Es noticia
ERC golpea a Illa. ¿Repetición electoral en Catalunya?
  1. España
  2. Pesca de arrastre
Josep Martí Blanch

Pesca de arrastre

Por

ERC golpea a Illa. ¿Repetición electoral en Catalunya?

Junts ha ganado la primera batalla de la legislatura catalana. Y su plan sigue siendo el mismo: conseguir la presidencia para Carles Puigdemont o que deban repetirse los comicios

Foto: El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès (d) saluda al líder del PSC, Salvador Illa. (EFE/Quique García)
El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès (d) saluda al líder del PSC, Salvador Illa. (EFE/Quique García)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Junts y ERC perdieron el pasado domingo casi un millón de votos, el 56% y el 51% de los sufragios que obtuvieron en las elecciones europeas de 2019. En conjunto, el voto independentista pasó del 50% al 33%. Un sonado batacazo que confirmó de nuevo la debilidad del soberanismo en todas las citas del último ciclo electoral.

Así fue también en las autonómicas de hace apenas un mes, en las que el independentismo perdió la mayoría absoluta en el Parlamento catalán. Y lo mismo pasó en las generales del 23-J. Aunque, en este caso, la necesidad de Pedro Sánchez enmascarase los malos resultados soberanistas que, con menos votos, ganaron protagonismo y capacidad de influencia en las Cortes.

Ayer, tras el paréntesis europeo, echó a andar la legislatura autonómica en Catalunya. Y a pesar de esa debilidad manifiesta, los independentistas consiguieron amarrar la Mesa del Parlamento. Una mesa bautizada como “antirrepresiva e independentista” por sus promotores que presidirá el juntero Josep Rull y con mayoría soberanista (2 Junts, 2 ERC, 3 PSC).

La decisión no es la que se esperaba en los mentideros políticos catalanes. Durante el fin de semana, por debajo del ruido de las elecciones europeas, se daba por hecho un acuerdo de los socialistas con los republicanos que, con la presidencia en manos de los segundos, diese visibilidad a la mayoría de izquierdas y no a la inexistente mayoría independentista.

Lo que ha sucedido finalmente es relevante, ya que incrementa las posibilidades de que finalmente el escenario de bloqueo resulte insalvable y no haya más remedio que repetir las elecciones.

Junts ha ganado la primera batalla de la legislatura catalana. Y su plan sigue siendo el mismo: conseguir la presidencia para Carles Puigdemont o que deban repetirse los comicios.

Foto: Turull, Juqnueras y Estrada (CUP) en un acto de Òmnium. (EFE)

Con la presidencia de la Mesa en su mano, corresponde a Josep Rull, o sea a Carles Puigdemont, escoger qué candidato se somete a un debate de investidura.

Es esta una carta de peso. Con la Mesa presidida por ERC, se teorizaba mayoritariamente con un primer intento de investidura de Carles Puigdemont que resultaría fallido, pese a contar con el apoyo de los republicanos.

Tras el fiasco, y ya con el reloj agotando el calendario, sería cuando Salvador Illa probaría suerte. Y entonces, ERC -con el permiso de su militancia y con alguna cesión de Sánchez de por medio- daría el sí a los socialistas por responsabilidad, para evitar que los catalanes acudiesen nuevamente a las urnas.

Foto: El primer secretario del PSC, Salvador Illa, en uno de los últimos mítines del PSC a las europeas. (EFE/Toni Albir)

El plan de Carles Puigdemont puede que sea otro. Insistir en que quien debe acudir al debate de investidura en primer lugar es Salvador Illa, el ganador de las elecciones.

Y hacerlo sin tiempo para que republicanos y socialistas puedan madurar un acuerdo y sin que el calendario actúe como factor de presión ambiental que facilite el trabajo a los republicanos. Esa investidura sería fallida -por prematura- y solo después sería el momento de que lo intentase Carles Puigdemont. Como su investidura también estaría abocada al fracaso -salvo rendición socialista- la convocatoria de elecciones sería ya inevitable. Claro que para que este escenario funcione es necesario que Salvador Illa acepte someterse a una sesión de investidura sin tener ligados los votos necesarios para salir airoso del examen.

Más allá de estos movimientos de ajedrez imaginario, la decisión de ayer de ERC, de sumarse al acuerdo previo alcanzado entre Junts y la CUP, deja más elementos de preocupación sobre la viabilidad de la legislatura en Cataluña.

Foto: El líder del PSC, Salvador Illa (i) y el presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, en la pasada edición de la 'Reunió Cercle d’Economia' en Barcelona. (Europa Press/David Zorrakino)

Hace visible la debilidad de ERC -un partido ya formalmente en guerra civil en su seno- para atreverse a pactar abiertamente con el PSC. Bastó que Junts y la CUP sellasen un acuerdo, para que a ERC le entrase el pánico escénico de ser el único partido independentista que quedaba fuera de la entente soberanista. La decisión deja cicatrices entre los negociadores socialistas y republicanos.

El enfado del PSC era ayer visible. No solo por cómo quedó constituida la Mesa. También por los discursos que se escucharon en el hemiciclo, la lógica de la desobediencia que ayer regresó a la cámara catalana y también la reaparición de los lazos amarillos en los escaños de los dos diputados ausentes.

En el PSC, a pesar de mantenerse en la línea de no alzar mucho la voz, el malestar es notorio y se expresa. Particularmente en privado. Porque además, lo sucedido da razones al PP y a Vox cuando estos partidos insisten en afirmar que Pedro Sánchez en realidad no ha conseguido nada con la amnistía y que tarde o temprano volverá a pagarse un precio elevado por practicar el apaciguamiento con los independentistas.

Foto: Pere Aragonès saluda Salvador Illa en la inauguración hoy de la Reunión del Cercle (EFE).–

Para la constitución de la Mesa, el PSC hubiera podido bascular hacia el PP y los comunes. Pero la intransigencia de los segundos -según explican los socialistas- imposibilitó este escenario. El PP, por boca de su líder en Cataluña, Alejandro Fernández, dejó claro ayer que la responsabilidad de su partido no llega hasta el extremo de dar las cosas gratis. Y en esa razonable exigencia de exigir un puesto en la Mesa se quebró la triangulación PSC-comunes-PP.

El primer round ha sido claramente para Carles Puigdemont. Falta ahora el segundo -qué candidato o candidatos se someten al debate/s de investidura- y el gran final sobre la decisión definitiva de ERC sobre si hacer o no a un socialista en presidente de la Generalitat.

Desde ayer gana números el escenario de repetición electoral. Los protagonistas, de farol o convencidos, cada vez hablan más abiertamente de esa posibilidad. Incluso ERC, el que será el gran damnificado de una repetición electoral, quiere hacer creíble que no le tiene miedo a esa posibilidad. Viendo cómo los tratan las urnas últimamente parece ciertamente un chiste. Pero de peores se han explicado en Catalunya en el último decenio.

Junts y ERC perdieron el pasado domingo casi un millón de votos, el 56% y el 51% de los sufragios que obtuvieron en las elecciones europeas de 2019. En conjunto, el voto independentista pasó del 50% al 33%. Un sonado batacazo que confirmó de nuevo la debilidad del soberanismo en todas las citas del último ciclo electoral.

Noticias de Cataluña Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Salvador Illa
El redactor recomienda