad de la zona €, es crítico. Con Alemania, más del 75%.

Foto: Entrada del Parlamento Europeo en Bruselas. (EFE) Opinión
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La credibilidad y calidad de la interlocución- y por tanto la capacidad de influencia, la aporta la transversalidad del apoyo parlamentario a la manera de las grandes coaliciones alemanas u holandesas donde la práctica liberal, escuchar a unos y a otros, corre más fluida. Con este que acarreamos el perfil de Sánchez en la aprobación del Fondo de Recuperación fue más bien bajo, y aquí los fastos no dejaron de tener un tufillo impostado. Un solo día tardó Draghi en formar gobierno tras hablar con Salvini y los de 5 Estrellas.

Aquí lo mejor que se recuerda es unas risas entre Espinosa, Iglesias y Arrimadas en un entreacto pillados infraganti por la prensa. Me pregunto si, en una habitación sin poder salir, UP, blandiendo los recortes que les vieron nacer y Vox, la pérdida de inmaculada soberanía en el € y la crisis sobrevenida del 2012, tendrían algún punto en el que coincidir. Sospecho que sí, vista la celeridad con la que la abstención de Vox facilitó la aprobación del decreto para los Fondos de Recuperación. A tiro pasado y tras desvelarse el menosprecio que se dio al dictamen del Consejo de Estado: que se retractaban. Un debate realista y profundo sí hubiera sido un acontecimiento que celebrar.

"De bien nacidos es ser agradecidos"

Como dice el refrán: "de bien nacidos es ser agradecidos". Resulta obvio que los 40 años mejores años de nuestra historia moderna han venido de la mano de Europa. Primero con la incorporación a la entonces Comunidad Europea en 1985 y posteriormente con Maastricht 92 y la subsiguiente incorporación al € en el 99. Se nos facilitó acomodar nuestra joven democracia liberal a las primeras del mundo. Económicamente pasamos de tipos de interés de mercado emergente a desarrollado y aumentó sustancialmente el poder adquisitivo en el país. Tuvimos aquellos tiempos icónicos del 92 con la Expo de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona.

¿Hoy, donde estaríamos sin un euro o sin un ECB o sin un TSJ de Luxemburgo o sin un Parlamento Europeo que sirvan de dique a las turbulencias económicas, financieras y políticas- internas y de este mundo globalizado? A bote pronto, con 100,000 muertos, la mayor devastación económica desde la posguerra, y un estado de crispación febril, parece una pregunta banal, pero en máximo estado de zozobra, cualquier viso de equilibrio y estabilidad lo da el horizonte. Pura entropía.

En la interlocución sólida y creíble de España ante el foro europeo están codificadas la resolución de muchos desequilibrios

Uno contempla la silueta que dibujan España y Europa en un mapa y no puede dejar de admirarse ante la réplica que una península supone sobre la otra. Parecen dos modelos sacados uno de otro, como las pequeñas figuritas de muñecas rusas una dentro de la otra. Geográficamente ambas cierran el Mediterráneo por el Norte y se abren al Atlántico por el Oeste. Históricamente ambas hacen de puente entre el mundo Antiguo y la Modernidad. Y políticamente parecen marcadas por el mismo designio fatídico de la fragmentación política como si no existencial. En la interlocución sólida y creíble de España ante el foro europeo están potencialmente codificadas la resolución de muchos desequilibrios políticos, económicos y culturales. Si no es el momento de cambiar de eje- desde para adentro y para atrás, hasta afuera y para adelante, sospecho no debiera faltar mucho.

Como tengo por buena costumbre interpretar casi todo acontecimiento político bajo clave europea, es decir, si favorece o perjudica la consumación política de Europa- el tema cardinal de nuestra época, pretendo que estas líneas sean algo más que oportunistas. Visto que la política patria reciente no deja de ser vapuleada por la inmediatez del histrionismo y la tripa, en flagrante delito por omisión contra el interés general, un poco de perspectiva y aire no pueden venir mal. Desde los inicios de la legislatura ha corrido tinta denunciando el sinsentido y cautiverio inherente a la configuración de gobierno frente a los intereses del Estado.

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