Madrid en Navidad

Cuando se acercan las fiestas navideñas, comenzamos a pensar en las reuniones familiares, las comidas y cenas con amigos o celebraciones de empresa. Es decir, en el aspecto puramente satisfactorio de la gastronomía.

El coronavirus, la Guerra en Ucrania y la preocupación por una posible sequía han puesto de relieve que la alimentación del ser humano, sin renunciar al placer y siempre que sea posible, debe ser, también, saludable, solidaria y sostenible.

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En otras palabras, debemos activar todos los mecanismos posibles para que ninguna persona pase hambre (especialmente en estas fechas), para estar bien nutridos, promover el consumo de productos de proximidad, artesanales, ecológicos y sostenibles, y evitar los desperdicios alimentarios.

Solidaridad gastronómica

Recuerdo que, durante los dos meses que estuvimos de confinamiento, Madrid demostró que, además de tener una de las mejores ofertas gastronómicas del mundo, podía ser, también, una de las ciudades más solidarias.

José Andrés y su ONG World Central Kitchen prepararon centenares de miles de comidas, y los grandes, medianos y pequeños restaurantes de Madrid, los bares y tabernas, hicieron todo lo posible para que nadie pasara hambre por la falta de recursos o de movilidad, ofreciendo comida a los hogares más necesitados. Pepa Muñoz (del Qüenco de Pepa) se encargó, en gran medida, de la coordinación.

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No quiero citar nombres, porque hay muchos, pero hubo una persona que se ocupó especialmente de llevar la comida al hospital instalado en IFEMA, para que tanto enfermos como personal sanitario tuvieran la posibilidad de alimentarse adecuadamente. Entre otros, Cristina Oria puso su catering al servicio del hospital.

Es un ejemplo de lo que puede y debe hacerse en situaciones de necesidad, pero también en la “normalidad”. En estas épocas, la gente siente más la falta de alimentos, quizá porque las comidas navideñas se relacionan estrechamente con la unión familiar y la fraternidad. Por eso, no quiero dejar de recordar la importancia de seguir haciendo esfuerzos para que nadie tenga que sufrir la falta de alimentos, especialmente, en Navidades.

Navidades gastronómicas

Hecho este paréntesis, me gustaría hablar de dos aspectos de la Navidad relacionados con la gastronomía: por un lado, lo que se come en las casas los días 24, 25 y 31 de diciembre, el 1 y el 6 de enero (el día de Reyes).

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Por otro lado, el esfuerzo que llevan a cabo todos los grandes restaurantes, los hoteles, las casas de comida, los bares y tabernas para ofrecer un menú y una experiencia diferente. Sin olvidar los mercados, tiendas y boutiques que nos ofrecen los mejores productos y dulces navideños.

Comidas navideñas en casa

Algo que caracteriza especialmente a esta época son las tradiciones, y una de las más importantes es la comida navideña, los alimentos y bebidas típicos de Navidad. Aquellas recetas que nuestras madres, abuelas y bisabuelas preparaban en casa, cada año, para los familiares y amigos.

Madrid, al igual que el resto de Comunidades Autónomas, tiene su propia cocina territorial y, en concreto, navideña. Entre los platos de toda la vida, se encuentran el consomé madrileño, la lombarda, el besugo al horno, el pavo o la pularda rellena. Y entre los dulces, la sopa de almendras, los churros con chocolate (sobre todo en Año Nuevo) y el Roscón de Reyes.

Y fuera de casa

También es habitual que los madrileños acudan a los restaurantes, casas de comida, bares y tabernas para celebrar estas fiestas. Yo voy a referirme a algunos de los que más me han llamado la atención pero, como siempre digo, hay muchos más que merece la pena visitar.

Bajo la tutela de Quique Dacosta, el Hotel Mandarin Oriental Ritz ofrece menús de Nochebuena y Nochevieja, un brunch navideño y otro de Año Nuevo y un té de la tarde navideño. El Grupo Paraguas, de Sandro Silva y Marta Seco, ha preparado ideas para Celebrar juntos la llegada de 2023, en las que es posible cenar en El Paraguas (con ostras, caviar, angulas y langosta) y terminar la fiesta en Amazónico, Aarde o en Ten con Ten.

Los hermanos Sandoval, Mario, Diego y Rafael, han creado un Menú de Nochevieja en el restaurante Coque (con, entre otros platos, caviar, cigala, erizo, angulas, ibéricos, setas y trufa) o una opción to go de Coquetto, para tener los platos en casa. El programa navideño del Hotel Rosewood Villa Magna cuenta con dos menús Amós, firmados por el chef Jesús Sánchez, uno para Nochebuena y otro para Nochevieja. Ramón Freixa, en el Hotel Único, ha creado un menú de Fin de Año con, entre muchas otras propuestas, un arroz socarrat de espardeñas y pichón o unas angulas a la carbonara. En los restaurantes del Grupo Pescaderías Coruñesas se pueden degustar los mejores pescados y mariscos de la capital, pero, además, es posible comprarlos en su tienda para las comidas familiares.

Mercados, tiendas y boutiques

Y, como es natural, no pueden faltar las tiendas y boutiques, los mercados, grandes almacenes y pequeños supermercados donde encontramos una gran variedad de alimentos y bebidas para celebrar estas fiestas. El Corte Inglés, por ejemplo, además de los productos más habituales de la cesta de la compra, tiene una zona “gourmet” donde se puede encontrar una selección de productos de alta gama. También, cestas de Navidad.

Desde siempre, Madrid ha tenido determinadas boutiques especializadas a las que todo el mundo acude en Navidad. A modo de ejemplo, las pastelerías Mallorca o La Mallorquina para comprar el Roscón de Reyes. Últimamente, también se puede conseguir en formato “alta cocina dulce”, como es el caso de Oriol Balaguer.

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Los turrones comerciales se consiguen en casi todos los lugares, pero hay algunos que siguen elaborando turrones artesanos, como Lhardy o Casa Mira. El panettone se ha puesto de moda en los últimos años; los de Paco Torreblanca son excepcionales. Y, para acabar el año, es tradicional ir a tomar unos churros con chocolate en San Ginés.