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La omnipresencia y caída del clan Fuentes
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Jaime Pérez-Llombet

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La omnipresencia y caída del clan Fuentes

Los escándalos acosan a la familia que más poder político ha tenido en Fuerteventura en las últimas décadas

Foto: Juan Bernardo Fuentes sale este miércoles de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. (EFE/Ramón de la Rocha)
Juan Bernardo Fuentes sale este miércoles de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. (EFE/Ramón de la Rocha)
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Con su implicación en la trama de extorsión a empresarios del sector primario, Juan Bernardo y Taishet, tío y sobrino, están escribiendo un capítulo que dejará malherido o finiquitado —quizá para siempre— el peso del apellido que más poder llegó a acumular en el ámbito político de Fuerteventura en el transcurso de las últimas décadas. La familia Fuentes. Los Fuentes. Tres hermanos y dos hermanas. El padre de Taishet —profesor y exconcejal en el municipio de Antigua— y sus tías —trabajadoras en el Cabildo insular—. Juan Bernardo. Taishet. Domingo.

Juan Bernardo, el tío, coordinador habitual de las campañas electorales del PSOE, más fontanero que cartel electoral, reserva en listas que al correr lo convirtieron por sustitución en diputado en el Congreso, de profesión, moverse en el sector ganadero, ex director general de Ganadería, de lo suyo. Taishet, el sobrino, ex director general como su tío, candidato al Senado que jamás llegó a pisar la Cámara Alta y proclamado candidato a la alcaldía de Antigua, a pesar de haber perdido la confianza del presidente del Gobierno canario y secretario general regional, Ángel Víctor Torres, candidatura que únicamente el escándalo ha cortocircuitado.

Y, como cabeza del clan, Domingo Fuentes, el jefe, quien los metió en política. Delegado de la Administración del Estado en la Isla, fue durante décadas el hombre fuerte del PSOE en Fuerteventura. Se incorporó a las filas socialistas procedente de Asamblea Majorera —formación integrada en Coalición Canaria— y desde los ochenta hizo y deshizo, abriendo las puertas del partido a su familia y situando a sus fieles en posiciones estratégicas de las distintas instituciones de la Isla, haciéndose fuertes en el Cabildo, colando a alguno de sus fieles en algunas consejerías de los gobiernos autonómicos con presencia socialista y en dos ayuntamientos, Puerto del Rosario, capital de la Isla, y Antigua, una corporación especialmente deseada por el clan Fuentes.

Foto: Juan Bernardo Fuentes. (Europa Press/A. Pérez Meca) Opinión

La llama de los Fuentes no se apaga a pesar de que no dirijan orgánicamente el partido, de otra forma no se explica que Juan Bernardo fuera designado para ser otra vez el todopoderoso coordinador de la campaña electoral. Mantienen su influencia en algunas plazas —Juan Jiménez, alcalde de la capital, es uno de los suyos—, pero perdieron el control del partido al ganarles un pulso orgánico el actual secretario general, Blas Acosta, quien haciéndose con el poder hizo por enterrar el hacha de guerra y llegó a contar como asesor con Taishet.

Ahora, años después, Acosta se ve en la obligación de evitar que el escándalo que protagonizan algunos miembros de la familia Fuentes destroce las expectativas electorales de los socialistas en la Isla. "Entiendo el enfado de militantes y vecinos, repudio ese tipo de comportamientos que empañan el magnífico trabajo que los cargos públicos socialistas hemos hecho durante estos años", ha declarado el secretario general del PSOE majorero. A juicio de Blas Acosta, ningún partido está vacunado contra este tipo de situaciones. "Los socialistas hemos reaccionado con contundencia y somos un aval de eficiencia en la gestión de los servicios públicos", recalca Acosta.

Mantienen su influencia en algunas plazas, pero perdieron el control del partido al ganarles un pulso orgánico el actual secretario general

Ahora los Fuentes han caído en desgracia. Juan Bernardo Fuentes se resistió a presentar su dimisión como parlamentario. No se lo puso fácil a los suyos. Creyó que podría sobrevivir sin abandonar su escaño en el Congreso al terremoto que había provocado dentro y fuera del archipiélago, pero las réplicas fotográficas y los innumerables audios del temblor —y los que quedan por salir a la superficie—, junto a la proliferación de detalles sobre las andanzas de Fuentes y otros implicados, se volvieron en su contra. Con todo, consciente de que con la entrega del acta de diputado su condición de aforado se evaporaría, Fuentes se atrincheró.

Al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y a Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno de Canarias y secretario general del partido en las Islas, les costó que tirara la toalla quien ha arrastrado la trama que está abriéndoles una boca de agua a los socialistas en la agenda política e informativa no ya de la región, sino del país. Conscientes de que Fuentes estaba entorpeciendo el cortafuegos que el partido necesitaba como maniobra de primeros auxilios, Santos Cerdán —junto al todavía diputado, en su despacho— y Torres —al teléfono— ejecutaron la orden de hacerlo dimitir sí o sí. La instrucción llegó de arriba.

