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No participamos de burbujas mediáticas de la ultraderecha
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Juan Soto Ivars

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No participamos de burbujas mediáticas de la ultraderecha

Si los partidos de izquierdas y nacionalistas quieren silenciar a EDA Tv y 7NN, convertirlos en protagonistas con un rifirrafe semanal es una estrategia delirante

Foto: Gabriel Rufián, durante una rueda en el Congreso. (EFE/Fernando Alvarado)
Gabriel Rufián, durante una rueda en el Congreso. (EFE/Fernando Alvarado)

La carta de los responsables de comunicación de los partidos políticos de izquierdas y nacionalistas en la que se exige el veto de dos medios en el Congreso ha generado un debate de trincheras previsible, con tópicos sobre la libertad de información y expresión, el posicionamiento explícito de algunos diarios, como 'Público', a favor del veto, y críticas de los grupos parlamentarios de Vox y PP a lo que consideran un acto de censura ideológica. Antes de la carta, políticos como Gabriel Rufián, Íñigo Errejón o Pablo Echenique se habían negado a responder a Javier Negre y Josué Cárdenas con un mensaje estandarizado: “No participamos de burbujas mediáticas de la ultraderecha”, “no respondemos a preguntas de la ultraderecha”, “como cada martes, usted puede preguntar, pero yo no le contesto”.

Ahora parece que el Congreso va a seguir acreditando a EDA Tv y 7NN, independientemente de su línea editorial o las formas de sus profesionales, porque cumplen con los sencillos requisitos para estar en la sala: disponer de una sede social, de una redacción, actualizar sus contenidos, etcétera. Cuando esto suceda, la negativa a responderlos terminará de sentar un precedente peligroso para la libertad de información, como ya lo sentaron las escenas previas. Si unos grupos políticos determinados se niegan a responder sistemáticamente a profesionales acreditados en la sala, otros grupos políticos pueden hacerlo con medios que les incomoden. De esta forma, es la credibilidad de la institución la que se resiente. Las acreditaciones debieran ser respetadas por los políticos.

La negativa a responder a las preguntas de EDA Tv y 7NN se apoya en tres factores que se han confundido en un engrudo impreciso: por un lado, se achaca a la línea editorial de los medios a los que representan; por otro, al contenido de las preguntas que se plantean, y, por otro, las formas en las que se expresan estos profesionales. Digo que se han confundido los tres factores porque en los careos entre los portavoces y los periodistas parece que el motivo sea la línea editorial “ultraderechista” de los medios. Sin embargo, según la carta de los grupos parlamentarios, este veto se debe a las formas o el contenido de las preguntas. Y aquí nos encontramos ya con el problema de que Negre y Cárdenas no se comportan de la misma manera en la sala de prensa del Congreso.

No tengo el más mínimo respeto profesional por Negre, un agitador que confunde la información con el rumor y la insistencia con el hostigamiento

No tengo el más mínimo respeto profesional por Negre, un agitador que confunde la información con el rumor y la insistencia con el hostigamiento, que airea mentiras que han sido desacreditadas y que ha llegado a extremos grotescos como perseguir a inmigrantes recién llegados a Canarias preguntándoles por la marca de sus zapatillas, como si esto fuera a granjearle el Pulitzer. Su canal, EDA Tv, no es un medio de información, sino de agitación, y algunas de sus preguntas en el Congreso se han expresado con la misma agresividad que las que lanzó a Irene Montero en la calle, insultando a su hermano: acusaciones sin demasiado fuste, planteadas de forma sensacionalista no para recibir respuestas, sino para conseguir notoriedad.

Foto: Comparecencia de Rufián y otros diputados. (EFE/Fernando Alvarado)

Diferente me parece el caso de Josué Cárdenas, al menos en el Congreso. También se dedica a la agitación en 7NN, un medio de línea muy dura, pero sus preguntas a Rufián o Errejón estaban planteadas de forma educada y correcta y, además, eran pertinentes. ¿Buscaba Cárdenas esta reacción o realmente quería que le respondieran? Lo ignoro, pero a los portavoces les hubiera sido muy fácil neutralizar su minuto de gloria. Era suficiente con responder, porque hay pocos sitios donde los periodistas sean más invisibles que en las ruedas de prensa del Congreso de los Diputados. A no ser que se monte un espectáculo, de allí salen declaraciones grises destinadas a aburrir a las ovejas en las secciones de política de los diarios.

