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"¿Vas a ir a la mani del 8-M?"
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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"¿Vas a ir a la mani del 8-M?"

Hay otro debate de la víspera del 8-M que no se parece en nada al del Congreso. Se parece a la vida

Foto: Marcha por los derechos de las mujeres en Madrid el 8 de marzo de 2022. (EFE/J.J. Guillén)
Marcha por los derechos de las mujeres en Madrid el 8 de marzo de 2022. (EFE/J.J. Guillén)
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Naira, como todos los martes por la tarde, esperaba en la piscina a que terminase la clase de natación de sus hijos. A esa hora, en el Congreso, sus señorías debatían la proposición de ley para la reforma de la ley de libertad sexual. Y mientras el Congreso escenificaba la división política por la polémica de la reducción de penas a violadores, a 24 horas de la manifestación del 8-M, a Naira lo que le preocupaba era dónde dejar las mochilas de los niños al día siguiente, al recogerlos del cole. No quiere ir cargando con tanto peso, camino de la manifestación del 8-M.

—¿Puedo dejar las mochilas en tu casa antes de ir a la mani?

—Claro. ¿A cuál vas a ir?

—A la que sale de Atocha.

—Hay dos que salen de Atocha.

—Bueno, yo ni idea. Voy andando con los niños. A ver lo que aguantan.

Foto: Manifestación del 8-M en Madrid en 2020. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

En el Congreso, una diputada de Podemos recriminaba al PSOE haberse alineado con el PP y Vox; una de Vox recriminaba al PP haberse alineado con la izquierda; una de ERC recriminaba a todo el Gobierno que no fueran capaces de llegar a un acuerdo para buscar una solución conjunta; la ministra Montero acusaba al PSOE de quererse cargar el consentimiento, y la diputada del PSOE acusaba a Podemos de falta de madurez.

Entre tanto, en mis grupos de WhatsApp, el debate es muy distinto al que sale por la tele. Patricia dice que no hay debate, que a la que hay que ir es a la mani de siempre, la de la Comisión 8M (Atocha-Plaza España). Ella irá con las mismas amigas que lleva yendo desde los noventa; Ana también va por tradición. Ya ha quedado con sus compañeras del equipo de baloncesto para ir juntas hasta Atocha, pero han acordado no acercarse a ninguna cabecera para que todas se sientan cómodas, porque una no tiene muy claro lo de la ley trans. Lo que todas comparten es que quieren manifestarse por el 8-M, bailar la batucada y luego brindarlo, como hacen todos los años.

En el Congreso, sigue la gresca. Pero solo las periodistas lo estamos siguiendo. Las demás salen de currar, o recogen a sus niños, también las hay de cañas. Las más militantes ya tienen lista la pancarta. Otras decidirán sobre la marcha si van, según vean el ambiente.

En el Congreso, la toma en consideración de la reforma socialista de la ley del solo sí es sí se alarga y la votación se retrasa a las 21 de la noche. A esa hora, Naira ya ha salido de natación y su marido está terminando de hacer la cena. No están viendo la votación por la reforma del solo sí es sí, y no han oído al PSOE pedir a la ministra de Igualdad que se deje de “peroratas” ni a Podemos acusar al PSOE de “traicionar al feminismo”.

Foto: Irene Montero celebra con distintos colectivos la aprobación definitiva de la ley trans. (Reuters/Susana Vera)

A esa hora, en la Comisión del 8M, que es la organización que lleva montando la manifestación del 8-M desde 1978, ultiman los detalles para el día siguiente. Tampoco hablan de división. Han debatido la reforma de la ley del solo sí es sí en las últimas semanas, pero todavía no han llegado a ninguna conclusión. No hay acuerdo tampoco respecto a la prostitución. Las hay abolicionistas y no abolicionistas. En la Comisión del 8M, se unen muchas asociaciones, barrios y distintas corrientes del feminismo, unas piensan unas cosas, otras otra.

Eso sí, en la ley trans están todas de acuerdo, pero insisten en que no importa que no estén de acuerdo en todo lo demás, que lo que les une es el consenso en lo fundamental. También están de acuerdo en no querer que ningún partido se apropie de su trabajo.

Foto: Fuente: iStock

Desde la Comisión del 8M, confían en que este año sea una gran manifestación, la primera después de la pandemia. Con superar la del año pasado ya será un éxito y esperan que la división por la ley trans, que ya existía el año pasado, no tenga un efecto desmovilizador. La suya es la que arranca a las 19:00 de Atocha para continuar por el paseo del Prado, atraviesa Cibeles y continúa por la calle de Alcalá y la Gran Vía hasta plaza de España. La otra, organizada por el Movimiento Feminista de Madrid, abolicionista y contraria a la ley trans, comienza a las 18:30 en la glorieta de Atocha y culmina en la plaza de las Provincias.

Las dudas con los recorridos aumentan las posibilidades de que alguna se confunda de cabecera. Paloma no sabe dónde quedar exactamente, dice que irá al centro con las mismas amigas que fue cuando la mani del MeToo y luego a cenar, pero reconoce que este año se siente menos representada por el carajal. Carmen está tan decepcionada que no cree que vaya, se ha hecho un lío con cuál representa qué. María dice que sí que querría ir, como todos los años, pero esta vez no tiene con quién dejar a sus niños. Patricia la anima a llevárselos a la manifestación. Dice que entre todas se encargan de cuidar de la camada.

Foto: La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra (d), junto a la diputada y candidata del PP de Baleares, Marga Prohens. (EFE/Zipi)

A todo esto, Naira no sabe qué pancarta va a llevar, porque será la que hagan sus hijos en el cole. Le preocupa más no tener resuelto todavía dónde dejar las mochilas.

Este es el otro debate de la víspera del 8-M. No se parece en nada al del Congreso. Se parece a la vida.

Naira, como todos los martes por la tarde, esperaba en la piscina a que terminase la clase de natación de sus hijos. A esa hora, en el Congreso, sus señorías debatían la proposición de ley para la reforma de la ley de libertad sexual. Y mientras el Congreso escenificaba la división política por la polémica de la reducción de penas a violadores, a 24 horas de la manifestación del 8-M, a Naira lo que le preocupaba era dónde dejar las mochilas de los niños al día siguiente, al recogerlos del cole. No quiere ir cargando con tanto peso, camino de la manifestación del 8-M.

8 de marzo
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