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Telón de Fondo
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Qué hace un inversor contrario en la situación actual de los mercados
El hecho de que el consenso del mercado tienda a equivocarse más que a acertar lleva a la conclusión de que el inversor contrario acierta más que el que sigue sistemáticamente al rebaño
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Si hay algo que ha quedado demostrado a lo largo de la historia de los mercados financieros es que el consenso se equivoca más que acierta. Si no fuera así, todos los analistas serían ricos. Y obviamente no es el caso.
La mayoría de asesores y gestores suele perderse las grandes subidas. Y no suelen estar preparados cuando llegan las grandes caídas. Se pueden contar con los dedos de una mano los analistas que recomendaron crear una reserva de liquidez antes de que se produjera el caos arancelario en vigor (para poder comprar barato aprovechando la caída). Y los datos de posicionamiento en los momentos previos a grandes subidas casi siempre coinciden con un mayor nivel de liquidez. Da igual que se trate de inversores minoristas que “hedge funds”. Si no me creen, revisen la evolución del ratio “put - call”, que mide apuestas contra el mercado vs a favor: los récords de posiciones “cortas” casi siempre coinciden con momentos previos a grandes subidas. El caso más reciente - y sonado - fue en el verano de 2023. Y los más activos en el mercado de derivados son los fondos de gestión alternativa.
A esa “rara avis” de inversor, asesor o analista que tiende a hacer lo contrario que la mayoría, se le llama inversor contrario (“contrarian investor”). No se puede decir que acierte siempre, pero el hecho de que el consenso del mercado tienda a equivocarse más que a acertar lleva a la conclusión de que el inversor contrario acierta más que el que sigue sistemáticamente al rebaño. De ahí que resulte interesante plantearse cada cierto tiempo qué es lo que haría. Y luego pasarle el filtro del sentido común, puesto que obviamente no basta con ir a la contra para acertar.
Aclaremos, de entrada, que no estamos realizando recomendación de inversión de ningún tipo, nos vamos a limitar a exponer lo que dice el consenso y lo que pensamos que haría el verso suelto, no lo que vamos a hacer nosotros.
El inversor contrario acierta más que el que sigue sistemáticamente al rebaño
Vamos al grano: la mayoría de analistas piensa que Trump está arruinando la economía norteamericana. Si pensaran que lo está haciendo bien no se estaría desplomando el SP 500. No hay mejor prueba del algodón que las cotizaciones. Si Amazon cotiza con la valoración más baja de su historia y nadie ha vuelto a hablar de la revolución que supone la inteligencia artificial, es que lo importante es el daño que provocan los aranceles.
El pensamiento del inversor contrario es que Norteamérica sigue siendo la cuna empresarial e innovadora del mundo. Que ni siquiera Trump será capaz de hundir esa economía y que lo que hay que hacer es comprar renta variable norteamericana para aprovechar las rebajas.
La inmensa mayoría de analistas también considera que la Reserva Federal no va a bajar los tipos de interés. Esto no solo se nota en las cotizaciones, también se nota en las opiniones. En las encuestas que determinan la opinión del consenso se da por cerrada la posibilidad de que haya bajadas de tipos en las próximas reuniones de la Reserva Federal. Precisamente por el temor de la Fed a que los aranceles disparen la inflación.
Por el contrario, el inversor contrario considerará que la realidad es que los últimos datos de inflación la dejan a solo cuatro décimas del objetivo de la Reserva Federal, que la caída del precio del petróleo - y resto de fuentes de energía - tiene un efecto desinflacionista, que el efecto de los aranceles suele ser temporal y que los consumidores buscan alternativas. Y que probablemente esos aranceles se queden en bastante menos, puesto que los niveles con los que amenaza Trump son para negociar desde una posición de fuerza, no para mantenerlos eternamente. Es más, el inversor contrario valora que el plan de desregulación masiva que plantea Trump también es desinflacionista, porque fomenta la competencia.
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El inversor contrario, que va totalmente por libre, va un poco más allá y considera que Trump podría tener razón en que los aranceles ayuden a que se reduzca el déficit fiscal norteamericano – la deuda -, y que, de momento, ya está cobrando un 10% al mundo entero, un dineral para las arcas públicas. En resumen, el inversor contrario piensa que todo lo anterior se puede leer como menos inflación en el medio plazo y control de la deuda pública, lo cual es bueno para los bonos USA.
El otro elemento sobre el que hay consenso absoluto es respecto al precio del oro. No hay analista que piense que vaya a dejar de subir. Si Trump va a destruir la economía global y además no va a ser capaz de controlar el déficit fiscal de los EEUU, tiene toda su lógica refugiarse en el oro. Ahora bien, el inversor contrario, que es muy suyo, no cree en el Armagedón Trump y piensa que el oro perderá uno de sus dos motores de crecimiento (el otro son las compras de los bancos centrales de países no alineados, que buscan depender menos del dólar).
Fíjense si habrá ideas contrarias que se me ocurren tres o cuatro más y ya he llegado al espacio permitido para este artículo. En fin, si deciden ser el “verso suelto” no olviden pasar el filtro del sentido común y el del análisis fundamental o asesorarse con quien sepa hacerlo. Pero tampoco olviden que aquello que no espera nadie es lo que más sube en caso de materializarse.
Si hay algo que ha quedado demostrado a lo largo de la historia de los mercados financieros es que el consenso se equivoca más que acierta. Si no fuera así, todos los analistas serían ricos. Y obviamente no es el caso.