Es noticia
Cuando goles y papeletas pasan juntos el fin de semana
  1. España
  2. Islas Canarias
Jaime Pérez-Llombet

Con siete puertas

Por

Cuando goles y papeletas pasan juntos el fin de semana

Cómo no va a tener consecuencias electorales que la Unión Deportiva Las Palmas suba a primera en la víspera de la jornada electoral. Un ascenso a pocas horas del veintiocho de mayo, con la ola de entusiasmo individual y colectivo que traería consigo

Foto: Varios jugadores de la U.D. Las Palmas celebran el gol del empate ante el Cartagena el pasado fin de semana. (EFE/Marcial Guillén)
Varios jugadores de la U.D. Las Palmas celebran el gol del empate ante el Cartagena el pasado fin de semana. (EFE/Marcial Guillén)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Ha querido el destino que este fin de semana, en Canarias, se fundan en un solo cuerpo fútbol y política, balón, papeletas, fueras de juego y urnas. Una duda razonable está aterrizando en la recta final de la campaña electoral, ¿en qué medida el ascenso de un equipo de fútbol (a primera división) puede condicionar la formación de un Ejecutivo autonómico?, ¿puede un hipotético ascenso de la Unión Deportiva Las Palmas dar o quitar escaños? Sí, y no. O lo contrario. Qué va. En absoluto. Claro que sí. Nada que ver. Sin dudarlo. Sí. Va a ser que sí. Algo aparentemente ajeno a los impulsos electorales o a la narrativa y táctica de campaña, un elemento tan exógeno como un balón rodando sobre el césped puede provocar que algún escaño (solo o en compañía de otro) remate la ecuación de cara a una mayoría de Gobierno en el Parlamento de Canarias.

El fútbol es la única religión que no tiene ateos, escribió Eduardo Galeano. Carles Viñas, doctor en Historia por la Universidad de Barcelona, tiene muy claro que el fútbol no puede separarse de la política. Vasos comunicantes. Realidades de ida y vuelta, mutuamente influenciadas. A juicio de Viñas, son dos conceptos indisociables porque, en tanto acto social, el fútbol es política, y cualquier movimiento futbolístico, un fichaje, un partido o lo que sea, tiene una trascendencia política. Qué decir de un ascenso.

Foto: El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres. (EFE/Jalal Morchidi) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
La simultánea de ajedrez del día después
Jaime Pérez-Llombet

Qué esperar si ese ascenso se ha tocado con la punta los dedos en el pasado reciente. Sí, hay hambre de celebración. Sí, estos días, una ciudad y una isla sueñan despiertas con hacer la tarea ante el Alavés este sábado —a las ocho de la tarde, en casa— para volver a la liga de las estrellas. Cómo no va a tener consecuencias electorales que la Unión Deportiva Las Palmas suba a primera en la víspera de la jornada electoral. Un ascenso a pocas horas del veintiocho de mayo, con la ola de entusiasmo individual y colectivo que traería consigo, esa euforia tan generalizada como multitudinaria difícilmente no tendrá eco en lo que ocurra en el día después.

¿Quién puede rentabilizar el estado de ánimo que trae consigo una alegría futbolística de tal calibre? Únicamente tres candidatos pueden presidir Canarias durante los próximos cuatro años, Ángel Víctor Torres, Fernando Clavijo y Manuel Domínguez —PSOE, Coalición Canaria y PP, respectivamente—. Solo uno de ellos (el actual presidente, Ángel Víctor Torres) es grancanario, de la isla que tiene en la Unión Deportiva algo más que a un club. La UD es cordón umbilical y referencia emocional que salta de generación en generación. Aficionados o no, esta semana los grancanarios sueñan despiertos con lograr el sábado el ascenso directo, ahorrándose el purgatorio de los playoffs.

Foto: El candidato del PSOE a la reelección como presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres. (EFE/Ángel Medina G.) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Del poliamor y otras ecuaciones abiertas
Jaime Pérez-Llombet

Este sábado se dan las condiciones para que se cumplan las tesis de quienes consideran que lo que ocurre en un estadio contagia puertas adentro y afuera, siembra estado de ánimo, marca tendencia. Si alguien puede rentabilizar un ascenso de la UD es el candidato y secretario general del PSOE. Torres no lo comenta. El partido no entra en la conversación. Sus asesores callan. Sin embargo, alguno de sus más estrechos colaboradores reconoce —en voz baja, eso sí— que la euforia futbolística de un ascenso puede traducirse en un escaño, y quién sabe si alguno más.

Foto: Pablo Iglesias, durante su intervención este domingo en un mitin en apoyo de los candidatos de la coalición Unidas Sí Se Puede al Gobierno de Canarias. (EFE/Ángel Medina G.) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Unidas sí pudieron, ¿desunidas podrán?
Jaime Pérez-Llombet

Si finalmente el balón conduce al ascenso y provocando un efecto dominó, mejora los buenos resultados que el actual presidente espera obtener en Gran Canaria, entonces sí, podría Torres lograr tantos diputados como necesita para contar con una mayoría suficientemente amplia, permitiéndose el lujo de sentarse a negociar con la opción aritmética de un Gobierno en solitario. Es una de las lecturas que hacen los brujos de su tribu. El equipo de Torres no descarta moverse entre veintisiete y treinta escaños. Veinticinco diputados sería un buen resultado. Veintisiete un éxito. Más de veintisiete sería tocar el Cielo. Creen los socialistas que moverse entre los veintisiete y veintinueve escaños pondría en bandeja a Torres negociar a la carta, sabiendo (y, sobre todo, siendo conscientes quienes se sienten al otro lado de la mesa) que la opción de un Gobierno en solitario flota en el aire.

