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Cinco lecciones de bolsa (y de vida) que hemos aprendido de Buffett
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Clarisa Sekulits

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Cinco lecciones de bolsa (y de vida) que hemos aprendido de Buffett

El magnate de las finanzas nos ha enseñado a apostar por la calidad, ser pacientes y no dejarnos llevar por la emoción del momento. Grandes consejos aplicables a todo

Foto: Warren Buffett. (EFE)
Warren Buffett. (EFE)

El inversor más famoso del mundo, Warren Edward Buffett, ha anunciado que dejará su cargo como CEO de Berkshire Hathaway a finales de año. Una noticia que ha consternado a los mercados y a los muchos seguidores que este gurú de las finanzas tiene en todo el mundo. Parece que a sus 94 años Buffett ha decidido que igual iba siendo hora de plantearse la jubilación. Y, ya de paso, dedicarse a su hobby preferido: tocar el ukelele (no es broma).

La retirada del Oráculo de Omaha nos deja un poco huérfanos. Sin embargo, son muchas las enseñanzas que hemos aprendido de él en los últimos años. Lecciones tan sencillas y, al mismo tiempo, tan sensatas que lo mismo valen para invertir en bolsa que para desenvolverse en la vida.

Merece la pena que recordemos algunas de ellas. Un poco como cuando Luke pierde a Obi Wan Kenobi (o a Yoda). Se va el maestro, pero el aprendizaje de la Fuerza continúa.

Valores que merecen la pena

Los seguidores del estilo valor (value investing), que es la filosofía de inversión en la que se basa Buffett, consideran que toda compañía tiene un valor intrínseco. Y que ese valor no siempre se corresponde con el precio al que cotiza, ya que el mercado puede sobrevalorar o infraponderar temporalmente a la compañía en cuestión. La clave radica en encontrar aquellas empresas que están infraponderadas, a la espera de que el resto de los inversores acabe dándose cuenta de su error.

Para ello, hay que seleccionar valores sólidos, que realmente merezcan la pena. Con ingresos estables, bajo endeudamiento y, a ser posible, que pertenezcan a un sector con grandes barreras de entrada. Estas compañías no siempre son las más sexis. No son la novedad, ni se basan en tecnologías punteras. Para ganar dinero con ellas hay que sentarse y esperar. Pero al final, el tiempo acaba por darte la razón. Son ese bolso bueno que te dura toda la vida. O esa pareja.

“Precio es lo que uno paga, valor lo que uno recibe”, decía Buffett.

Paciencia y largo plazo

El consejo anterior tiene una derivada: no hay que invertir con prisa. No podemos pretender hacernos ricos de la noche a la mañana. Tan importante es seleccionar aquellas compañías que merecen la pena como ser capaces de esperar. Si realmente quieres hacer dinero en bolsa, tu mejor aliado es el largo plazo.

En consecuencia, lo ideal es empezar cuando antes, de modo que le demos el máximo plazo posible a nuestros ahorros para que crezcan. Y ser pacientes. No desesperarnos. Lo cual es aplicable tanto a nuestra cartera de valores como a esa dieta con la que aprendemos a comer sano, aunque adelgacemos poco a poco.

Buffett solía compararlo con una planta que crece: “Disfrutamos de la sombra porque hace tiempo plantamos un árbol ".

Ojos que no ven, corazón que no siente

Para ser capaces de mantener el modo zen en bolsa es imprescindible aprender a manejar los sentimientos. Los sesgos emocionales son el gran enemigo del inversor y le pueden llevar a vender, o comprar, en el peor momento. El miedo, la avaricia o la mentalidad de rebaño son malos consejeros (y el lado oscuro de la Fuerza). Pueden hacer que te desvíes de tu objetivo financiero. Y de nada sirve seleccionar cuidadosamente la compañía perfecta si a las primeras de cambio te dejas llevar por el pánico y la vendes.

Para gestionar esto, nuestro gurú recomienda algo tan razonable como no estar siempre pendiente de lo que digan los demás. Cierta vez le preguntaron cuál era la mejor estrategia para gestionar los ciclos bajistas. Y su respuesta fue: “no sigas muy de cerca las noticias”.

De hecho, y esto ya es para nota, la verdadera forma de hacerse rico es ir a la contra. Es decir: no sólo no vender cuando el mercado entre en pánico, sino aprovechar para comprar, asumiendo que ese miedo indiscriminado habrá provocado que compañías muy interesantes coticen a precio de ganga: "Sé miedoso cuando los demás sean ambiciosos, y ambicioso cuando los demás tengan miedo”.

Entiende lo que haces

A veces tomamos decisiones sin entender verdaderamente lo que estamos haciendo. Quizá porque nos fiamos ciegamente de la opinión de los demás. O porque intentamos imitar su éxito, lo cual nos lleva a aplicar la misma receta. Sin embargo, esto de no entender lo que uno hace es mala idea en el mundo de la inversión. Y en la vida en general.

Es posible que nuestra educación financiera no sea muy boyante. Pero aun así debemos intentar invertir sólo en aquellos productos que realmente entendamos, aunque sea en líneas generales. Si no sabemos cuál es el verdadero riesgo que asumimos o qué factores inciden en la rentabilidad que esperamos, deberíamos mantenernos al margen. Y no: que sea la cripto de moda o el producto estrella de la temporada no es un argumento de rentabilidad.

En palabras de Buffett: “Nunca inviertas en un negocio que no puedas entender”.

No pretendas adivinar el futuro

Llegamos a la quinta de las enseñanzas del maestro: no obsesionarse con averiguar lo que va a suceder mañana.

Hay personas que pretenden anticipar cuál es el mejor momento para entrar o salir del mercado. Una estrategia, denominada market timing, que Buffett califica como “imposible y estúpida”. De ese modo, pretenden salvarse de las correcciones de la bolsa. Evitar las caídas e invertir sólo en los repuntes. El problema es que nadie sabe cuando se producirá ni lo uno ni lo otro.

Aquí de nuevo extraemos una enseñanza vital: no se puede esquivar siempre lo malo, porque corremos el riesgo de perdernos también lo bueno. Así de sencillo. “No tenemos ni la más ligera idea de cómo abrirá el lunes la bolsa. Nunca la tenemos”. Y no pasa nada. El futuro en movimiento está.

El inversor más famoso del mundo, Warren Edward Buffett, ha anunciado que dejará su cargo como CEO de Berkshire Hathaway a finales de año. Una noticia que ha consternado a los mercados y a los muchos seguidores que este gurú de las finanzas tiene en todo el mundo. Parece que a sus 94 años Buffett ha decidido que igual iba siendo hora de plantearse la jubilación. Y, ya de paso, dedicarse a su hobby preferido: tocar el ukelele (no es broma).

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