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Segundo Párrafo
Por
Se va a enterar Putin con nuestro batallón de eufemismos
Seguridad es como el Gobierno prefiere llamarlo para que en vez de inversión en tanques nos imaginemos una alarma de Securitas Direct
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No van a ser los drones, ni el Eurofighter, ni aquellos Leopard de segunda mano que se nos habían quedado viejos en un almacén de Zaragoza. Lo que seguro España puede aportar a la defensa de Europa es una legión de eufemismos. No lo llames defensa, llámalo seguridad. Eso desconcertará a los rusos. En medio del desmoronamiento del orden mundial que conocíamos, con los líderes europeos buscando la forma de rearmarse y pidiendo medidas excepcionales, ahora que el EEUU de Trump deja a Europa sola frente a Putin, el Gobierno español aporta más evasivas que concreción. Al menos, de fronteras para dentro.
Cuando el presidente del Gobierno va a Bruselas, repite con firmeza el compromiso de acelerar el gasto militar. Sin embargo, cuando se reúne consigo mismo en Moncloa no logra concretar ningún acuerdo para el aumento de la inversión en defensa. Perdón, seguridad, que es como el Gobierno prefiere llamarlo para que en vez de inversión en tanques nos imaginemos una alarma de Securitas Direct. A Von der Leyen no sé qué le parecerá tanta perífrasis, ella es más de números.
El plan de la presidenta de la Comisión para aumentar el gasto militar se llama 'Rearmar Europa', con hasta 800.000 millones de euros para gasto militar, que permitiría a los países aumentar el déficit hasta el 1,5% del PIB sin sanciones. Sumar y otros socios del Gobierno, rechazan esta posibilidad. Porque Von der Leyen pide también que los Gobiernos de cada país miembro incorporen a sus presupuestos nacionales ese aumento del gasto en defensa. ¿Presupuestos? ¿Qué presupuestos? El ministro Cuerpo insistía el martes en Bruselas al salir del Ecofin que la ausencia de presupuestos no impide aumentar el gasto en seguridad y defensa. De hecho, ya se ha hecho en ejercicios anteriores este mismo Gobierno del que forma parte Sumar, que ahora se resiste.
Tras la reunión entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, presidente y vicepresidenta, para hablar del gasto en defensa, lo único claro es que, en vez de defensa, el Gobierno prefiere llamarlo seguridad. Autonomía estratégica en circunloquios sí que tenemos. Dos horas estuvieron reunidos sin lograr un acuerdo público. A lo mejor ni siquiera lo buscaron, sabiendo que no se iban a encontrar, y dedicaron la reunión más bien a cómo contar cada uno a su parroquia lo que quieren escuchar. Total, como el aumento del gasto en Defensa que Sánchez ya ha prometido en Bruselas no parece que tenga intención de someterlo al Parlamento, de momento no hay nada que votar. Más circunloquios.
Sánchez promete a sus socios que el gasto en defensa no afectará al gasto social. Pero ni con esas. Porque dentro de Sumar tampoco hay acuerdo. En la docena de partidos que componen la formación, algunos como IU se niegan tajantemente a aumentar cualquier gasto en defensa y no se creen que no se detraiga de otras partidas. Los comunes dicen que hay que huir de la retórica belicista. Compromís dice que hay que poner a las personas en el centro. En Moncloa presumen de normalidad. Y en eso tienen razón. Las desavenencias internas dentro de la coalición son lo normal.
Tras la reunión, Sumar lanzó un comunicado en el que dice que el aumento del gasto en defensa de los 27, país a país, no garantiza más seguridad. Pero no invalida el compromiso del presidente en Bruselas de llegar al 2% del PIB, que estaba fijado para el 2029 pero prometió acelerar. Además, faltan por redefinir los criterios del gasto que computa como política de seguridad y defensa. De ahí que sean tan importantes los rodeos verbales.
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Ambas facciones del Gobierno se han emplazado a "seguir desarrollando una propuesta conjunta en las próximas semanas", tiempo más que de sobra para echarle la culpa a Bruselas del acuerdo o la falta de él. No deja de tener su gracia que ayer la vicepresidenta estuviera en Bruselas reprochando a las UE que no se haya coordinado mejor en defensa, cuando es algo que es incapaz de hacer la coalición del Gobierno de la que forma parte e incluso dentro de su propio partido.
Entre tanto, antes de aumentar el gasto en defensa, al que España ya se ha comprometido con sus socios, aumenta de urgencia en Moncloa el gasto en eufemismos para diferenciar entre “gasto militar” y “defensa”, que a su vez, dicen, no es lo mismo que “seguridad”. En vez de al Risk, están jugando al Tabú.
No van a ser los drones, ni el Eurofighter, ni aquellos Leopard de segunda mano que se nos habían quedado viejos en un almacén de Zaragoza. Lo que seguro España puede aportar a la defensa de Europa es una legión de eufemismos. No lo llames defensa, llámalo seguridad. Eso desconcertará a los rusos. En medio del desmoronamiento del orden mundial que conocíamos, con los líderes europeos buscando la forma de rearmarse y pidiendo medidas excepcionales, ahora que el EEUU de Trump deja a Europa sola frente a Putin, el Gobierno español aporta más evasivas que concreción. Al menos, de fronteras para dentro.