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La batalla por el relato: 'pellets' vs. amnistía
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Verónica Fumanal

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La batalla por el relato: 'pellets' vs. amnistía

La máquina de propaganda está engrasada y, con la legislatura en marcha y con las elecciones gallegas convocadas, los dos principales partidos están inmersos en una batalla narrativa que incluye dos palabras clave: 'pellets' y amnistía

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, visita una de las playas afectadas por los 'pellets'. (EFE/Lavandeira Jr)
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, visita una de las playas afectadas por los 'pellets'. (EFE/Lavandeira Jr)
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Las sobreactuaciones tienden a perder toda credibilidad para el espectador, al menos, para aquellos que sí miran el espectáculo. En política existe una delgada línea entre dar importancia a un tema y exprimirlo hasta quitarle todo el jugo. Jugar a que se hable de un tema, sin traspasar ese límite, es una de las tareas más importantes de los gabinetes políticos.

De lo contrario, una vez se cruza al lado de la sobreactuación, queda el esperpento, lo grotesco, lo evidente que hace que el público objetivo de esa estrategia te retire su atención y, por lo tanto, la capacidad para influenciarle; haciendo que todo el esfuerzo sea en balde.

Desde que comenzó el año, los dos bloques políticos en los que se ha dividido la política española están tirando de sobreactuación para que no se hable de lo suyo, que, al mismo tiempo, es justo el tema que exprime el bloque contrario.

PSOE y Sumar quieren que sus pactos con Junts, en particular la amnistía, deje de ser el tema en la agenda política. Para ello, están pedaleando la crisis gallega de los pellets. Un tema medioambiental con alto contenido emocional que el PP quiere minusvalorar para que no afecte demasiado a sus elecciones talismán, dirigiendo toda la atención hacia el exprimido pacto entre PSOE y Junts.

Foto: Chicos retirando microplásticos en una playa de Nigrán. (EFE/Salvador Sas)

Todas las maquinarias de propaganda están perfectamente engrasadas. De hecho, después del empacho electoral del 23-J no ha dado tiempo a que ningún partido descanse en su voluntad de imponer su marco al resto. No hace falta recordarlo: el "yo no gobierno porque no quiero" del PP frente al "la única mayoría posible es esta" del PSOE protagonizó el periodo de las investiduras.

Ahora, con la legislatura en marcha y con las elecciones gallegas convocadas, los dos principales partidos están inmersos en una batalla narrativa que incluye dos palabras clave: pellets y amnistía. Ambos conceptos tienen muchos más significantes políticos y emocionales que su significado real, porque cada bloque político está impulsando un relato que evidencie la importancia de ese tema para la sociedad española.

Con las elecciones gallegas a la vuelta de la esquina, PP y PSOE tienen una batalla narrativa con dos palabras clave: 'pellets' y amnistía

"Amnistía" en política española es un concepto que ha tomado un nuevo significante tras el pacto entre PSOE y Junts para la investidura. Hasta entonces era un concepto relacionado con la Transición, una de las operaciones políticas más complejas que se conoce con un resultado exitoso.

La ley de amnistía de la Transición era un motivo de orgullo colectivo (con matices claro) que situaba al país como uno de los pocos que supo transicionar de una dictadura a una democracia mediante el perdón, de la ley a la ley y sin derramamientos de sangre, ni la imposición de un bando sobre otro.

En la memoria colectiva están aquellas manifestaciones de finales de los 70, en las que se gritaba en catalán: libertad, amnistía y estatuto de autonomía. Todo aquello se consiguió.

Foto: El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. (Europa Press/Á. Pérez Meca) Opinión
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Ahora, la palabra "amnistía" ha dejado de tener ese significado colectivo y como casi todo, se ha partido en dos, aunque esas mitades no sean parejas. La mayoría de los españoles, según todas las encuestas, consideran que la amnistía no es deseable para los líderes del procés y que es una cesión intolerable del Estado.

Cuando este tema, poco a poco, iba saliendo de los titulares de la prensa, la convalidación de los 3 reales decretos ley del gobierno, reimpulsó el tema debido a la estrategia de aguantar la negativa hasta el final de Junts. Los de Puigdemont son plenamente conscientes de que cada voto es imprescindible para el Gobierno y en la primera oportunidad de demostrar que ellos no son una muleta incondicional no la iban a dejar pasar.

El PP quiere alimentar el fantasma de la amnistía todo lo posible. Los datos económicos son buenos, así que fiar la tarea de oposición a dibujar otra gestión no sería eficaz; ya lo intentaron anunciando el apocalipsis y no fueron creíbles.