Si los partidos de izquierdas y nacionalistas quieren silenciar a EDA Tv y 7NN, convertirlos en protagonistas con un rifirrafe semanal es una estrategia delirante. Además, independientemente de la catadura profesional de Negre y Cárdenas, o de las valoraciones sobre la línea editorial de los medios para los que trabajan, es una falta de respeto a la institución el negarse a responder de manera sistemática a preguntas de personas que han sido acreditadas. Por supuesto, cada portavoz está en su derecho a no responder a lo que le parezca incómodo o difícil: no es nada nuevo, y de hecho suelen responder con vaguedades y lemas precocinados, y rara vez a lo que se les pregunta. Pero el veto sistemático a gente acreditada es peligroso.

Foto: El director de 'El Español', Pedro J. Ramírez. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Respecto a las formas, por cierto, nadie ha comentado que llevamos 30 años riendo las gracias a reporteros de programas de humor que acorralan y se mofan de los políticos, y particularmente de los de derechas. Así empezó a tener éxito Jordi Évole cuando se apodaba el Follonero, así llevaba Gonzo su sección en el programa de Wyoming y así eran los reporteros de 'Caiga Quien Caiga': faltones. El seudoperiodista irreverente y trol ha sido tolerado mientras su línea editorial se plegase a la izquierda. Que ahora haya seudoperiodistas faltones de derechas como Negre, Cárdenas o Cake Minuesa no debería provocar tanto escándalo. De hecho, si fueran los partidos de derechas los que se niegan sistemáticamente a responder a medios con una línea editorial de izquierdas muy adversa a sus intereses, muchos de los que aplauden el veto comprenderían por qué estoy hablando de precedentes peligrosos.

La mención a la ultraderecha hace pensar que el veto orbita en torno a la ideología de los medios y no tanto a las formas de los profesionales

La mención a la ultraderecha hace pensar que el veto orbita en torno a la ideología de los medios y no tanto a las formas de los profesionales. Hasta donde sé, las ideologías extremistas están permitidas y tienen representación parlamentaria. Una prueba de ello es que Bildu o la CUP estén en el Congreso, y que medios afines a estas formaciones participen en las ruedas de prensa. ¿Qué impide a los partidos de derecha españolista vetar a medios afines con extremistas periféricos, como 'Gara' o 'El Nacional'? ¿No se dan cuenta de que un veto legitima otros? Como digo: acaban de sentar un precedente. Y los vetos cruzados son algo que ocurrirá, sin duda, como ya pasó que Vox se negase a acreditar a 'El País' en su sede, solo que en la Cámara de representación de la ciudadanía.

Foto: Macarena Olona y José María Sánchez. (EFE) Opinión

En fin. El nivel de la política y del periodismo lo hemos bajado entre todos desde hace muchos años y, en este sentido, mención aparte merece el hecho de que sean políticos como Gabriel Rufián o Pablo Echenique los que se niegan a responder a Negre y Cárdenas. Rufián ha aparecido con unas esposas y con una impresora en el Congreso, ha buscado en todo momento el titular con sus salidas de tono y sus payasadas en las comisiones de investigación y ha rebajado la dignidad de la Cámara afirmando que él solo estaría ahí hasta el “inminente” nacimiento de la república catalana, porque no cree en la democracia española. ¿A quién exige respeto si jamás se lo ha tenido a sí mismo?

Respecto a Echenique, basta darse un garbeo por su Twitter para echarse a reír cuando exige mesura a los profesionales que no le gustan. Si Javier Negre es corresponsable de bajar el nivel de los medios de comunicación con sus imprecaciones y sus escándalos, Echenique o Rufián han sido los Negre de la política parlamentaria. A mí no me gusta que sujetos como estos ostenten la portavocía de grupos parlamentarios, como a ellos no les gusta que Negre o Cárdenas estén acreditados en la sala de prensa. Pero el respeto a las instituciones pasa por tragar sapos y culebras. La acreditación de prensa y el acta de diputado tienen un valor institucional en sí mismas, independientemente del mal uso que sus propietarios hagan de ellas. Negarse a responder preguntas no ataca a unos medios concretos, sino a la propia institución.

La carta de los responsables de comunicación de los partidos políticos de izquierdas y nacionalistas en la que se exige el veto de dos medios en el Congreso ha generado un debate de trincheras previsible, con tópicos sobre la libertad de información y expresión, el posicionamiento explícito de algunos diarios, como 'Público', a favor del veto, y críticas de los grupos parlamentarios de Vox y PP a lo que consideran un acto de censura ideológica. Antes de la carta, políticos como Gabriel Rufián, Íñigo Errejón o Pablo Echenique se habían negado a responder a Javier Negre y Josué Cárdenas con un mensaje estandarizado: “No participamos de burbujas mediáticas de la ultraderecha”, “no respondemos a preguntas de la ultraderecha”, “como cada martes, usted puede preguntar, pero yo no le contesto”.

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