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La crítica situación del First Republic Bank
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Juan Ramón Rallo

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La crítica situación del First Republic Bank

A menos que se produzca una fuerte reversión en la política de tipos de interés que marca la Fed, lo tendrá muy complicado para subsistir sin un rescate público o privado

Foto: Foto: Reuters/Mike Segar.
Foto: Reuters/Mike Segar.
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Como ya adelantamos en estas páginas, el First Republic Bank tenía muchas papeletas para ser el siguiente banco en caer: vertiginosa fuga de depósitos, tensionando una cuantiosa cartera de activos a largo plazo y, por tanto, una cuantiosa cartera de activos depreciados por las subidas de tipos de interés. Durante unas pocas semanas, parecía que las aguas de la zozobra financiera habían regresado a su cauce y que las quiebras bancarias habían sido un episodio transitorio y ya superado. Pero tal vez no deberíamos haber ido tan rápido: a la postre, mientras los tipos de interés se mantengan en sus niveles actuales (muy altos en relación con los registrados a lo largo de la década anterior), las tensiones financieras se seguirán acumulando y en cualquier momento podemos sufrir cualquier otro susto.

Sin ir demasiado lejos, el First Republic Bank se halla ahora mismo en un momento muy delicado para su supervivencia. El pasado martes, la entidad californiana publicó sus cuentas financieras correspondientes al primer trimestre de 2023 y los datos son ciertamente preocupantes.

En primer lugar, el banco perdió 100.000 millones de dólares en depósitos de sus clientes: si a cierre de 2022 los depósitos ascendían a 176.000 millones de dólares, a 31 de marzo de 2023 solo eran de 104.000 millones. Si tenemos en cuenta que durante ese mismo trimestre los mayores bancos del país habían depositado 30.000 millones de dólares en esta entidad, la fuga de este tipo de pasivos entre su clientela ha superado los antedichos 100.000 millones de dólares.

Foto: Foto: Reuters/Mike Segar.
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En segundo lugar, cuando un banco —que no es más que un intermediario financiero, a saber, una institución que recibe financiación para dar financiación— pierde una suma tan grande de financiación —70.000 millones en términos netos en apenas un trimestre—, solo tiene dos opciones: o buscar otras fuentes de financiación (generalmente más caras) o retirar financiación por un importe similar al que ha perdido. Aparentemente, el First Republic Bank está siguiendo estos dos caminos, lo que no queda claro es que vaya a sobrevivir en el intento.

Por un lado, los préstamos recibidos a corto plazo por el banco (probablemente en su mayoría líneas de financiación de la Fed) han aumentado desde 6.700 millones de dólares (a finales de 2022) a 80.300 millones de dólares (a finales de este trimestre). Gracias a ello ha conseguido compensar la pérdida de los depósitos, pero a un coste muy elevado: si el tipo de interés promedio de esta financiación a corto plazo ronda el 5% (el coste de la financiación a corto plazo actualmente en vigor en EEUU), eso significa que el First Republic Bank estaría soportando unos gastos anuales por intereses cercanos a los 4.000 millones de dólares… cuando su beneficio neto previo a este shock negativo de liquidez ni siquiera alcanzaba los 2.000 millones de dólares anuales.

Foto: Oficina de First Republic en San Francisco. (Justin Sullivan/ Getty)

Por otro, la propia entidad ha anunciado que pretende desinvertir 100.000 millones de dólares en activos: justamente porque no parece contar con una fuente de financiación estable y barata, su propósito pasa por dejar de financiar todas esas inversiones. El problema es que, dentro del actual contexto de altos tipos de interés, liquidar inversiones (mayoritariamente a largo plazo) supondría liquidarlas con pérdidas. El First Republic Bank es consciente de ello y, por eso, pretende vender tales activos junto con acciones o warrants del propio banco: sin embargo, no parece que acciones de una empresa cuya capitalización total apenas supera actualmente los 1.000 millones de dólares vaya a lograr evitar descuentos significativos en la venta de sus activos. Y dado que el capital social de la entidad ni siquiera alcanza los 20.000 millones, cualquier moderado descuento en esa liquidación de 100.000 millones de dólares en activos provocaría la insolvencia del banco.

En definitiva, el First Republic Bank se halla en una situación crítica: a menos que se produzca una fuerte reversión en la política de tipos de interés que marca la Fed, lo tendrá muy complicado para subsistir sin un rescate público o privado. Y lo peor de todo, claro, es que su caída no representaría el punto final en las turbulencias financieras en EEUU, sino más bien un punto y seguido.

Como ya adelantamos en estas páginas, el First Republic Bank tenía muchas papeletas para ser el siguiente banco en caer: vertiginosa fuga de depósitos, tensionando una cuantiosa cartera de activos a largo plazo y, por tanto, una cuantiosa cartera de activos depreciados por las subidas de tipos de interés. Durante unas pocas semanas, parecía que las aguas de la zozobra financiera habían regresado a su cauce y que las quiebras bancarias habían sido un episodio transitorio y ya superado. Pero tal vez no deberíamos haber ido tan rápido: a la postre, mientras los tipos de interés se mantengan en sus niveles actuales (muy altos en relación con los registrados a lo largo de la década anterior), las tensiones financieras se seguirán acumulando y en cualquier momento podemos sufrir cualquier otro susto.

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