Foto: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en el Congreso. (EP)

La inflación de España se sitúa entre las más bajas de la zona euro, el consumo interno está disparado y la reciente subida del SMI un 5% y la revalorización de las pensiones garantizan la capacidad adquisitiva. No hay alternativa al desgaste gubernamental, el único tema que hoy daña al Gobierno son los pactos con Junts y Bildu.

Por eso, Feijóo salió en rueda de prensa tras la fatídica sesión del Congreso en el Senado la semana pasada. Para retroalimentar el tema, volver a incendiar las calles y sobreactuar, convocando otra manifestación en Madrid, pidiendo la comparecencia del presidente del Gobierno y anunciando la ofensiva manida de mociones en ayuntamientos y comunidades autónomas donde gobiernan.

Sobreactuación pura y dura. Y todo, para preservar la mayoría absoluta del PP en Galicia, desviando el foco de la crisis de los pellets.

El PP alimenta el fantasma de la amnistía todo lo posible. Los datos económicos son buenos, y fiar la oposición a dibujar otra gestión no sería eficaz

Pellets, microplásticos, bolitas, todo alude a lo mismo, a otra crisis medioambiental que sacude Galicia en especial, pero que está llegando a otras costas, sin el mismo impacto político. ¿Y cuál es la diferencia? Que los gallegos y gallegas están convocados a las urnas el próximo 18 de febrero, es decir, en 5 semanas.

Cuando Rueda convocó las elecciones, con el beneplácito de Feijóo, ya se habría producido el vertido de millones de pellets de plástico al mar. Si hubieran sido conscientes de la repercusión mediática, quizás las hubieran retrasado más.

Pero, las costas gallegas ya eran un mar de microplásticos que poco a poco iban llegando a las costas, reavivando en la memoria colectiva una de las crisis medioambientales más duras de nuestra historia: el chapapote vertido por el Prestige.

Foto: 'Pellets' amontonados en las rocas de la ría de Muros-Noia. (Ecologistas en Acción)
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Las imágenes de las playas negras, de miles de voluntarios enfundados con sus trajes blancos quitando con sus manos aquel fuel asqueroso son imborrables. Lo cierto es que si Rueda no hubiera intentado escurrir el bulto y hubiera convocado desde el primer minuto la alerta 2 coordinando la acción con el Gobierno de España, esas "boliñas" como le gusta minusvalorar al PP, no podrían compararse con el chapapote, al menos, a nivel visual.

Pero los populares son especialistas en agravar las crisis con una gestión de la comunicación nefasta y este particular sí que produjo una dosis de recuerdo que retrotrajo a la población a la era del Prestige.

El PSOE y Sumar han visto una oportunidad en la crisis del vertido de los microplásticos en Galicia de resucitar una campaña que tenían tremendamente complicada. Si, además, este tema puede quitar minutos al empeño del PP y Vox de que se hable de la amnistía y el trágala que han supuesto la aprobación de dos de los tres reales decretos leyes, pues todavía mejor.

En el PP son expertos en agravar crisis con una gestión de la comunicación nefasta y esta es una dosis de recuerdo de la era del Prestige

Por ello, los miembros del Gobierno no han dudado en comparar las dos tragedias medioambientales, haciendo hincapié en la capacidad del PP de esconder información, de menospreciar la amenaza sobre nuestra salud y sobre la biodiversidad de las costas gallegas, situando al PP de Rueda al mismo nivel que el de Aznar y Rajoy. Sin duda, con sobreactuaciones como la de Yolanda Díaz recogiendo pellets con un bastidor y con foto, por supuesto. Pellets contra amnistía.

La narrativa parece querer sustituir poco a poco a la política y sobre todo, a la necesidad de encontrar espacios de diagnóstico común. La legislatura no augura ningún tipo de puente, más allá del apellido del ministro que más hace por dinamitarlos, al menos, en las redes sociales.

La mesa del diálogo social, que otrora había funcionado, también anda embarrada, porque parece que los actores no encuentran incentivos para el acuerdo. Porque cuando de lo que se trata es de ganar el relato, para qué vas a negociar con el que quiere imponerte otro.

Las sobreactuaciones tienden a perder toda credibilidad para el espectador, al menos, para aquellos que sí miran el espectáculo. En política existe una delgada línea entre dar importancia a un tema y exprimirlo hasta quitarle todo el jugo. Jugar a que se hable de un tema, sin traspasar ese límite, es una de las tareas más importantes de los gabinetes políticos.

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