Foto: Juan Bernardo Fuentes Curbelo (d), junto a uno de los empresarios, en el Congreso de los Diputados.
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Las andanzas de un diputado y de un ex director general de Ganadería del Gobierno canario, tío y sobrino, ambos dirigentes destacados del PSOE de Fuerteventura, con un general de la Guardia Civil y un mediador de medio pelo como parte del reparto de un guion que no desentonaría en alguna de las entregas del comisario más taquillero de la historia del cine español —Torrente—, ya habían perdido la consideración de local para adquirir la categoría de crisis en periodo electoral. En las filas del PSOE canario, en primera instancia, y en Ferraz, en segundo término, corrió como la pólvora la voz de alarma ante un caso que, al igual que las andanzas de los personajes de Santiago Segura, suscita el interés del gran público. La crónica de prostitución, caspa, droga, extorsión y juergas pagadas con lo recaudado brinda a la opinión pública un relato de fácil digestión en cafeterías, oficinas, almuerzos, cenas o reuniones familiares.

Los partidos sufren especialmente cuando les toca un episodio que a pie de calle se consume masivamente porque no requiere conocimientos de ingeniería financiera o arquitectura delictiva, sino, como es el caso, permite colarse en los excesos y noches turbias de quienes, con lo que se conoce hasta el momento, no pasaban de ser muñidores de segunda o tercera división. La opinión pública —reconvertida en electorado en tiempos de urnas— es dada a juicios sumarísimos cuando los escándalos son comprensibles por su carácter doméstico, de patio vecinal.

El desgaste y la presión sobre los políticos crecen a enorme velocidad cuando se roban unas cremas en un centro comercial, se adquiere lencería de lujo con tarjetas indebidas o asoman a la superficie fotos de banquetes aderezados con prostitución y drogas. Un general, un tío, un sobrino, un ejemplar de caza menor —el exdirector insular de Deportes del Cabildo de Tenerife— y, entre otros, un vendedor de humo que acampaba en los aeropuertos del archipiélago, haciéndose pasar por persona de confianza de los cargos públicos que vuelan constantemente de isla a isla, son ingredientes suficientes para generar un seguimiento masivo del caso Mediador y, en consecuencia, un desgaste que está agrietando las paredes del PSOE canario en Fuerteventura. El exdiputado Juan Bernardo Fuentes está fuera del partido porque no es socialista —ha sentenciado el portavoz parlamentario del PSOE en el Congreso de los Diputados, Patxi López—. A juicio de algunos compañeros suyos en las Islas, declaraciones tan bíblicas son claramente insuficientes.

Foto: Juan Bernardo Fuentes durante un pleno en el Congreso de los Diputados. (Europa Press/A. Pérez Meca)

Mientras la investigación sigue su curso, avanza en paralelo la inquietud que en las filas de los socialistas canarios —primeros damnificados por este escándalo— generan los daños colaterales que la trama está causándoles en el partido y de cara a las elecciones. Ya hay voces que piden —en la intimidad, de momento— que se vaya más allá. Algunos dirigentes del PSOE canario, en general, y de Fuerteventura, en particular, entienden que para detener la hemorragia no basta con apartar al tío y al sobrino, al diputado y al ex director general de Ganadería. En los pasillos del PSOE hay quienes consideran que conductas tan poco ejemplares solo pueden contrarrestarse con decisiones ejemplarizantes, enviando así al electorado una señal incontestable para evidenciar mano dura con quienes protagonizan hechos delictivos y comportamientos turbios.

Remover los pilares del PSOE de Fuerteventura no es tarea sencilla. Como ocurre en otras islas y otras formaciones, la relación del partido de la Isla con la dirección regional atiende a un régimen cantonal según el cual los dirigentes autonómicos conviven y dejan hacer, evitando confrontar con quienes lideran en el ámbito insular. Fuentes de la dirección regional socialista apuntan que la familia Fuentes sigue pesando, pero no es la que más influencia tiene en la organización. El PSOE canario evita pronunciarse sobre candidaturas en Fuerteventura. "Estamos en ese proceso, ya veremos", afirman.

No es poco lo que está en juego en Fuerteventura. Las encuestas auguran que un solo escaño —como el que podría perder el PSOE en la Isla por culpa del escándalo que sacude a los socialistas— puede dar o quitar mayorías de gobierno en las elecciones autonómicas de mayo, qué decir si esa boca de agua sigue creciendo y acaba abriéndole una herida al partido de cara a las autonómicas e incluso en las elecciones generales que llegarán inmediatamente después. En el PSOE cala la convicción de que algo hay que hacer en Fuerteventura, pero son conscientes de que, atendiendo al régimen cantonal que caracteriza al partido, algo habitual en las organizaciones del archipiélago, poco o nada más podrán remover más allá de decretar orden de alejamiento para Juan Bernardo y Taishet, tío y sobrino.

Con su implicación en la trama de extorsión a empresarios del sector primario, Juan Bernardo y Taishet, tío y sobrino, están escribiendo un capítulo que dejará malherido o finiquitado —quizá para siempre— el peso del apellido que más poder llegó a acumular en el ámbito político de Fuerteventura en el transcurso de las últimas décadas. La familia Fuentes. Los Fuentes. Tres hermanos y dos hermanas. El padre de Taishet —profesor y exconcejal en el municipio de Antigua— y sus tías —trabajadoras en el Cabildo insular—. Juan Bernardo. Taishet. Domingo.

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