Es noticia
Reconocer a Palestina como Estado es moralmente correcto y políticamente inútil
  1. Mundo
  2. Tribuna Internacional
Ramón González Férriz

Tribuna Internacional

Por

Reconocer a Palestina como Estado es moralmente correcto y políticamente inútil

¿Tiene sentido que el Gobierno español impulse ese reconocimiento? ¿Debería sumarse a la iniciativa el PP, que ya lo propuso, aunque de una manera tímida, en 2014?

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Eduardo Parra)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Eduardo Parra)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

139 de los 193 miembros de la ONU reconocen a Palestina como un Estado. Varios países de Europa del Este, como Polonia o Hungría, la reconocieron cuando aún eran dictaduras comunistas. En Europa occidental, solo cuatro lo hacen: Suecia, Chipre, Malta e Islandia. Otros, como Alemania o Francia, se han negado. En los últimos tiempos, sin embargo, algunos como Reino Unido se han mostrado abiertos a otorgar ese reconocimiento si hubiera avances en las negociaciones de paz con Israel. En Estados Unidos, muchos demócratas piden a Joe Biden que proponga algo parecido, o que utilice esa concesión como parte de un gran pacto con Arabia Saudí y otros países árabes para pacificar la región.

En este contexto, ¿tiene sentido que el Gobierno español impulse ese reconocimiento? ¿Debería sumarse a la iniciativa el PP, que ya lo propuso, aunque de una manera tímida, en 2014?

El trágico error de Israel

Siempre he defendido el derecho de Israel a existir y a defenderse. Pero, en esta guerra, el Gobierno de Benjamín Netanyahu está cometiendo atrocidades imperdonables. Lo está haciendo, en parte, por los intereses del propio Netanyahu. También porque muchos de los dirigentes israelíes se han vuelto insensibles al dolor ajeno y piensan que este es irrelevante si sirve a su propio nacionalismo. Pero en términos prácticos, el Gobierno de Netanyahu se permite este comportamiento porque lleva más de una década percibiendo que Occidente se ha desentendido del conflicto entre Israel y Palestina. Sea por los episódicos estallidos de terrorismo islamista en Europa, sea porque las prioridades geopolíticas se han desplazado hacia Rusia y China, o simplemente porque ya nadie cree seriamente que haya una solución para la región a medio plazo, hasta el 7 de octubre del año pasado dejamos de prestarle atención.

Tras el brutal ataque de Hamás, sin embargo, el mundo le dio a Israel la legitimidad para eliminar a quienes lo habían perpetrado y acabar con la posibilidad de que repitieran sus acciones. Pero ha ido muchísimo más allá de eso. Y es hora de que la comunidad internacional le haga ver su rechazo a lo que está sucediendo en Gaza. En ese sentido, reconocer el Estado de Palestina es un gesto moralmente correcto que indica que esos territorios no pueden estar indefinidamente en un limbo legal, a expensas de las decisiones del Gobierno israelí.

Ahora bien, la decisión de Pedro Sánchez es irrelevante en términos políticos. La Autoridad Palestina, liderada por Mahmud Abás, es corrupta e ineficaz, y no tiene ninguna clase de legitimidad democrática; otorgarle el carácter de Gobierno de un Estado no servirá para que mejore su catastrófica gestión de la zona. Un embajador español en ella, además, no tendrá la capacidad de acelerar las negociaciones y, seguramente, ni siquiera para contribuir a aliviar el sufrimiento de muchos palestinos. Nadie en Palestina tiene ahora mismo la capacidad de acabar con el poder de Hamás; la mayoría de palestinos en Gaza detestan a la organización, pero solo Israel tiene los recursos para eliminar el terrorismo. Buena parte del liderazgo israelí, a su vez, odia la idea de que, con el reconocimiento de Palestina como Estado, esta sea tratada con el mismo estatus internacional del que dispone Israel. Pero ese reconocimiento, aunque procediera de países mucho más relevantes que España, no supondría el fin de la violencia en la región.

Sin embargo, hay algo aún más desesperante que todo esto. Por mucho que lo crean sinceramente numerosos diplomáticos y políticos occidentales, entre los cuales hay bastantes del PSOE, el reconocimiento de Palestina no servirá para acercarse a la solución de dos Estados. Hoy esta es completamente inviable. Y lo seguirá siendo aunque Israel se deshaga del espantoso liderazgo de Netanyahu.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la tribuna del Congreso. (EFE / Mariscal)

Es imposible una solución de dos estados si Israel no siente que los palestinos pueden controlar el terrorismo. Y, aunque más o menos lo han hecho en Cisjordania, sabemos que ahora mismo no es posible en Gaza. Hoy nos aferramos a la idea de los dos estados solo porque otras, como la prolongación del 'statu quo', o la de un solo estado en el que judíos y musulmanes tengan que aprender a convivir en pie de completa igualdad, les parecen aún más intolerables a unos o a otros.

Un gesto aceptable

Entonces, si es lo moralmente correcto, pero es políticamente irrelevante, ¿debería el Gobierno español seguir con su plan de reconocer a Palestina? Para muchos miembros del PSOE que trabajan en el ámbito de las relaciones exteriores, se trata de poner en marcha una bola de nieve. España no logrará demasiado por sí misma. Pero quizá, piensan, anime a otros países europeos. Quizá Reino Unido sea más explícito con sus intenciones. Quizá si Estados Unidos acaba ideando un pacto a gran escala para la región, parecerá que España ha sido pionera y que ha recuperado un liderazgo internacional que sus presidentes siempre ambicionan a pesar de nuestra creciente irrelevancia diplomática.

Soy escéptico con todas esas ideas. Además, es evidente que la propuesta del Gobierno responde también a sus necesidades internas: pasar página de la amnistía y los casos de corrupción y, de paso, poner en un aprieto al PP. Este, a pesar de todo, debería ignorar la marrullería de Sánchez y, llegado el caso, apoyar la propuesta, que no es ajena a su ideario.

España no logrará demasiado por sí misma. Pero quizá, piensan, anime a otros países europeos

Pero, sea como sea, debemos recordarle a Israel que el mundo es plenamente consciente de los brutales excesos que ha cometido en Gaza y que no pueden salirle gratis. No me haría ninguna ilusión al respecto. Pero el reconocimiento de Palestina como Estado es, pese a sus enormes limitaciones políticas, un paso aceptable.

139 de los 193 miembros de la ONU reconocen a Palestina como un Estado. Varios países de Europa del Este, como Polonia o Hungría, la reconocieron cuando aún eran dictaduras comunistas. En Europa occidental, solo cuatro lo hacen: Suecia, Chipre, Malta e Islandia. Otros, como Alemania o Francia, se han negado. En los últimos tiempos, sin embargo, algunos como Reino Unido se han mostrado abiertos a otorgar ese reconocimiento si hubiera avances en las negociaciones de paz con Israel. En Estados Unidos, muchos demócratas piden a Joe Biden que proponga algo parecido, o que utilice esa concesión como parte de un gran pacto con Arabia Saudí y otros países árabes para pacificar la región.

Palestina Conflicto árabe-israelí Pedro Sánchez
El redactor recomienda