A mi bola
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Los 'amigos' Florentino Pérez y Rubiales: quien a hierro mata, con Hierro muere...
La destitución de Julen Lopetegui a dos días de empezar el Mundial tenía que pasar factura, y ha pasado más aún de lo esperado. España cayó con estrépito en octavos y ante un rival muy inferior
"Fue algo sorprendente. A pesar de que puedas tener tus motivos y tus razones, creo que la decisión de destituir a Lopetegui no se tomó en el momento adecuado, a tan solo dos días de empezar el Mundial". Estas declaraciones de Saúl en los micrófonos de Televisión Española son unas de las pocas críticas que recuerdo a la decisión de Luis Rubiales, el iluminado presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), que decidió cargarse al seleccionador y sustituirle por Fernando Hierro, como escribí hace unos días, un buen director deportivo, pero un entrenador sin más experiencia en un banquillo que una discreta temporada en el Oviedo en Segunda División y otra como ayudante de Ancelotti en el Real Madrid.
"Julen se merecía seguir tras llevar dos años preparando el Mundial con nosotros", añadió el centrocampista del Atlético de Madrid, quien, por cierto, no llegó a debutar en Rusia. Sí, por supuesto que el propio Lopetegui, engañado por Rubiales, y el intocable Florentino Pérez también tienen mucha culpa de lo que le ha pasado a esta España que lo tenía todo para haber hecho un gran Mundial, sobre todo después de ver el bajísimo nivel de juego y cómo se le habían puesto las cosas a pesar de no haberse ni acercado a su verdadero nivel. El presidente del Real Madrid quería al seleccionador español para tapar lo antes posible la fuga y afrenta de Zidane, y no pudo esperarse a después del Mundial.
Claro que Rubiales, en lugar de hacer frente a Florentino Pérez y salir públicamente a poner las cosas en su sitio, algo que a día de hoy sigue sin hacer ni esperen que haga, pasó de plegarse frente a quien tanto debe a no atender a razones, ni siquiera a petición de Ana Muñoz, su vicepresidenta de integridad. Se dejó calentar la cabeza por quien no debía y apagó el fuego con gasolina. Un pirómano, vamos, al que poco o nada le importaba lo que le sucediera a la Selección. Mientras su 'amigo' Florentino tiene a Lopetegui en Valdebebas desde el primer día del Mundial, el presidente de la RFEF tiene motivos para ir pensando en dimitir, ya que tanto le gusta hablar de valores, pues la decisión de cargarse a Julen le ha salido carísima a España. Sí, el valor suficiente para marcharse por donde ha venido.
"Hemos sido superiores y nos ha eliminado un rival que ha estado más acertado, sobre todo en la tanda de penaltis", fue todo lo que alcanzó a decir Luis Rubiales tras caer estrepitosamente en Moscú. "Hoy hay dolor y es un día difícil, pero cuando uno tiene la tranquilidad y el sosiego de haber hecho las cosas con responsabilidad, hay que seguir. Empezamos hace poco un proyecto nuevo y vamos a seguir", se limitó a decir cuando le preguntaron si pensaba que 'quizá' destituir al seleccionador podía haber afectado al equipo.
Y, claro, preguntado por si se arrepentía de haber fulminado a Lopetegui, el presidente de la RFEF dijo: "No me he arrepentido en ningún momento, ni me arrepiento de esa decisión ni de ninguna, porque son decisiones tomadas con responsabilidad, convicción y valores, y no era una decisión deportiva". La verdad es que sorprende que Rubiales hable de responsabilidad, pues si algo fue la decisión que tomó en Krasnodar fue irresponsable, tal y como desgraciadamente ha quedado más que demostrado. Aunque él es incapaz de reconocerlo y cuando está delante de un micrófono todo son buenas palabras: "Hierro y todo su equipo, los futbolistas, el cuerpo técnico, todos los que han estado aquí, de todos estoy orgulloso y no tengo ninguna queja de nadie". Lo dicho, todo menos responsable.