Con el anunciado debut de Vox en la Cámara regional ya no solo cuentan las sumas, también las restas. Con los de Santiago Abascal estrenándose en el Parlamento regional (los sondeos auguran que entrarán con dos o tres diputados) y a la espera de cómo quedan los de Belarra, Iglesias o Montero, hay combinaciones que siendo de imposible ejecución darían alas a la hipótesis de un Ejecutivo monocolor presidido por Ángel Víctor Torres o, en su caso, a un Gobierno con menos flores que en esta última legislatura, en la que el denominado pacto de las flores ha dado estabilidad. El PSOE no esconde su preferencia. Quieren reeditar el pacto de Gobierno del cuatrienio que a estas horas va cerrándose, un objetivo que solo podrán alcanzar si Ángel Víctor Torres mejora en dos o tres escaños el resultado que obtuvo en 2019 y compensa de esa manera los dos o tres diputados que previsiblemente perderán dos de sus actuales socios.

Foto: La ciudad deportiva del club canario se inauguró en 2019. (Fuente: UD Las Palmas)

No solo los socialistas son optimistas. El PP se ve superando la barrera del 20% en apoyos, una línea que, caso de darse, situaría a los populares en una situación igualmente oxigenada para negociar en las tres pistas del circo, Gobierno, cabildos y ayuntamientos. No será la ola que deseaban, pero puede que suficiente para, si el pacto de las flores no suma, intentar el asalto al Gobierno autonómico o, si no lo logran, compensarlo abriéndose a todas las alianzas posibles en las corporaciones locales. Incluso pactando con el PSOE —con permiso de Alberto Núñez Feijóo, claro está—.

Esto último, la posibilidad de pactos PSOE-PP en cabildos o ayuntamientos, es una de las principales incógnitas del día o de las semanas siguientes. Si no consigue entrar en el Ejecutivo regional, ¿será capaz del PP canario de construir mayorías de gobierno junto al PSOE en las corporaciones locales? Si los populares dan ese paso, cualquier cosa puede pasar. Tan cierto es que PSOE-PP no pueden pactar en el Ejecutivo autonómico como incierto lo que ambas formaciones puedan llegar a acordar en los ámbitos insulares y municipales.

En las últimas horas de una campaña de perfil bajo que se ha desarrollado con la tranquilidad que interesa al presidente, Ángel Víctor Torres, Nueva Canarias (NC) desmiente la teoría de su retroceso y Agrupación Socialista Gomera, con tres diputados que valen su peso en oro, esconde sus cartas, y lo hace como acostumbra, con un ojo puesto en la Cámara regional que arrojen las urnas y el otro en los ministerios que tan bien suelen portarse con el líder de ASG, Casimiro Curbelo. ¿Y Coalición? En CC creen que las elecciones llegarán a la tanda de penaltis. Están convencidos de que serán las décimas las que marquen la diferencia. Los números cuentan a los nacionalistas que sí, que estarán en condiciones de recuperar la centralidad y el Gobierno.

Foto: Casimiro Curbelo interviene ante el Parlamento de Canarias. (Europa Press)

Las décimas o el balón. Quizá sea el fútbol el que dé o quite mayorías parlamentarias en un escenario que los sondeos acercan al empate técnico entre bloques, izquierda o centroderecha. Tal vez no sea casualidad que los socialistas estén volcados esta semana con una cuña radiofónica con la que el presidente se sitúa en la frontera de la política y el fútbol. Este fin de semana nos jugamos muchísimo —dice Torres—. Sabe el candidato del PSOE que si alguien puede rentabilizar electoralmente un ascenso de la UD Las Palmas es él. Como aficionado desea al ascenso. Y como candidato a la reelección cruzará los dedos para que la tesis de Carles Viñas se cumpla y un alegrón de la UD transcienda políticamente a su favor.

Ha querido el destino que este fin de semana, en Canarias, se fundan en un solo cuerpo fútbol y política, balón, papeletas, fueras de juego y urnas. Una duda razonable está aterrizando en la recta final de la campaña electoral, ¿en qué medida el ascenso de un equipo de fútbol (a primera división) puede condicionar la formación de un Ejecutivo autonómico?, ¿puede un hipotético ascenso de la Unión Deportiva Las Palmas dar o quitar escaños? Sí, y no. O lo contrario. Qué va. En absoluto. Claro que sí. Nada que ver. Sin dudarlo. Sí. Va a ser que sí. Algo aparentemente ajeno a los impulsos electorales o a la narrativa y táctica de campaña, un elemento tan exógeno como un balón rodando sobre el césped puede provocar que algún escaño (solo o en compañía de otro) remate la ecuación de cara a una mayoría de Gobierno en el Parlamento de Canarias.

Noticias de Canarias
El redactor recomienda