"Mi continuidad o no es lo de menos, a mí eso no me importa", dijo Hierro, a quien le honra querer salvar a los jugadores y hacer autocrítica, hasta el punto de poner su "cabeza", según dijo, a disposición de quien deba tomar decisiones. Fernando no quiso desvelar si quiere seguir o no, aunque lo dejó bastante claro. Por contra, escuchar a Marchena analizar lo sucedido dio auténtica pena, aunque tampoco se puede esperar más de alguien que viajó a Rusia para cobrarse los servicios prestados durante su estancia en AFE junto a Rubiales. "Hay que pasar el luto, pero no creo que sea un fracaso y tampoco el momento de hablar de Lopetegui", dijo el sevillano. Pues si caer en octavos ante la 70ª selección del mundo no es un fracaso ni el momento de hablar...
Los pájaros disparan a las escopetas
"La destitución de Lopetegui nos ha perjudicado a todos porque llevábamos dos años trabajando de una forma", respondió Thiago Alcántara con tanto sentido común como sinceridad en una rueda de prensa en la que, como suele decirse, los pájaros dispararon a las escopetas. Sí, resultó cuanto menos curioso que el jugador del Bayern de Múnich pidiera a los periodistas comportarse como hinchas cuando nunca antes el periodismo deportivo —si todavia podemos seguir llamándolo periodismo y deportivo— había sido tan parecido a hinchas acreditados —o desacreditados, según se mire—.
Es inevitable que el entorno de la Selección se vea contaminado por esa dicotomía que vive el futbol español, en que si no eres del Madrid eres del Barça y, por supuesto, antimadridista. "Vosotros, siendo españoles, tendríais que hacer algo de autocrítica también", dijo Thiago, un comentario que no sentó nada bien a muchos periodistas, o al menos los que se dieron por aludidos. La verdad es que son muchas las barbaridades que se dicen o se leen cuando se habla o se escribe de fútbol, y lo más triste es que muchas las digan o rubriquen quienes se supone que deberían saber.
Podemos empezar por la televisión, donde hay comentaristas que no saben explicar el juego, lo más probable porque ellos son los primeros que no lo entienden, y lo único que crean es confusión en los espectadores. Seguimos por la radio, donde llega un momento en que se habla tanto y tantos a la vez, que no se dice nada coherente y que realmente aporte lo más importante: análisis sobre lo que estamos viendo. Podía seguir con la prensa escrita, pero es más de lo mismo.
España ha sido un auténtico caos táctico desde el primer partido, aunque contra Portugal al menos hubo un rato de buen juego. Sin embargo, en lugar de hablar y buscar soluciones tácticas, todos los debates se han montado alrededor de De Gea, quien poco o nada ha tenido que ver en la eliminación en octavos, más allá de que no detuviera ninguno de los penaltis que le lanzaron los rusos, del 9, donde Diego Costa ha sido un fiasco por más que haya marcado tres goles, o de Iniesta, para quien se llegó a pedir el banquillo y, sí, jugó su último partido con la Selección saliendo de él. Muy triste.
Como dicen los entrenadores que entienden y saben explicar el juego, el equipo que domina el partido no es el que más toca el balón. Y sí, tocar, no tener, porque, como siempre repite Jesús Cuadrado, director de CESFÚTBOL, en el fútbol no hay posesión. El equipo que domina el partido es el que consigue que durante el desarrollo del juego suceda lo que tiene planificado. ¿Y qué tenía planificado España? Efectivamente: nada. Y esto es hasta cierto punto normal cuando cambias de entrenador, que no de seleccionador, a dos días de empezar el Mundial. Lopetegui pagó muy cara su ambición, lo mismo que le ha pasado a la Selección, aunque quienes no se pueden ir de rositas son Florentino Pérez y su 'amigo' Rubiales. Pues eso: quien a hierro mata, con Hierro muere...
"Fue algo sorprendente. A pesar de que puedas tener tus motivos y tus razones, creo que la decisión de destituir a Lopetegui no se tomó en el momento adecuado, a tan solo dos días de empezar el Mundial". Estas declaraciones de Saúl en los micrófonos de Televisión Española son unas de las pocas críticas que recuerdo a la decisión de Luis Rubiales, el iluminado presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), que decidió cargarse al seleccionador y sustituirle por Fernando Hierro, como escribí hace unos días, un buen director deportivo, pero un entrenador sin más experiencia en un banquillo que una discreta temporada en el Oviedo en Segunda División y otra como ayudante de Ancelotti en el Real Madrid.